Hoy hablaremos de una marca muy
peculiar, Aperitivos Tosfrit. Agárrate, que despegamos.
En mi retiro espiritual conocí bien a
Aperitivos Tosfrit. Al estar en un pueblo de Galicia no puedes
acceder a las comodidades de la gran urbe. Te tienes que apañar con
lo que haya. Y a los pueblos de Galicia no llegan los manjares de
Matutano. Bueno, llegan, pero hay otras compañías más pequeñas
que tienen esos feudos para su distribución.
Por ejemplo, todo el mundo sabe que en
las ciudades hay Fanta y en los pueblos hay Kas. Eso es porque
Coca-Cola Company tiene tomados los puntos de distribución más
importantes y no quiere hacer esfuerzos para quedarse con las
migajas. Así que, por pereza, se los deja a Pepsico.
Por el mismo principio, Apetitivos
Tosfrit tiene pilladas algunas gasolineras perdidas, como a la que
iba yo a por gasolina y a por gollerías. Además, el dueño era
medio pariente o amigo de la familia, no estoy seguro, y me trataba
bien. Incluso un día me invitó a tomar el café a casa, donde tuve
que tomar más orujo del que me gusta.
Sea como sea, tuve que tragar bastante
cantidad de variedades Tosfrit. Recuerdo con especial asco las
pajitas al ketchup, que tienen un sabor malísimo. ¡Malísimo! Ese
“sabor a ketchup” no está nada conseguido. Ahí el Señor
Tosfrit puso a los becarios, porque si no no se entiende.
Tosfrit es la marca maldita. Está
Matutano, impoluta, y Risi, que tiene nuestro corazón porque la
recordamos de la infancia. Grefusa también está ahí, pegando duro,
con variedades populares como Papadeltas. A mi Grefusa me gusta menos
de lo que se supone que me debería gustar.
Sin embargo Tosfrit es a lo que nos
tiramos cuando estamos cansados de todas las demás. Es esa peli de
animación japonesa que viene incluida en el Movistar+ y te la ves
cuando las de Disney o los grandes estrenos ya te los has visto.
Tosfrit es ese Alcoyano, de poca calidad pero admirable por su
coraje.
Hoy ha sido uno de esos días que
pedían Tosfrit. Había estado últimamente comiendo torreznos, que
ahora venden torreznos, no sólo cortezas. He comido alguno de esos
kikos MisterCorn blandos e incluso esa variedad moderna de Torciditos
al Queso que a todo el mundo le gustan tanto pero a mi tampoco me
gustan tanto. Y, cuando ya estás cansado de todo, aparece Tosfrit.
Más allá de la marca, ese es el
comportamiento que me parece más elegante. Dejar que se maten entre
ellos y, cuando apenas les quede un hálito de vida dentro, aparecer
tú y rematarles pisándote la cabeza mientras avanzas lenta pero
implacablemente, como un Terminator. A mi es como me gusta hacer las
cosas. ¿Te molesta?