De Dealz me gusta (¿Qué no me gusta
de Dealz?) que hagan estas marcas propias con tanta cara dura. Es
como si un mendigo va diciendo de sí mismo que es el Conde de
Romanones, como Don Jaime de Mora y Aragón. Dealz, en vez de hacer
un bote de cola que ponga “Cola”, de forma humilde, ya que no da
para más, paga a un tal Tommy Walsh (que sabe Dios quién será) y
presta su imagen para la marca DIY time.
Yo no siento en absoluto que esta cola
sea mejor que otra que simplemente ponga “Cola”, lo que siento es
que le estoy comprando la cola a unos caraduras muy divertidos. Ese
es el valor añadido que me da a mi Tommy Walsh, este anónimo
Manitas en Casa.
Ser un caradura muy divertido hay que
reconocer que tiene cierto mérito. No dejas de ser lo que eres, un
mierda, pero al menos le echas algo de sentido del humor a la vida.
¿Por qué ir por la vida con la cabeza agachada como un perro cuando
puedes ser un perro que tiene más cara que espalda? Echarle cara a
la vida es gratis y por lo menos tienes un juego al que jugar.
Supongo que el matiz es si eres un
caradura que sabe que lo es y, de alguna forma, pide perdón por
ello, o si eres un caradura que encima se cree que los demás le
debemos algo. El segundo eneatipo (que ahora se le llama así a los
tipos de persona, según dice LinkedIn, esa red social tan profunda)
es un eneatipo indeseable, que te la puede liar ya que no distingue
la realidad de la ficción.
El primer eneatipo vive en una película
de ficción pero lo sabe y deja entrever a los demás que lo sabe, lo
que de alguna manera le redime. El segundo eneatipo quiere hacerte
creer que la que es una ficción es la realidad y que el cuento que
tiene él metido en la cabeza es la verdadera realidad. Como los
locos, este tipo de persona es peligrosa porque se rige por unas
normas que sólo conoce él y por tanto nunca se puede saber por
dónde te puede salir.
Al segundo eneatipo le puedes ayudar a
cruzar la calle y, como premio, te tira ácido a la cara, porque
quizás en su mundo de ficción eso significa una afrenta, ya que le
has humillado prestándole ayuda cuando él cree que no necesita
ninguna. La necesita más que nadie, eso lo podemos ver todos, todos
excepto él.
El primer eneatipo diríamos que es un
artista menor, que ya que no puede hacer arte útil para los demás,
que los eleve y les haga mejores personas, al menos vive su vida como
si fuese una continua obra de teatro. Él es el héroe, aunque en la
realidad sea ese al que nadie mira, y como héroe vive despampanantes
aventuras que tú sólo puedes soñar. No deja de ser una vida
triste, porque es como el que se cree que es una de las Chicas de
Oro, pero al menos está entretenido.
El segundo eneatipo vive su ficción
desde el enfrentamiento, tiene un conflicto con la realidad. La
realidad le adjudica un puesto que él no está dispuesto a aceptar
bajo ningún concepto. Por tanto vive en lucha con ella, aunque sea
una lucha desigual. La realidad siempre gana a un loco que cree que
puede vaciar el mar. El primero sabe que está intentando vaciar el
mar y eso es una locura pero ¿qué va a hacer? ¿Ir al comedor social
a sentarse en su puesto? Casi mejor estar sentado en la orilla del
mar intentando vaciarlo porque eso es más divertido que estar
sentado en un comedor social.
Ambos eneatipos, francamente, son
indeseables. Es como que qué prefieres, si mierda o mierda con caca.
Pues hombre, si hay que elegir, mierda normal, está claro. Pero el
primer eneatipo lo puedes mirar con ternura, con cierta compasión
triste, y eso te alegra la vida. Por lo tanto el primer eneatipo, de
alguna manera, cumple cierta (cierta) función social.
El segundo no, el segundo tienes que
mirarlo con miedo y apartarte de él con prudencia, porque al
pertenecer tú al mundo real y él tener un enfrentamiento
encarnizado con la realidad tú eres su enemigo. Tu sencillo éxito,
del que no presumes nada porque eres una persona normal, para él es
un Gran Leviatán que hay que vencer, como Don Quijote. Y lo mismo te
ensarta con una lanza a la que te descuides.
Afortunadamente, esa lanza no es más
que un palillo para limpiarse los dientes, porque ¿de dónde va a
sacar ese matao una lanza?