Ser jockey es algo que, francamente, me
interesa. Ser un tío superpequeñito que comanda un caballo tope
purasangre es como muy smooth criminal, ¿no creéis?
El buen perfume viene en envases
pequeños y yo es en algo en lo que ahora tengo que fijarme. Pasada
la época neoliberal descocada en la que Juan pasó a engrosar las
filas del ejército de los enanos (rudos y eficaces), ahora Juan ha
de apoyar a los elfos para que sentencien la guerra con sus arcos
certeros.
Mis queridos elfos, mis queridos
millennials, yo no tengo nada contra vosotros. Mis órdenes
despiadadas han sido fruto de un deficiente sentido militar por
vuestra parte. No podíais atacar en tromba porque sois más frágiles
aunque más sofisticados. Si te di una bofetada fue por tu propio
bien.
Y lo mismo que antes te di una bofetada
ahora te beso la frente, millennial, porque ahora es tu turno. El
enemigo ya está suficientemente débil como para que tus ataques
sean verdaderamente efectivos. Saca tus polvos mágicos (tus Polvos
Flu si eres un millennial Harry Potter) y enséñame eso que tanto
tiempo llevas queriendo enseñarme.
Aunque estoy seguro de tu victoria, no
te voy a alabar todavía más. Tu vanidad es tu punto más débil y
no quiero que nada falle. Así, quiero que invoques dragones
espirituales, quiero que me enseñes qué aprendiste en esos libros
polvorientos que sólo tú conoces.
Una vez terminada la misión que te
encomiendo, millennial, nos iremos a bailar ese techno de fantasía
que tanto mola. Me encantan tus referencias Final Fantasy y seguro
que bailas el unicornio, el baile de moda. Nada puede salir mal.
Comprende, millennial, que las cosas
han tenido que ser así. Eres demasiado importante como para que te
pierda en un ataque sencillo, más apto para gente mucho más burda
que tú.
Bueno, millennial, espero que aceptes
mis explicaciones. O casi mejor espero que no las aceptes, porque
¿qué millennial de mierda serías tú si respetases tanto las
jerarquías?
Espero, millennial, que me sigas
odiando tanto como el primer día. De ese odio nacerá tu polvo de
estrellas y nos bendecirás con tus maravillas. Amén.