jueves, 30 de noviembre de 2017

Shenmue II

¡Parad las máquinas! ¡Detened las rotativas! He trincado el Shenmue II por 3€. Para los que seáis ignorantes en el mundo del retrocoleccionismo videojueguil os tengo que decir que esta es una pieza excelsa que se cotiza entre 30€ y 60€. He triunfado como la Coca-Cola.


El dependiente del Cash Converters donde he pillado este megahallazgo también sabía de su importancia, así que me recordó repetidas veces la suerte que yo tenía. ¡Que sí, tío! No me lo digas más, me estás haciendo sentir culpable por tener un poquito de suerte de cuando en cuando.

Shenmue es el típico videojuego de culto que te cagas, si vas a una fiesta de retrocoleccionistas va a salir Shenmue en la conversación de fijo. Vale que el cotizado-cotizado es el de Dreamcast, pero yo estoy muy contento con lo mío.


Afortunadamente yo no me muevo con retrocoleccionistas, por eso mi cerebro está bien. Los retrocoleccionistas y gente así están muy pirados y nunca entiendes qué rayos les pasa por la cabeza. Su mirada es esquiva y no sabes si están pensando en cuánto admiran tu pieza o en cómo van a matarte para robártela.

Intento sacar lo mejor de cada tipo de gente: de los retrocoleccionistas saco su hobby, que me encanta, pero dejo su locura excesiva. Con los fachas cojo su sanote sentido del humor pero dejo su cutre manera de enfocar las cosas. Hay que hacer esto si uno quiere ser feliz.


El equilibrio es la cuenta pendiente que en este momento tenemos como sociedad. Si vas por la calle verás o panolis en una ridícula bicicleta o panolis en un ridículo SUV. Yo ni entiendo cómo alguien puede atreverse a ir en bicicleta por Madrid con el tráfico que hay ni cómo alguien en medio de un grave problema medioambiental puede elegir un SUV entre todas las opciones posibles.

Como a mi me gusta ir por el camino de en medio voy andando, porque así ni tengo miedo de que me atropelle un SUV si cojo una bici ni me siento mal por estar echando macísimo de humo a la atmósfera.


Juan va por la vida como Dios dispuso que se hiciera: Juan camina por la acera, Juan coge el coche cuando tiene que ir a una provincia por carretera y Juan coge un tren si quiere hacer un viaje. Juan deja los modernos inventos del demonio para los endemoniados, como no puede ser de otra manera.

Juan, sin embargo, en su grandeza, acepta que tú vayas en bicicleta. Juan podría mirarte por encima del hombro, naturalmente, pero Juan se corta un pelo. Así de grande, así de magnífico es Juan.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Vacaciones en Familia

Esta película está protagonizada por Cedric The Entertainer. Lo pone como si yo debiese saber quién es, pero... Ni pajolera idea de quién es este señor, de verdad que lo siento.


Supongo que en Estados Unidos Cedric The Entertainer será tan conocido como aquí Jordi LP o el Señor Barragán, que puede permitirse aparecer en un cartel con su nombre artístico y que nadie diga nada. Es evidente que Cedric se ha ganado a pulso no tener que escribir meramente Cedric Smith.

A mi, francamente, un nombre artístico me parece un mote que en vez de ponértelo otros te lo has puesto tú mismo. A mi los motes no me gustan, así que si quieres picarme ya sabes la fórmula. Sin embargo soy justo: a los demás tampoco me dirijo por su mote sino por su nombre. Un mote me parece una falta de respeto grandecita, no sé.


A mi me gusta que se me conozca por mi nombre y mis dos apellidos. Mi nombre soy yo, mi primer apellido mi padre y el segundo mi madre. Aquí no falta ni sobra nada, así debe ser, ni más ni menos. Aquí lo importante soy yo y que yo honro a mi padre y a mi madre. Menos de esto me parece de pobres personas.

Es muy habitual haber sido víctima de un mote y de mayor ponerte ese mote a ti mismo como “nombre artístico” para que, antes de que te lo llamen los demás, llamártelo tú a ti. Es como comer mierda voluntariamente en vez de dejar que te la hagan comer los demás. No sé, no sé. Entiendo el razonamiento pero me parece bastante calzonazos.


A mi me han intentado sacar motes pero no han acabado de cuajar, debe ser porque cuando me llaman por un mote pongo cara de que no me está gustando mucho. No lo hago a voluntad, me sale solo. Es como cuando pasas demasiado cerca de un perro y notas que gruñe. No te acercas otra vez por si acaso. Es un poco así.

Sólo le permito que me llame por mote a un amigo, pero porque es demasiado tonto. Explicarle por qué no tiene que hacerlo sería un gasto de energía inútil, así que prefiero que sea ese perro que te llena la alfombra de babas, pero bueno, tampoco lo vas a sacrificar porque le conoces desde pequeño. El pobre no da para más.


Sin embargo, los motes tienen una cosa buena: te quitan los delirios de grandeza de un plumazo. No hay nada mejor que recordarle a Carlos, que ahora va de milhombres, que él no es el Señor Carlos pero ni mucho menos, él es Campillo porque de pequeño se meó encima en el campillo de donde las eras. Así que bájate un poco esos humos, Campillo.

Por eso yo tampoco inspiro mucho los motes, porque delirios de grandeza tengo pocos. Sexuales todos los que quieras, pero de grandeza...

martes, 28 de noviembre de 2017

El Grito (The Grudge)

¡”Nunca perdona”! ¡”Nunca olvida”! ¿Pero qué clase de loco alberga esta cinta? No pienso averiguarlo con estas credenciales.


Esta peli parece ser que es terror japonés tipo The Ring, o sea, que pasando. A mi el terror desquiciado es una cosa que no me sienta muy bien y prefiero que lo vean otros de naturaleza más retorcida. No hay nada más chungo que un bicharraco correteando por el techo.

Por esta misma regla de tres no puede jugar a Dead Space, porque me daba demasiado miedo. Del mismo modo no pude ver V de pequeño, tuve que esperar a hacerme mayor para aguantarme el miedo, no para no tenerlo.


Yo soy de comedia, de reír. Entré en El Pasaje del Terror de El Parque de Atracciones y tampoco me gustó. ¡Qué mal rato! ¿Por qué voy a querer pasar miedo cuando puedo estar riéndome a mis anchas? Para pasar miedo me meto por la M-30 con el GPS activado, eso sí que te coloca en un estado de tensión psicótico.

Supongo que el miedo está diseñado para personas que tienen un candado demasiado exagerado guardando su corazón y necesitan dinamita para abrirlo. Yo como no tengo candado ni tengo nada me gusta reír. Soy como una casa de pueblo en 1985, mis puertas siempre están abiertas porque ¿quién va a entrar a robar?


Las películas de miedo les suelen gustar a las pavitas que van por la vida de puntillas. Como no se atreven a experimentar las sensaciones de manera normal luego necesitan un chute fuerte de las mismas cuando llegan a casa. A mi eso me parece un poco cutre, pero que cada uno se lo monte como pueda.

Yo soy de mucho reír, en resumidas cuentas. Todo me parece gracioso, todo me parece una idiotez mayúscula. Soy como el Tío Albert de Mary Poppins, que se pasa el día riendo en el techo y contagiando a las visitas. Así son capaces de flotar hasta él y juntos tomar el té de las 5.


Así que si quieres que te regale este DVD ponte en contacto conmigo porque yo no lo quiero. No pienso verlo, no insistas. De ponerme algo de miedo me pongo el Dead Space, que jugar a un videojuego es mucho mejor que ver una película. Antes estaba peor visto pero mira cómo cambian los tiempos.

¿Te acuerdas cuando despotricabas contra los videojuegos? Ahí sí que me reí. De ti, de ti, no contigo.

lunes, 27 de noviembre de 2017

Dos Chalados y Muchas Curvas

Esta peli me importa un higo, lo que pasa es que venía en un pack que me interesaba por otra película. Sea como sea tenemos en nuestras manos una peli de entre colegones y acción que puede estar o muy bien o muy mal.


Sale el malo de American Pie, así que, oye, algo es algo. Ya es una cara conocida, que las caras conocidas son una cosa muy importante. Hacen que te sientas menos solo en las fiestas, por ejemplo.

Puede que estés un domingo en El Matadero escuchando a un muchacho tocar el theremín, pero como ha pasado por tu lado un tío que conoces de hace tiempo haciendo fotos ya estás en el rollo. “¿Ves a ese que hace fotos? Pues a ese lo conozco yo”. Quedas así como dabuti, como si tuvieras alguna importancia. Ya ves.


Conocer a peña es algo como muy curioso, sientes que vales mucho más que si vas a El Corte Inglés y pagas en las cajas de autopago un Red Bull. Si vas a El Corte Inglés a pagar Red Bull en las cajas de autopago en chándal, no sé, como que sientes que hay gente que te está mirando y está pensando que eres un mendigo. Pero en ese momento recuerdas que conoces al de las fotos de El Matadero y de mendigo pasas a ser tronco cool.

¿Veis qué gilipollez es todo? Soy el mismo, lo único que cambia es que has visto hacer fotos al que era novio de una conocida. Pero como está en el rollito chachi ya eres mejor que hace un minuto. ¿Somos retrasados hardcore los humanos? ¡Puedes apostar tu theremín!


El rollo es una cosa cansadísima, a mi saludar a gente e interesarme por su vida no me gusta nada. ¿Pero qué vas a hacer? ¿Hacer como que no lo has visto? Pues sí, yo hago mucho eso. Veo que viene este con camisa como hawaiana y me pongo a mirar un escaparate interesadísimo, para no tener que saludar al de la camisa.

Además como ya le conoces y ves que lleva una camisa hawaiana ya no necesitas que te cuente nada: ya sabes que a este le va regular, porque este tiene cerebro más bien de mosquito, y que encima tiene la osadía de creerse guay, por eso lo de la camisa hawaiana. Los panolis que se creen guays optan por ese tipo de camisas.


Como veis, estoy destinado a estar en el rollo. Mi manera de ser es el rollo mismo, podríamos decir que sin mi no hay rollo alguno. Si yo me voy se acabó la fiesta. Por eso debéis seguirme como buenos perros, porque yo soy aquel que hace que de ser trocitos de caca paséis a ser chicos guays que visten a la moda.

Yo decido quién sí y quién no, en resumidas cuentas. ¿Ves qué importante soy? Ni Ana Patricia Botín.

domingo, 26 de noviembre de 2017

El Cortador de Césped

No sé, yo es que lo de que la realidad virtual es un pufo lo veo como muy claro. A las pruebas me remito: El Cortador de Césped. Ahora sí que te he dejado sin argumentos.


Macho, ya nos viniste a mitad de los 90 con lo de la realidad virtual y te dijimos que no; ahora nos vienes con que ya no es lo mismo porque la potencia de proceso se ha incrementado. ¡Pero sigue sin molar! ¿Es que no lo entiendes?

Lo de la realidad virtual tiene muchos fallos, uno de ellos es el casco. Es cansadísimo ponerse eso en la cabeza y no compensa. O sea, que el ratón ha ganado al trackpad por conveniencia y tú me insistes en que me ponga un casco.


Otro problema es conceptual: realidad virtual es una cosa como muy adecuada para una sociedad en decadencia. Te metes en la realidad virtual para pensar que el rollo que había antes sigue en pie, pero nanay; el rollo se fue a la mierda y toda la realidad virtual del mundo no puede cambiar eso.

Tanto fallo junto no augura nada bueno. Las cosas que tienen fallos y hacen como que no acaban muy mal, como Napoleón. Empeñarse en que su berrinche era una causa divina le salió muy caro.


Por tanto a mi la realidad virtual me parece una cosa muy útil para la medicina y cosas así pero como “next big thing” nada de nada, más que nada porque eso del “next big thing” se acabó. Las “next big things” son cosas propias de sociedades en plenitud, no de esto.

Cuando todo está en su sitio te puedes permitir jugar a la “next big thing”, pero ahora no, hijo. Ahora es más de una lata con una cuerda atada. Instagram también me vale: Instagram es la lata con cuerda atada de la tecnología.


Así que cuando te canses de intentar vendernos la realidad virtual yo te espero aquí sentado con El Cortador de Césped, que es una película cutrísima y encantadora, como tu casco de realidad virtual.

La movida es que yo no le voy pidiendo dinero a la peña para hacer una gilipollez. ¿Captas la diferencia?

sábado, 25 de noviembre de 2017

Supercañeras (St. Trinian´s)

Si quieres una cult movie recientita y no quieres caer en la obviedad de Spring Breakers de Selena Gómez, no lo dudes: St. Trinian´s.


St. Trinian´s va de un internado de perritas que ojito con ellas: no pasan una y están todas rabiosas perdidas. Del argumento-argumento no me acuerdo, pero la gracia de la película es la que acabo de decir, como la gracia de Pink Flamingos es que Divine se coma una caquita de guau guau.

El director del internado es un transformista furioso que expresa su rencor vistiéndose de mujer conservadora. ¡Diablos! ¿Qué hacéis que no estáis yendo a pillar este engendro inmediatamente?


En el IMDb le dan un 5,8, o sea, que ya no tienes que ir a mirarlo, ya te lo he dicho yo. ¿Desde cuándo las películas guays tienen que tener notas altas? Lo guay es hacer un pufo fino y que la gente encima aplauda. Pregúntale al marido de Alaska, por ejemplo.

A mi me parece que el rollo posmoderno se acabó, por definición, el 2007. Precisamente ese es el año de copyright de St. Trinian´s. O sea que, si nos empeñamos, podemos decir que tenemos entre manos la última obra posmoderna auténtica. ¡Bien por nosotros!


La posmodernidad fue algo muy guay y hay que tener testigos de ella en las estanterías. Hay que tener un disco de Yelle, por mucho que Yelle tenga calidad verdadera y no impostada; hay que tener unos vaqueros pitillo American Apparel para recordarte que tú también estuviste delgadito y entrabas ahí. Hay que tener un bolso falso de Vuitton que hayas llevado con genial ironía.

Ya sabemos qué hay que tener de aquella época, pero ¿qué hay que tener de esta? Un pan de masa madre, imprescindible. Tienes que pillar un pan de masa madre inmediatamente. Hay que tener unas zapatillas como de hacer montaña aunque no salgas de Chamberí. Hay que tener un niño porque la Crisis te impulsó a la procreación, ya que el miedo impulsa a procrear raudo.


Las modas son una cosa fabulosa, pero más fabuloso es utilizarlas en tu beneficio. Si te descojonas de todo el mundo, como yo, siempre te lo pasarás bien porque pase lo que pase siempre habrá gente pensando que es el top cool cuando en realidad es el top cutr.

¿Tú te creíste lo de American Apparel y lo de las zapatillas Victoria? Entonces igual también te has creído lo del rollo raw. ¡Contigo cualquier cosa es posible, por muy irrisoria que sea!

viernes, 24 de noviembre de 2017

El Discurso del Rey

Esta peli tiene como buena pintilla, tiene loguitos con que le han dado premios, cuesta 2,50€ y, lo que es más importante, está en las baldas de Recomendados del Cex.


No la veré hasta dentro de dos años y dos meses, cuando calculo que tendré el espíritu suficientemente apaciguado como para verme una “película dramática normal”. Si me la pongo ahora me empezaré a aburrir a los cinco minutos y se me ocurrirán cosas urgentísimas que hacer.

No entiendo cómo alguien puede llevar hoy en día la vida que vivíamos, no sé, en 1995. Es imposible. En el aire hay taurina, no te permite pararte a tu gusto como antes. Hoy hay una cosa que te impide tomarte dos horas para ver una película lentita si no te atan con un buen cinturón al asiento.


Juan, glorioso, es muy perceptivo a los cambios en La Fuerza. Juan no toma decisiones usando su cerebro, aunque es colosal. Juan escucha los dictados de Aquello Que Nos Rodea y Nos Da La Vida y obedece como un perro pequeño. Por tanto Juan no piensa verse este Blu-Ray hasta dentro de un tiempín.

Juan sabe lo que se lleva y lo que no porque no escucha a tuercebotas que hablan de tendencias o no sé qué. Juan no lee Jot Down, ya que eso le avergonzaría profundamente. Juan sabe lo que se va a llevar escuchando a La Fuerza. ¿Tú no lo haces así? Claro, por eso tú eres un puto mierda y yo no.


Juan no puede permitirse según qué compañías, quiero decir. Juan tiene que mantener su casa limpia de insectos y no te puede dejar entrar, lo siento mucho. Si Juan necesita compañía se comprará un perro, pero a las moscas Juan las tiene que echar. No te lo tomes a mal, mi querida mosca.

¡Tranquila! Hay mucha mierda de perro suelta. Tengo entendido que en los parques hay unas zonas concretas donde los perros cagan. ¿Has visto qué suerte? Para ti eso es un parque de atracciones, ¿no te parece? Puedes ir allí y estar en tu salsa. Pero en serio, a mi déjame en paz. Juan te exhorta.


Juan, entiéndeme, tiene que pensar ya en sí mismo y en los suyos. Juan no puede tirar del carro de cualquier inútil que llame a su puerta, por muy enternecedor que le parezca. Juan tiene que echarte, vagabundo intelectual, porque a estas alturas lastras el buen discurrir del Clan Juan.

Si me hubieras cogido a los 20 años... ¡Ya ves! ¡Esto hubiera sido una fiesta! ¡Con los retrasados mentales como tú es con quién mejor se lo pasa uno! Pero Juan te tiene que echar. ¡Largo!

jueves, 23 de noviembre de 2017

La Fábrica de la Felicidad – Coca-Cola

Recuerdo como si fuese ayer cuando los sofisticados anuncios de Honda arrasaron en todos los festivales publicitarios; aquellos anuncios eran la molonidad hecha spot y han sido copiados hasta la saciedad.


Como quería un souvenir de aquella época me he comprado este DVD, cuando Coca-Cola empezó a hacer dibujos animados en 3D para promocionar sus productos, como marcan las modas. Primero miras la Vogue y luego decides qué ponerte, ¿no? Nadie se pone nada fiándose sólo de su talento, es muy arriesgado.

Esta época fue muy cojonuda: aparecieron los DVDs recopilatorios de Michel Gondry y Chris Cunningham y todos pensamos que era el camino a seguir. ¡Qué equivocados estábamos! La macroeconomía nos reservaba una sorpresa de toma pan y moja.


La famosa Crisis nos recordó que esto era todo un timo y que si seguíamos haciendo las cosas que sugería el timo éramos gilipollas de los pies a la cabeza. Por tanto la mística de la publicidad desapareció, porque las divinas marcas de repente se habían convertido en siniestras marionetas del mal. Así que todo se fue al garete, por eso este DVD cuesta 50 céntimos.

Ahora todo lo que queda es un formato estándar de 6 segundos para anunciarse en Youtube. De ahí ya no se puede pasar, vamos, se puede, pero es una bobada. ¡Todos queríamos hacer cosas fabulosas y ahora nos dices que en 6 segundos digamos todo lo que tenemos que decir! Esta gente debe de estar orate.


¡Hala, campeón, lúcete en 6 segunditos! ¡A ver lo que te sale! Muy bueno tienes que ser para sacar algo de categoría de ahí, 6 segundos te dejan desnudo sin poder recurrir al adorno. Yo, por ejemplo, sin adornos estoy perdido. Yo o te lío la cabeza o no soy capaz de vivir. ¿Entiendes? ¡No puedo!

Ya me dirás dónde te escondes en 6 segundos. Mucha producción hay que echar ahí para esconderse. Por eso te digo que yo eso no lo podía admitir, yo si no me puedo esconder bien escondido en la producción paso de hacer nada. A ver si me van a ver el tomate y paso una vergüenza que te cagas.


Esconderse en la producción es una cosa como super 2006, no sé. Hoy ya no se puede, más que nada porque nadie te va a dar dinero para inventos. Hoy en día o vas al grano y lo que tienes que decir tiene alguna importancia o estás fuera. Mejor así, por otra parte.

Lo bueno de una plaga de langostas es que la espiga de trigo que se haya mantenido en pie después del apocalipsis sabes que tiene unos granos de trigo buenos-buenos.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Davidoff – Cool Water – Cool Summer

No, no, no me la echo. Sólo la tengo. No me perdáis el respeto tan rápidamente.


El respeto es una cosa muy olvidada en esta rapidísima sociedad que hemos construido en diez años, desde que se hundió la otra. Esta sociedad de transición tiene como premisa un hecho muy sucinto: salvar el culo. Todo lo que no se dirija a salvar el culo no tiene importancia, por eso el respeto no está de moda.

El respeto se pone de moda en sociedades más avanzadas, en las que la supervivencia no es la piedra angular. Si necesitas comer no estás para hilar fino y si tienes que pasar por encima de alguien pasas. Sin embargo como ya parece que todo se estabiliza estaría bien retomar las viejas costumbres.


Que no te preocupes, que me hago cargo. Que tú estás peor que yo, si ya lo sé. Haces como que estás mejor pero se ve de sobra que estás peor. Vale. ¡Pero hombre, por encima de según qué cosas no me pases! ¿No ves que la crisis terminará de pasar y luego tendrás que cargar con ese San Benito? ¿Pero tú te crees que me voy a olvidar de aquello? Tu error es ese pensamiento cortoplacista tan cutre.

En tiempos de guerra es cuando más elegante hay que ser. Hay que practicar la contención pensando en que la guerra terminará y el que hoy es mi enemigo mañana será mi vecino. Si le hago alguna putada hoy, aunque sea mi enemigo, ¿con que cara le voy a mirar cuando sea mi vecino?


No, no, no, hay que empezar a comportarse bien, niños. No todo vale. Ahora parece que vale todo pero lo normal es que todo no valga, naturalmente. Hoy se te pasa por esa cara de hambre que tienes, robaperas, pero más adelante hablaremos tú y yo de este asunto. O mejor, no hablaremos y simplemente tomaré medidas, que es más sádico. El permiso me lo has dado tú.

Supongo que todos tenemos una lista negra bien llenita de nombres. ¡Buena cosa! Así es como se cuadran las cuentas. En cuanto este incomodísimo tema quede resuelto podremos volver a ser un país segundomundista normal, no uno al borde del descenso.


¡Qué diez años más hardcoretas! Esto ha sido La Movida multiplicada por la Guerra Civil. Una chulada. Lo que se dice una chulada.

Pero lo que te digo, que te tienes que empezar a comportar bien. Venga. No me hagas llamar a mamá.

martes, 21 de noviembre de 2017

Kong Strong – Wild Power

Todo el mundo parece intentar hacerse rico con el Bitcoin pero es evidente que el dinero está en otra parte, cada día aparecen más y más bebidas energéticas y aquí nadie hace ningún documental sobre ello; todos los equipos de rodaje están en Silicon Valley.


¡Pues vosotros sabréis, pero los chinos albergan cada vez más marcas diferentes de estas bebidas al mismo tiempo y parece un pastel que nunca se acaba! No hay que invertir donde dice papá, que tiene la cabeza llena de pájaros, hay que invertir donde dice el niño, que tiene su músculo molón 100% activado.

Si le vas a un niño con el Bitcoin te dirá “mñé”, porque lo único que mola de eso es la típica moneda como de oro con una B grabada que aparece en los memes. El niño te dirá que lo que tienes que hacer es otra bebida energética, que nunca son suficientes.


Si algo no mola no inviertas en ello. En serio, es una ley universal, gravitacional: lo que no mola no tiene éxito. Para que algo tenga éxito tiene que conectar con la gente, por eso Borrell no fue presidente del gobierno. Borrell es muy listo pero el presidente es Donald Trump. ¡No acuses a la gente por hacer lo que le mola! No seas soberbio.

¿Por qué Amazon tiene éxito? Porque a la gente le gusta recibir un paquete, como si fueran una Carrie Bradshaw 2.0. Recibir un paquete hace megailusión, le da vida a tu día, igual que un Red Bull. La fórmula del éxito no es nada complicada, es agua con azúcar.


Los estudios sobre el éxito de Amazon son larguísimos, una presentación de Power Point eterna. Pero la clave es la que te he dicho yo. Ya me puedes cuadrar todos los números que quieras que si a la gente no le molase recibir paquetes a Amazon ya le habrían dado por el culete hace tiempo. ¡Es que mola! Aunque sepas lo que hay dentro lo abres como si fuese un regalo de Reyes.

No tienes que intentar convencer a la gente de que viva en ciudades blancas llenas de coches voladores y muchas zonas verdes porque eso a la gente le da como dentera. Eso lo comprabas en los 70, cuando lo veías muy lejano, pero ahora que parece que puede estar a la vuelta de la esquina... ¡Pasando! ¡Esa ciudad no me mola, mamá, me da miedo!


No olvides que los hombres de negocios son unos mataos, si no no serían hombres de negocios. De esos no puedes fiarte porque llevan traje en vez de chándal. ¿Qué van a saber ellos, los pobres? No saben ni lo que les gusta a ellos mismos, a las pruebas me remito. Si los hombres de negocios supieran lo que mola no serían hombres de negocios, y si no sabes lo que mola, como hemos explicado, no tienes éxito. Caso cerrado.

Tú hazme caso a mi, que me paso el día mirando una mosca golpearse contra la ventana. En este estado de estupidez infantil se descubre lo que sí y lo que no. Y eso del Bitcoin... ¡No sé! Me marea mucho la cabeza. Yo no compro cosas que marean si no ponen pedo, I´m sorry.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Super Nacho

Si tuviese 20 años y tuviese un amigo gordo llamado Nacho ya se habría cagao: le estaríamos llamando Super Nacho hasta que le sangrasen los oídos. Pero como ya soy mayor nada de nada.


Los traumas son una cosa mucho menos dramática de lo que estamos acostumbrados a creer: vale que si estás gordo y te llaman Super Nacho te jode, pero ¿y lo que te ríes? En el momento molesta pero cuando pasan los años lo echas de menos. ¡Ojalá yo pudiese volver a ser “El Filósofo Loco” como me llamaba Raúl!

Los millennials todo muy bien pero han dejado de lado la bella tradición de los motes con mala baba. Si no te aprendes a reír de ti mismo te va a dar igual saber mucho sobre blockchain, por poner un ejemplo, porque en cuanto rocen tu delicadísima piel vas a explotar y vas a quedar en ridículo delante de tu cliente. Antes de saber sobre blockchain tienes que aprender a ser Super Nacho y estar contento con ello.


Einstein se descojonaba constantemente de sí mismo y por eso tenía la cabeza despejada para poder pensar con tranquilidad sobre la Teoría de la Relatividad. Si Einstein hubiera estado rallado con que le llamaban en el instituto “Doc Brown” no hubiera sacado ninguna teoría chula, se hubiera quedado currando en la oficina de patentes como un buen perro. Por tanto antes de estudiar te tienes que aprender a reír.

Tus amigos puede que fuesen gilipollas, pero a nadie se le ha ocurrido mejores motes que a ellos. ¿No es eso un ejercicio creativo de primer orden? ¿No es esa una “redefinición disruptiva del concepto” bajo todas las ópticas? Puedes apostar tu culo, Super Nacho.


En la mezcla perfecta que tengo en mi cabeza hay un porcentaje menor de “rollo millennial” del que suele tener todo el mundo y un porcentaje mayor de “rollo colegones”. Con demasiado rollo millennial puede que saques cosas formalmente muy perfectas pero gustar no le van a gustar a nadie, porque a la gente le gusta reírse con las tripas, no sólo con el seso.

La única manera de ser realmente disruptivo hoy en día es recuperar aquellas cosas que el rollo millennial sepultó. Ya ves, creías que los millennials te iban a llevar al universo cósmico y al final no te han llevado a ningún lado. ¿Te lo dije o no te lo dije? Deberías hacer más caso al Filósofo Loco, sabe lo que se trae entre manos.


El Filósofo Loco pisa todos los cepos del camino para que después no los tengas que pisar tú. El Filósofo Loco te advierte de que ese señuelo esconde una trampa de pinchos de categoría premium. Haz caso a mis consejos y no te engañarán como a un chino porque al honorable Juan ya lo han engañado antes.

A Salva le engañaron los trileros cuando íbamos a comprar el Eternal Champions al Centro Mail. ¿Resultado? Que los trileros no nos han engañado nunca más. Por eso tienes que hacer caso al Filósofo Loco, porque los millennials también juegan, y cómo, a los trílez.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Pequeños Guerreros

Hoy atenderemos un cult classic de lo más exquisito. Algo es exquisito cuando es algo pero no lo parece mucho. Algo es exquisito cuando es sutil, como el Red Bull comparado con el Burn.


Pequeños Guerreros cuando se estrenó pensaba que iba a ser más blockbuster de lo que al final fue, pero luego la gente no se rindió demasiado a ella. ¡Es que es demasiado buena, demasiado fina! Es de 1998, si fuese de 1988 lo hubiera petado en plan Cazafantasmas mezclada con Los Goonies.

Pequeños Guerreros está de rabiosa actualidad porque su argumento es el mismo que el del 15-M y la independencia de Cataluña: una raza pacífica y venerable contra una raza violenta y adicta al movidote. ¿Quién gana al final? Yo no sé por qué los fachas ni siquiera se molestan, de verdad. Si siempre ganan los buenos.


Juan, avispado, ve una oportunidad de negocio en lo que los demás ven una crisis política. Juan ve que sus encantadores amigos fachas están con el cuchillo al cuello mientras una legión de perroflautas reclaman sangre, vísceras, muerte en general. ¡Tranquilos, pies negros! Juan tiene algo que decir.

Juan, como el Padre Damián, es compasivo que te flipas. Juan ve que la eliminación de los fachas, aunque apetezca, no es práctica. Juan ofrece a los fachas una pax mucho más interesante que la que ofrece Gabriel Rufián, que como le dejen se los come con patatas. Juan ofrece a los fachas una alternativa suculenta a la muerte: ser mis mascotas.


Juan es un amo buenísimo, toda mascota está contentísima con Juan. Juan da de comer cuando hay hambre y da de beber cuando hay sed. Juan te pone una caja de arena para que hagas tus cosas y esgrime un liderazgo mucho más relajado que el del podemita medio, que es así como un poco trotskista. Juan deja que te tires pedos cuando Errejón no lo permite pero ni en 500.000 años.

Juan piensa que por qué acabar con los fachas cuando puedes hacer que te traigan el periódico y las zapatillas. ¿No es esta una crueldad mucho más estupenda que la de Rufián? Rufián será muchas cosas buenas pero gracia-gracia no tiene. La gente de política es como poco graciosa, no sé. Llevan una vara demasiado profundamente alojada en el recto.


¿No te convence? Pues los de Silicon Valley quieren sustituirte por robots, fachilla. ¡Ándate con ojo! Todo el mundo te quiere joder vivo menos Juan. Juan contempla en tu sencilla visión de la vida un activo muy importante para su discurso de moda, sofisticado como pocos. Juan ha hecho para ti, fachilla, un hueco de honor en su relato molón. ¿No estás contento? ¡Plas!

Todos los demás rojeras te quieren dar de lado, mientras que Juan quiere incluirte en el juego al que jugamos los guays. Esto me ha valido muchas enemistades entre la gente cool, fachilla, fíjate cuánto me la he jugado por ti. ¿Cómo puedes pensar que no te quiero? Estás tonto, de verdad te lo digo.

sábado, 18 de noviembre de 2017

Pringles Ham & Cheese Flavour

Las Ruffles York´Eso tienen un competidor titánico, casi da miedo. Además, las York´Eso nunca acabaron de triunfar. Esto deja la pista despejada para esta nueva variedad de Pringles.


Francamente, tampoco están tan buenas. Les pasa como a las York´Eso, que no saben así muy allá. Pero aquí estamos hablando de despiadada competición: ¿qué mola más, Ruffles o Pringles? Podríamos hacer con eso un debate que durase no horas sino días.

Yo le tengo más cariño a Ruffles por eso de que son de aquí, pero ¿realmente son de aquí? Yo con Matutano no tengo nada claro, Matutano creo que es una empresa catalana pero luego vende Lays que son internacionales. En fin, sea como sea vamos a decir que Ruffles son españolas, para abreviar.


Pringles son extranjeras. ¡Brrrrr! ¡Extranjeras! ¡Con lo poco que nos gustan los extranjeros en España! Todo lo que arroje un poco de luz sobre nuestras patéticas vidas en España nos da tirria. ¡Se pasa uno la vida construyendo la marca Tente para que luego llegue Lego y se mee en nuestra puta cara! Ya está bien, hombre. Proteccionismo cuanto antes.

La competición ha de ser sucia, si no en España no nos gusta. Necesitamos medidas proteccionistas que nos protejan (de ahí su nombre) de la calidad extranjera. No puede ser que se abran las fronteras así a lo loco sin pensar en que la calidad de ahí fuera nos va a dejar en ridículo.


En España sabemos ser paletillos, saludar al vecino con cariño fingido aunque luego le pongamos verde cuando hablamos con nuestra mujer. Asimismo, luego engañamos a nuestra mujer en un burdel y la ponemos a parir con otro vecino al que nos hemos encontrado en el mencionado burdel. Pero lo de trabajar eficientemente no nos lo pidas que no lo vamos a saber hacer.

¿Nos condena esto a la mediocridad eterna? ¡Espero que no! Con esquivar las malas hierbas yo creo que está todo solucionado. En España, aunque pocos, hay algunos ejemplares humanos de cierta calidad. Basta con juntarse con ellos y cerrar las puertas a nuestros compatriotas más mediocres, para que se mueran de frío fuera y nosotros, superiores, mejoremos la raza cada nueve meses.


Que estés furioso o lleno de alegría ahora mismo depende de tu calidad genética. Si tienes buenos genes estarás alegre porque ves por fin que hay alguien que comparte tus pensamientos más íntimos. Sin embargo si tienes malos genes estarás furioso porque notas, por instinto, que voy a por ti. ¡Se siente! Haber evolucionado más, saltamontes.

Pero como para decirme algo tendrías que confesar que eres inferior no lo harás, porque lo que más te asusta en el mundo es que los demás descubran que eres inferior. ¿A que sí? Pues eso.