domingo, 1 de enero de 2017

El gran libro de los manga Alfons Moliné Glénat

No me gustan a mi mucho las enciclopedias de cosas. Siempre las dejo a las pocas páginas.


Supongo que leer una pequeña descripción de un montón de obras, no se, se me antoja superficial. Siempre acabo pensando que debería estar leyendo esas obras en vez de estar leyendo sobre ellas.

El mismo principio no se aplica a los youtubes de videojuegos, algo con lo que me pasa al revés. Prefiero ver youtubes de videojuegos que jugar videojuegos.


Jugar a un videojuego como Dios manda exige no hacer nada más por, por lo menos, un par de horas al día. Y yo no sé si es que estoy mayor o que hay demasiados videojuegos o demasiado largos.

No creo que la respuesta sea hacer juegos para móviles. Esa burbuja ya está pinchada y gracias a Dios.


Supongo que la respuesta es seguir haciendo lo mismo que hasta ahora pero teniendo en cuenta pequeños detalles: que ya no me apetece tanto jugar a videojuegos y que son demasiado largos.

Hacer juegos más cortos abarataría su coste de producción y, por tanto, su precio final. Y así a lo mejor nos animamos a comprar más.


Supongo que mi óptimo de hoy sería una consola que pudiese ejecutar todos los sistemas hasta la PSOne y que los juegos costasen entre 10 y 15 euros. Y que vinieran en cartuchos. O en tarjetas de memoria grandes que se parecieran un poco a los cartuchos. Por razones prácticas y estéticas.

A lo mejor que los cartuchos se pudiesen comprar vírgenes y se pudiesen “llenar” con el juego deseado en puntos de venta físicos, como la FNAC, en máquinas expendedoras de juegos similares a las que sacaron con la Famicom Disk System. Y que a la vez imprimieran una etiqueta con la carátula. Pero estoy divagando.