Ah, Por qué odio Saturno. Tan
generacional. Tan “ahí fuera hay alguien que piensa como yo”.
Francamente, este tebeo está de
perillas. Os lo recomiendo a todos.
Recuerdo que en mi primer trabajo me
trinqué a una chica gordita y pequeña, tipo Pac-Man. Eso hizo que
mi pretendida por aquel entonces, que también trabajaba allí, se
rebotara mucho.
Tirarse a la Pac-Man era tirarse al
coco del trabajo, pero a mi estas cosas me dan igual porque los cocos
follan mejor. Esto es así porque tienen su energía concentrada en
su vagina y no en su faz.
Total, que mi pretendida se tuvo que
comer esa humillación, porque su pretendiente se tiró al coco.
¡Bueno! ¡Lo siento! ¿Qué quieres que le haga?
Todo esto viene a que la Pac-Man
también se había leído Por qué odio Saturno, por eso me he
acordado. Pero vamos, que a mi eso me daba igual. Yo sólo quería su
vagina Pac-Man.
Las bolitas follan muy bien y no son
así pesaditas. Como son bolitas tienen que tragar con lo que les
eches. Esto parecerá lo que parezca, pero mi amigo Ricardo y yo lo
tenemos muy claro. ¿Para qué quieres un Ferrari para dar un paseo
por el campo? Una furgoneta Citroën vale.
Además el Ferrari se te puede rayar.
La furgoneta da igual que la rayes.
Ey, tío, ¿qué pasa? ¿Que tú no has
tenido 20 años? Pues yo sí.