domingo, 8 de enero de 2017

D&AD 11 Taschen

Joder, cómo pesa este puto libro. La madre.


Yo no sé por qué a la gente le gustan tanto estos premios, si son una chusta. Los buenos son los One Show. ¿Cuáles van a ser? De verdad, qué tontería.

Creo que estos premios van más orientados al diseño, por eso son los que les gustan a los directores de arte. Pero los directores de arte son tontos del culo, como sabrás. No saben pensar, sólo decir tonterías.


Los directores de arte son esos niños lelos que persiguen una mariposa sin darse cuenta de que van a caer por un precipicio. Y cuando ya se han caído y se han roto las costillas somos los redactores los que tenemos que ponerles la Mercromina.

El trabajo de un director de arte lo puede hacer un Pintoyó. Le echas los colores y el cacharro te hace una ilustración de colores muy bonitos. ¿No es ese, acaso, el trabajo de un director de arte?


Lo que cuenta es la idea, cómo se haga importa un cuerno. Yo prefiero trabajar con chimpancés, ya que son más obedientes que los directores de arte e igual de dotados para el arte.

Además los chimpancés sólo piden un platanito de vez en cuando, su justa recompensa. Ni más ni menos. Los directores de arte son sorprendentemente soberbios, se ofenden muchísimo si sólo les das un plátano. ¡Como si se merecieran más!


Los directores de arte, como todos los obreros de baja cualificación, han de tener como cualidad estrella la obediencia. De no ser así no podrán ser buenos directores de arte, ya que darán mucho la lata. Y lo que no queremos los genios es que nos den la lata, estaría bueno.

Por eso en los chimpancés he encontrado unos socios estupendos. Y sus ideas son mucho mejores. En serio.