viernes, 3 de julio de 2020

Final Fantasy VII




¿Podré con este tocho con el que no pude en 1997, cuando sus gráficos cuadrados no eran tan notoriamente horribles? Tal vez. Pero déjame ir a mi ritmo.

El problema es que la historia es demasiado emo, y lo emo es muy dulzón. No tuve tantos problemas con Earthbound ó Chrono Trigger, juegos con más mordida. Menos mágicos en plan delirio. En plan IDA.


Un amor adolescente es así, completamente dulzón. Y si no es así no es suficientemente bueno. Si no tienes un amor Final Fantasy VII en tu haber eres un imbécil, un mierda seca. Palabra.

Como ya habrás adivinado, llevar hasta el final un amor adolescente es semejante a terminar Final Fantasy VII. Puede ser tedioso pero nobleza obliga.


¿Pero qué hacer cuando la jugabilidad se hace densa y soporífera? Ahí está el quid.