Efectivamente, que tenéis el corazón
más sucio que un estercolero. ¿Por qué será la crisis? Porque
tenéis el corazón más sucio que un estercolero. No le deis más
vueltas.
“Juan, cómo eres, qué cosas más
duras dices”. ¿Ah, sí? ¿Yo digo cosas duras? ¿Y tú? ¿Que vas
por la vida sólo pensando en tu ombligo? No, no hablo del banquero,
esos ya han pillado las hostias que se merecían. Ahora hablo de ti,
querido capullo que vas por la vida que parece que no has roto un
plato. ¿Pero tú cómo puedes tener tanta jeta?
Tú te has creído que el mundo te debe
algo. ¿Verdad que sí? Por eso vas al banco con ese plan de negocio
ruinoso y esperas, por alguna razón, que te suelten un kilo de
billetazos, como si los merecieras. ¿Pero tú que vas a merecer? Si
no sabes hacer la o con un canuto. Y si no te los sueltan no haces
autocrítica y piensas que, quizás, tu proyecto no era tan bueno
como creías. Montas en cólera y, una vez más, rodeas el Congreso,
como si no estuviese suficientemente rodeado.
Chico, es que a ti hay que arrancarte
las orejas, de tanto tirarte de ellas. No, al banquero déjalo estar,
que ese ya ha pillado. Ese, mira, es mejor que tú en un sentido: que
aprende antes. A este le han echado una bronca de sentarle en el
suelo y ya no lo va a volver a hacer. No tengas miedo. Pero ¿tú?
¡Tú aunque te metan en el cuarto de los ratones! ¡En el de los
cocodrilos! Tú vas a seguir yendo por la vida de víctima, esperando
que alguien pique y te haga caso.
Tú no has abierto un libro en tu vida.
Tú no has estudiado ni las capitales de Europa. Tú te ponen una
regla de tres y te joden el día. ¡Y ahí sigues, diciendo que el
mundo tiene algo contra ti! ¡Pero bueno! ¿Habrase visto semejante
caradura? ¿No será, so jeta, que lo que eres es un puto jeta? ¿Que
a ti eso de trabajar es que te da alergia, urticaria, te salen
ronchas en la piel?
No, no, no, los fachas de eso no tienen
culpa. Se te acabó eso de poder echar balones fuera. Ahora a los
fachas los tenemos sentaditos y temblando, de a ver si van a emitir
una factura de menos y se cagan. Y, sin embargo, esto sigue sin
funcionar. Sólo quedas tú. Sí, el pobrecito. Sí, ese que
pobrecito de él. ¡Si él no ha hecho nada! Efectivamente, ese es el
problema, que nunca ha hecho nada.
Si a mi vivir al sol me parece de puta
madre. Eso mola muchísimo. Oye, que a ti no te gusta trabajar. De
putísima madre. Personalmente, pienso que trabaja demasiada gente.
El 60% de las personas, de los profesionales que he conocido no
tienen, en absoluto, capacidad de trabajo. Son unos inútiles. Un
estorbo. Un peaje que hay que pagar para poder hacer avanzar la
máquina. Todo podría ir como la seda pero, oye, que a López le dio
por trabajar, en vez de hacerse ermitaño o algo así. Y hay que
aguantar a López.
Como López además de inútil es muy
orgulloso, López sigue agarrado a su puestecito en la empresa. ¡A
López de ahí no lo mueves ni con palanca! López lo único que sabe
en esta vida es parasitar, así que de su silla no lo mueves, porque
agarrarse a ella como una rémora a una ballena es su especialidad.
Mira, yo no tengo problemas en pagar más impuestos si todos estos
inútiles salen del mercado laboral, así, pum, de un plumazo. Si
tengo que pagar un extra para mantener a estos tíos sin que molesten
en mi quehacer diario lo pago feliz. Dinero besado.
Yo no trabajo tanto por dinero como por
placer. Y estos inútiles se interponen entre mi placer y yo. Y,
querido amigo, ese sí que es un error capital. ¡No sabes con quién
te has metido! ¡Te voy a matar! ¡Pero matar! Como vuelvas a
retrasarme un minuto más te voy a matar. Así. Matar. No te lo voy a
decir más veces. ¡Que te pires ya! ¡Que te pires!