martes, 1 de noviembre de 2016

Teórica y Práctica melódica Jabalina Vol. 4 Cuentos de Navidad


De este disco sólo recuerdo una versión de La Casa Azul de Feliz Navidad de José Feliciano. El resto es vaporware para mi.


La Casa Azul es primera división, el Porta de otros tiempos. Antes de Porta estuvo La Casa Azul. Ambos hablan de lo mismo pero de formas distintas. Pero son exactamente iguales.

Con la discografía de La Casa Azul y Porta ya tienes el tema de la música resuelto en una isla desierta. Cuando no quieras sentir un sonido bubblegum te pones la chulería de Porta y al revés. No tiene puntos ciegos, este combo. Es ganador.


Así puedes usar el espacio que queda en tu mochila para otras cosas de utilidad, como una pistola con mira telescópica para cazar chimpancés en las palmeras y comértelos. ¿A qué sabrá el chimpancé? Casi a hombre, digo yo. Una comida satánica debe estar compuesta de delfín, de chimpancé y, de postre, de sueco.

En la mochila también habrá que llevar una Game Boy con el Tetris, porque ese juego es eterno. Lo que no son eternas son las pilas. El tema de la energía sería un tema jodido, en una isla desierta. ¿No existe ninguna mini central eléctrica que quepa en una mochila? Porque eso lo habría que inventar.


Bueno, sí existen, los cargadores solares esos. Son para móviles, pero bueno, no pasa nada, pues en vez de Game Boy llevamos móvil. Perdemos encanto pero ganamos en funcionalidad, que en una isla desierta prima la funcionalidad. Si quisieras encanto no habrías naufragado y seguirías bailando en el Titanic. ¿No?

Más cosas. No sé, canicas, clips, cosas de esas que te valen para cualquier cosa. Un mechero. Con el mechero estamos en las mismas. ¿Cómo lo recargamos? Podemos llevar un Zippo y un recambio de gasolina de esos, pero eso se terminará al final. Y no puedes tener un fuego constantemente encendido. Acabarías con la vegetación de la isla y pronto no te daría frutos ni sombra. Ni aire limpio, todo estaría lleno de humo.


La gente no cae en la cuenta de lo importantes que son las plantas. Una planta es una cosa que come mierda y caga oro. ¿Tú has caído en la cuenta de la tecnología alienígena que tenemos gratis, sólo por nuestra cara bonita? ¡Una movida que come mierda y caga oro! ¿Pero esto qué es? Tesla es un marica. Las plantas lo dejan a la altura del betún.

Sin plantas te vas a tomar por culo. No, no enredes que eso es una verdad como un templo. Con lo que tú cagas, si no hay plantas que se coman esa mierda y produzcan oxígeno, para que tú respires y puedas seguir cagando, sin plantas se jode el chiringo. Así que ¡hombre! no tales tantas. Mira a ver. Qué no estás tú solo en el barco. Que los demás también tenemos derecho a respirar y tener sombra, que este sol pica mucho. Y tú ahí, como un descerebrado, talando árboles como un gilipollas.


Si esto no es una cuestión de ecologistas, que a mi me caen fatal también. Es una cuestión de dos y dos son cuatro. De que esos putos árboles, que parece que no hacen nada, te están limpiando la atmósfera gratis. ¡Gratis! Sin poner filtros de aire y sin rollos. Vamos, y no en plan esclavo, es que a ellos les gusta comer mierda. ¡La mierda es su alimento! ¿Pero tú te das cuenta de cuán perfecto es el ecosistema que nos regaló Dios para que llegues tú ahora a talarlo? No, hijo, no. Eso no te lo podemos permitir.

Las cosas están estupendas tal y como están. No necesitamos que vengas tú con ninguna máquina maravillosa a solucionarnos la vida. En vez de eso, deja de talar a lo loco, que el loco eres tú, y deja las cosas, que tal y como son funcionan a las mil maravillas. El que funciona un poco mal eres tú, me parece. A ver si, espérate, no te vamos a acabar talando a ti.