No creo que nadie compre música más
guay que la que compro yo.
El óptimo para ti sería que un día
fueras a un bar y yo me hubiese rebajado a pinchar en él.
En tal caso te sentirías muy bien.
Pero como, francamente, de eso tengo
ganas regular tendrás que seguir escuchando la mierda de música que
escuchas tú.
Yo soy como David Guetta, que si no me
pagas una millonada no me levanto de la silla.
Asimismo, verte por el bar tampoco me
hace mucha ilusión.
Así que, no sé, como que me tendrían
que adaptar muy bien el sitio para que yo me rebajara a pinchar en
él.
En el sitio pedirían el carné para
entrar, pero no para mirar la edad sino el nombre, y a ti
precisamente no dejarte pasar.
¿No te parece divertido mi
planteamiento?