Qué cansado estoy de los cómics. ¡Qué
cansado! Todo lo que no sean videojuegos está out.
Ahora bien, ahora que los videojuegos
ya huelen un poco quizás sea el momento de volver a los cómics.
¿Quién sabe? Los caminos de la molonidad son inescrutables.
Por eso no debes tirar nada, porque
todo vuelve. El trozo de mierda más indeseable puede parecerte oro
mañana. Así que hazme caso y vuelve loca a tu madre a base de
acumular enseres.
Para eso están las madres, para
volverse locas. Tú sólo puedes elegir hacia dónde enfocan esa
locura.
O, más que elegirlo, tienes que
orientarlas. Orientar su locura hacia terrenos productivos para que
la locura deje de ser locura y pase a ser genio.
No es ningún secreto que a mi me
gustaría ser una especie de profesor Xavier que se haga cargo de una
escuela de niños con habilidades especiales. Por eso entreno con mi
madre, porque es lo que tengo más a mano...
Como sabéis, si a los mutantes no se
les reconducen sus capacidades hacia terrenos constructivos se les
puede pirar la peloti y ser peligrosos para los demás y, encima,
para sí mismos.
Para esto sirven los cómics. Para
proporcionarnos un escenario dramático que haga de los problemas
cotidianos algo divertido.
Con un poco de azúcar, esa es la
clave. ¡Con un pooo-cooooo de azúúú-caaaaar, la píldora que os
dan, la píldora que os dan paaasarááá mejooor...!