No hay nada mejor que los deportes
extravagantes, pintorescos, folclóricos. El hockey sobre hielo es
uno de ellos. ¿Cómo se puede dejar uno tanto dinero en equipamiento
para una especie de fútbol sobre patines?
El hockey sobre hielo trata de lo mismo
que el fútbol sólo que complicándolo todo un montón. En vez de en
un campo de hierba o tierra se juega en uno de hielo, o sea, que
tienes que preparar el hielo. Tienes que gastar un montón de dinero
en refrigerar el asunto porque si no no hay partido. ¿Con los
problemas de calentamiento global que da el aire acondicionado tú te
pones a preparar una pista de hielo entera?
Luego en vez de unas zapatillas de
deporte cualquiera tienes que ponerte patines de hielo, que tienen
una cuchilla debajo. Esto, aparte de más caro, es más peligroso,
porque en una mala caída puedes rajarle la cara a alguien sin
querer. Los conceptos tienen que ser muy sencillos, no farragosos. El
inventor del hockey sobre hielo debía ser un emprendedor sin muchas
ideas.
¿Qué puede llevar a alguien a elegir
hockey sobre hielo en vez de fútbol? ¿Por qué elegir la opción
complicada en vez de la facilísima? De hecho, eso pasa con todos los
deportes excepto con el fútbol o el baloncesto. ¿Por qué elegir
uno que no sean esos? ¿Quieres demostrar que eres guay? Es evidente
que tiene que ser eso, querer decirle al mundo que tú no eres un
tipo corriente. Todos juegan al fútbol o al baloncesto pero yo al
hockey sobre hielo. ¡Menudos líos que montas para ser cool!
No me creo que alguien vea un partido
de hockey sobre hielo y vea ahí retratado su futuro. Al hockey sobre
hielo te dedicas si has fracasado en otras áreas más corrientes del
deporte. Es como el que estudiaba topografía; ¿tiene ese alguien un
amor especial por los desniveles del terreno? No, que no le dio la
nota de corte para biología. Topógrafos y jugadores de hockey sobre
hielo son descartes, o sea, te aviso.
Como a mi no se me dio bien el fútbol
probé con otro millar de deportes, pero yo lo digo, no voy de
jugador de hockey sobre hielo por vocación. En mis carnes
experimenté el proceso que lleva a alguien a hacer algo que no sea
pegar patadas a un balón, por eso hablo con esta autoridad como tan
de Master del Universo. Y basándome en la experiencia personal te
digo que el resto de deportes existen para acoger a aquellos que en
el fútbol no acaban de destacar.
¿Pasa esto mismo con los miles de
startups que hay? Pues supongo que sí. En este caso tengo que hablar
suponiendo, porque mi caso no es. Lo mío es por vocación, lo que
hice antes fue por hacer algo con mi vocación que encajase dentro de
la estructura preexistente a mi llegada. Pero todo estaba diseñado
cuidadosamente para llegar al punto en el que me encuentro ahora.
Me tomo muy en serio mi sereno
discurrir en la vida. Si me tengo que disfrazar una temporada de algo
me disfrazo. Si tengo que ser un espía lo soy. Nada importa, sólo
la misión. Seguiré avanzando porque no puedo hacer otra cosa, estoy
programado para esto. Si no estás programado para algo no lo hagas
porque las fuerzas se te acabarán tarde o temprano. Sin embargo si
haces aquello para lo que estás programado cuentas con energía
infinita. Ese es el regalo a cambio de hacer lo que tienes que hacer
sin cuestionar quién eres.
Cuestionarlo todo es muy infantil, es
muy de ser humano que va de listo. ¿De verdad no sabes qué tienes
que hacer en la vida? Pues eres gilipollas. Así te lo digo. ¿Tan
atontado te ha dejado este mundo? Admito que atonta, pero tanto,
tanto... Lo tuyo es más vaguería que desconcierto.