Me animo a escribir sobre este enser
porque es Made in Indonesia. Vaya.
Uno tiende a pensar que los indonesios
son sucios e inútiles. Una desgracia de gente. Sin embargo saben
fabricar unos mandos a distancia perfectos, a la altura de Samsung.
Yo si me pusieran a fabricar un mando a distancia como este no sabría
por dónde empezar.
O sea, que sea por un know how
importado de Corea del Sur o por un talento inusitado oriundo de
Indonesia, esta gente sabe hacer unos mandos a distancia acojonantes.
Esta es la cuestión.
Pues, no sé, de primeras dadas me
parecen un país más avanzado que España. Yo no conozco a nadie que
sepa fabricar estas cosas tan maravillosas. Seguro que en Indonesia
todos los colegones del parque saben fabricar mandos a distancia,
porque no les queda más remedio.
Aquí nadie sabe hacer nada. Hablar,
eso sí, sabe todo el mundo. Aquí en España sabemos hablar que lo
flipas porque nos educamos pensando que éramos del primer mundo y
resultó que éramos del segundo. Por eso tenemos una formación
teórica propia del primer mundo en un país del segundo, dónde
hacen más falta habilidades prácticas.
El primer mundo diseña las cosas y los
demás las fabricamos. ¿Te cuesta aceptar esto todavía? Vaya por
Dios.
Yo entiendo que es jodido bajarse de la
fantasía que nos vendieron nuestros padres. Pero la realidad es la
que es.
Aunque no deberías entristecerte. En
el primer mundo la gente se suicida cosa fina, por ejemplo, ya que
están demasiados atrapados en tareas intelectuales, que les
desconectan de su corazón y, por tanto, de la vida. Aquí nos
tratamos a pedradas pero estamos más contentos que unas castañuelas.
En definitiva, deberías estar contento
de pertenecer al segundo mundo. Tenemos lo mejor del primero y lo
mejor del tercero. No te puedes quejar.