Joder, cómo pesa este puto libro. La
madre.
Yo no sé por qué a la gente le gustan
tanto estos premios, si son una chusta. Los buenos son los One Show.
¿Cuáles van a ser? De verdad, qué tontería.
Creo que estos premios van más
orientados al diseño, por eso son los que les gustan a los
directores de arte. Pero los directores de arte son tontos del culo,
como sabrás. No saben pensar, sólo decir tonterías.
Los directores de arte son esos niños
lelos que persiguen una mariposa sin darse cuenta de que van a caer
por un precipicio. Y cuando ya se han caído y se han roto las
costillas somos los redactores los que tenemos que ponerles la
Mercromina.
El trabajo de un director de arte lo
puede hacer un Pintoyó. Le echas los colores y el cacharro te hace
una ilustración de colores muy bonitos. ¿No es ese, acaso, el
trabajo de un director de arte?
Lo que cuenta es la idea, cómo se haga
importa un cuerno. Yo prefiero trabajar con chimpancés, ya que son
más obedientes que los directores de arte e igual de dotados para el
arte.
Además los chimpancés sólo piden un
platanito de vez en cuando, su justa recompensa. Ni más ni menos.
Los directores de arte son sorprendentemente soberbios, se ofenden
muchísimo si sólo les das un plátano. ¡Como si se merecieran
más!
Los directores de arte, como todos los
obreros de baja cualificación, han de tener como cualidad estrella
la obediencia. De no ser así no podrán ser buenos directores de
arte, ya que darán mucho la lata. Y lo que no queremos los genios es
que nos den la lata, estaría bueno.
Por eso en los chimpancés he
encontrado unos socios estupendos. Y sus ideas son mucho mejores. En
serio.