martes, 1 de noviembre de 2016

The Shins Wincing with the night away


¡Menudo disco más coñazo! Y la portada, que otrora parecía top, ahora parece un dibujaco hecho por un niño tuercebotas.


La prueba es la prueba del tiempo. Si no tienes pericia para reconocer la calidad de un vistazo, tú necesitas la prueba del tiempo. El tiempo separa el grano de la paja. Con el tiempo verás que lo que parecía oro son cenizas y lo que creíste eran cenizas es, en realidad, puro oro. Si no tienes olfato bueno, tú lo que necesitas es, sin ninguna duda, la prueba del tiempo.

El tiempo es el más cabrón de los hijos de puta. A él no le valen melindres, no le valen postureos. El tiempo si eres malo te siega, aunque llores, aunque patalees. Te corta el cuello y sigue su trabajo, con la satisfacción del deber cumplido.


Si no has hecho los deberes, lo siento, el tiempo es el examen final. En el que van a pillar. En el que si te sabes los ejercicios de forma mecánica, superficial, vas a patinar y te vas a romper la boca. Si te has pasado el curso jugando al mus en la cafetería el tiempo te pilla. Tiene un detector de fraudes y te va a tirar al ostracismo. Lo siento, no es culpa del tiempo, es culpa tuya por vago.

Yo no digo que, a lo mejor, a ti te sale más a cuenta ser segado y currar poco que no ser segado. Claro que sí. A ti, total, te interesa más jugar al mus que destacar en los estudios, así que no veo mal que actúes así. Pero ¡hombre! Luego si te siegan no te quejes. ¿No? Te han visto el envite. Ahora no te quejes, chiquillo.


El tiempo te siega y tira millas. Se olvidaron de ti. No, no luches que no sirve de nada. Se han olvidado de ti. ¿Y ahora qué vas a hacer? ¿Salir en OT El Reencuentro, como una estrella apagada, a mendigar un contrato? ¡Mal plan! Si hubieras hecho los deberes no te verías así. Si hubieses dicho no a ese horror que es Fórmula Abierta, que es pan pa hoy y hambre pa mañana, no te verías así.

Hay que hacer más como Manu Tenorio, como Nuria Fergó. Que, oye, lo mismo no ganaron el concurso, pero no se tumbaron a la bartola. Siguieron cantando y bien que lo hacían. A mi me encantan estos dos. Y la canción de Amar en Tiempos Revueltos, de Fergó, es de mis favoritas.


Lo mejor es trabajar. Ese es el antídoto que te librará de la guadaña. El tiempo es un profesor duro pero justo, y si ve que te has esforzado no te suspenderá. Ahora, si ha visto que te has rascado demasiado el ombligo te va a suspender, aunque hayas sacado la misma nota que el que se esforzó, al que aprobará.

No, si a mi también me gusta tumbarme a la bartola, a ver qué te has creído. Pero, hombre, es que no sólo me gusta tumbarme a la bartola. ¿A ti sí? Bueno, bueno, esa es otra cosa, claro. Si te gusta, oye, quédate ahí tumbado. Pero yo es que me tengo que ir yendo porque, pues entiéndeme, yo tengo otros objetivos en la vida, además. Pero tú quédate, ¿eh? No te muevas. Tú, a lo tuyo.