A mi los monstruos no me gustan mucho.
Me dan miedo. Y pasar miedo es una cosa que no me gusta nada.
Prefiero reírme.
Sin embargo, escuchando al AVGN me han
acabado haciendo tilín los monstruos, porque el tío transmite las
cosas con una pasión y con una sinceridad que te haces fan de lo que
él lo sea.
A mi Godzilla siempre me había dado
ajco, ahí como un moñeco tope chungo haciendo como que pisa
edificios. Quita, quita. Pero, ya ves, después del Godzilla-Thon de
Cinemassacre me encanta ese muñeco. De verdad.
Como decía Don Juan de Marco, nuestra
forma de hablar tiene los matices de los lugares en los que hemos
estado. Yo me he preocupado de crear una mezcla explosiva, porque yo
no doy puntada sin hilo desde que salí del coño de mi madre.
Incluso en la barriga ya estaba haciendo planes. Mi madre no lo sabe,
pero en las paredes de su útero tiene unos bocetos de mi plan
maquiavélico para conquistar el mundo.
Yo soy así, un soñador.
Sólo hay una cosa que me ralla: lo
lentos que sois. Si no fuera por lo lentos que sois yo ya tendría
una corona de oro sobre mi cabeza. Sin embargo, para que se cumplan
ciertos objetivos, ciertas piezas se tienen que mover para que se
muevan otras y, a su vez, otras. Y, chico, esperar tanto cansa. En el
colegio acababa la tarea un cuarto de hora antes que el resto. Pero
con los años os he cogido una ventaja que, no sé, estoy por
comprarme un yo-yo.
¿Qué hago hasta que vosotros
resolváis ciertos laberintos mentales que os bloquean? Es que de
videojuegos estoy harto, de verdad. ¿Otra cosa? Eldiario.es me lo sé
ya de memoria. Con Infolibre me pasa igual. Otra cosa.
Tirarme a las drogas paso, porque luego
hay que salir y es un rollo.
No sé. ¿Ideas? Ah, no. Que de eso no
tenéis. Es verdad.