viernes, 30 de septiembre de 2016
Heno de Pravia
¡Qué bien huele este jabón! Lo
coloco en el número 2 después del jabón Magno, que me gusta porque
me recuerda a mi padre.
Por alguna razón mi padre se llevaba
un rollo Don Pantuflo cuando yo le veía como un joven guay. Se
lavaba las manos con Magno y se afeitaba con brocha. Se tomaba coñac
Magno (todo Magno, parece que le iba mucho el rollo de ser magno,
como Plim, el magno) y leía el periódico como el rey de la casa.
A mi nunca me pareció tal rey, ya que
yo veía claramente que el rey de la puta casa era yo. A él le veía
como a todo el mundo, un súbdito a mis órdenes. Por eso no entiendo
a qué viene tanto Magno.
Sea como sea a él le molaba eso de
considerarse “todo un tío”, vicio masculino que revela que no
has atisbado tu verdadero señorío. Si tiras de símbolos externos
que hablen de lo tío que eres es porque en tu fuero interno no lo
tienes tan claro. ¿No?
Yo me considero todo un tío, pero por
otras razones. Mi polla está hecha de azúcar, no es esa polla de
esparto y Cayenne que parece que quieren tener todos los hombres
impotentes. Mi polla bebe Red Bull y come chocolates Nestlé, ya que
mi polla es la de un niño juguetón y, como tal, sabe dónde te da
más gusto. Mi polla es la de Mortadelo, la del Monstruo Bu, que se
estira y se encoge a voluntad. Te estrangula mientras te acaricia,
con su glande, la cabeza. Mi polla sabe que eres un insecto y, en el
mejor de los casos, una insecta. Y como tal te trata.
Mi polla viaja a velocidad supersónica.
Mi polla es como Monkey D. Luffy, va tras el One Piece golpeando a
sus enemigos con su mortal elasticidad. Mi polla se ríe de ti como
Gotenks y Trunks fusionados, soberbia, irritante, vanidosa. Mi polla
es irrompible porque no tiene hueso, es puro chicle, kilométrico
como Boomer.
Mi polla se vuelve orate cuando escucha
señores hablando por la calle de Internet como si la hubieran
inventado ellos y no son más que dos vejetes intentando sobrevivir
en un mundo digital. Mi polla trina cuando ve chicas jóvenes
guapísimas haciendo como que no la miran y canta cuando señoras
ancianas, que ya saben lo que es la vida, se relamen por ella.
Mi polla, en resumidas cuentas, es la
polla. No tiene más misterio. Es ese falo soñado por todos y todas,
un falo infalible, un falo incapaz de ser falaz. Un falo que se hace
un nudo para que quepa en el pantalón. Un falo que te da gusto
abrazar.
Toca los timbales y el arpa a la vez.
Hace el espectáculo de luces con un huevo mientras el otro te saca a
bailar.
Mi polla te da de beber. Tiene Baileys,
porque a las chicas os gusta el Baileys. ¿No? Álvarez Rabo dice que
sí. Yo me fío de Álvarez Rabo.
Mi polla bate tu flujo vaginal como una
Braun Minipimer, añade la leche de tus tetas y echa la mezcla a la
Thermomix. La programa para media hora y te invita a pastel.
Mi polla es vaga y no está para
follarte cuando tú quieras, niñata caprichosa. Mi polla, como tal,
es la que manda, y aquí sólo se folla cuando ella dice.
Mi polla parte de la base de que ella
es el Astro Rey y a ti te deja elegir qué planeta eres, pero no
sueñes con usurpar su puesto. Mi polla rige el universo de armoniosa
manera y no tolera cansadas sublevaciones.
Mi polla baila cuando no miras y se
acurruca para dormir.
Mi polla es así.
Star Wars Episode I Racer
Para la Game Boy Color, con su pila
para hacer el rumble pack y toda la hostia. Me lo compré porque
Néstor me dijo que lo tuvo y le provocaba sensaciones retro y lo vi
y lo compré por si lo quería. Me dijo que lo incluyera, mejor, en
mi colección y así lo hice.
Yo no soy muy de Star Wars. Es una saga
que me la trae bastante flojilla. Ya ves, se supone que a mi me tenía
que flipar Star Wars pero no es así. Siempre me pareció una
película triste, me parecía densa, larguísima, y nunca logré que
me llegase a interesar.
Luego he visto algunas de sus partes
posteriores y me han parecido bien, pero no tengo ese hype eterno por
ella que tienen sus fans. Me parece bien pero no soy fan.
De ser fan de alguna lo soy de la
última, hecha por el bueno de J.J., un sencillo artesano. Me parece
que ha tratado a toda la saga con muchísimo respeto y no se ha
permitido experimentos de auteur genial como habría hecho, sin
ninguna duda, Michael Bay, por poner el primer ejemplo que me viene a
la cabeza.
Si a mi me hubieran encargado hacer la
nueva de Star Wars hubiese tratado de ser como J.J. al principio pero
luego mi carácter hubiese explotado y habría terminado convirtiendo
Star Wars en una película de la Troma.
Siempre me ha pasado así. Recuerdo un
curso de dibujo de cómic al que me apunté. Me mantuve apuntado
porque le caía bien al profe y me animaba mucho. Cuando se fue ese
profe dejé de interesarme porque a mi me interesa que me animen, no
que me expliquen cómo hacer las cosas. Eso lo sé hacer yo.
El primer profe nos dio un ejercicio.
Nos dio un guión de cómic profesional, con sus diálogos y sus
planos. Esta viñeta tiene este diálogo y se ve desde este plano,
etc. Su ambientación, todo eso.
Las dos primeras páginas las hice
impecables, exactamente como exigía el guión. Todo perfecto. Ni un
pero. Lo que pasa es que luego el profesor nos dijo que podíamos
continuar el guión como nosotros quisiésemos. Ahí ya se lió
parda.
Lo que era una clásica historia de
tramperos de puerto de mar tipo El Corto Maltés la acabé
convirtiendo en una desquiciada historieta tipo Ren & Stimpy. Los
personajes se convertían en super saiyans sólo porque me salía a
mi de la bola que tengo por pene, como Silicone Tex. La mezcla de
todas mis influencias cristalizó mezclando Mortadelo con Bola de
Dragón. Un cristo alocado se hizo patente hasta que me aburrí y lo
dejé, como hago con todo.
Las cosas sólo me interesan mientras
tenga algo que aprender de ellas. Soy como Goku, sólo busco rivales.
Sólo quiero hacerme más fuerte. Cuando me doy cuenta de que ya soy
más fuerte que Freezer me doy la vuelta y lo dejo ahí plantado, con
cara de gilipollas, que es lo que ahora me parece. Freezer se
mosquea, porque le hago el peor de los desprecios, no hacerle
aprecio. Pero yo, como ya no tiene interés para mi, paso de su puta
cara de supervillano y me largo con Chichí, mi mujer, porque tengo
ganas de mojar el churro, como Silicone Tex también.
¿Es lo mío una maldición? No tengo
ni puta idea. Sólo sé que así es. No tengo ni puta idea del
destino que me depara mi corazón, este órgano que tiene vida propia
y ante el cual no tengo ningún poder, como vosotros. Yo no hago
nada, sólo soy inteligente y me coloco al margen, ya que sé que él
es el que manda y donde él diga que hay que ir es donde acabaré
yendo, ya que él sabe de qué va la movida y yo, más quisiera, no
tengo ni puta idea.
Mis sentidos de ser humano se vuelven
tarumba, porque me lleva por vericuetos que yo flipo. Aquí me
tienes, escribiendo un blog que quizás no vaya a ninguna parte
cuando a lo mejor lo que tenía que estar haciendo es trabajar por
labrarme un mañana. Pero como cuando le voy con mis pesquisas él me
dice que me calle la puta boca porque yo no tengo ni puta idea de
nada pues me callo y sigo haciendo lo que manda. Porque la
experiencia demuestra que él no se equivoca nunca y yo me equivoco
siempre.
Soy un esclavo, pero del mejor amo del
mundo. Supongo que no me puedo quejar.
jueves, 29 de septiembre de 2016
Nilox
Hoy os revelo una de las piezas claves
de mi imaginario. Primero se llama como yo, Nilox, ya que el Ricardo
me llama Nilo porque de Juan Juanilo y de Juanilo Nilo. Los motes,
esa forma de vida autónoma.
Lo que hoy aquí os presento es una
disquetera de 3,5 con enchufe USB. O sea, que vale para meter
disquetes en tu flamante iMac puro, sin siquiera lector de DVD-ROM. O
sea, la quintaesencia del estilo. La travesura más refinada.
En una época de desesperación forzada
por la presión social me dio por mandar curriculums en disquete.
Evidentemente en aquella época la gente no estaba para descifrar mis
jeroglíficos y probablemente el disquete terminó en la basura.
Lamentablemente yo no quiero saber nada
de alguien que no le interesen mis jeroglíficos, ya que son
demasiado buenos como para que los desprecie un retrasado mental. Por
tanto nuestras negociaciones llegaron a un punto muerto.
Sea como sea, yo me quedé con la parte
buena, la disquetera, y ellos con la mala, su retraso mental
galopante. Al tener la sartén por el mango suelo ganar la partida de
forma continuada.
El retraso mental ha sido un estado,
mental, que ha sido el estándar en estos tiempos. Cuando el miedo es
demasiado fuerte el cerebro se retira para que sea el instinto el que
nos lleve por el único camino posible, el de la supervivencia. Ante
un escenario de pánico, sea real o sea inducido, el cerebro se apaga
para que nos centremos en la base de la pirámide de Maslow.
Al ser yo un hijo de puta de los
jodidos-jodidos, de los que no te interesa cruzarte en un callejón
oscuro, detecté que el poder económico se servía de la
intimidación para conseguir sus objetivos. Ya que no me dejaban otra
opción decidí, sabiamente, aprender de mi enemigo. ¿Que tú
intimidas? Pues yo intimido más. ¿Que tú asustas? Pues prepárate.
Por tanto aprendí técnicas insólitas
para mi, aberrantes, locas, fuera de todo tiesto. Lo que he aprendido
estos años observando a mi desquiciado maestro global no tiene
parangón en la Historia. La más sucia de las patrañas ha sido
desplegada para que aceptéis, como corderitos, un nuevo orden ya en
marcha.
Como yo sólo soy un tipo corriente no
puedo, por envergadura, enfrentarme a Legión, ese que no es sólo
uno, son multitud. Lo que sí puedo es aprender de Legión. Es
posible que Legión haya considerado que yo haya podido aprender de
él, pero temo que yo soy uno de esos tipos que se salen de la
matriz. Puede que no, puede que eso es lo que quieren que yo crea,
pero sea como sea apostar por mi inteligencia es la mejor opción en
un escenario como el que estamos describiendo.
Puede que me esté enfrentando a una
supercomputadora pero, ya ves, yo creo que soy mejor que la
supercomputadora más potente. Tengo un concepto de mi mismo que deja
a millones de ordenadores potentísimos conectados en red a la altura
del betún. Temo que mi trama es superior a la suya y ellos no han
podido detectarme. Probablemente haya otros como yo, descifrando una
matriz insólita en la Historia de la Humanidad, mientras vosotros
sólo podéis huir ante lo que los poderes os presentan ante vuestras
pobres narices.
Como absolutamente todo, el nuevo orden
es un juego nuevo. Y después de analizarlo mucho concluyo en que es
bueno para todos. Los tiranos de los que nos advertían los
conspiranoicos creo que no son más que tipos que quieren un mundo
más grande en el que se puedan hacer más cosas, no nos cuentan sus
planes por lo mismo que no os cuento yo los míos: porque no los
entenderíais.
Así que lo que en principio me pareció
el más terrible de los enemigos ahora me parece el más espabilado
de los aliados con los que me he juntado. Simplemente he entendido su
juego y ¡caray! me tiro de rodillas ante él. Os ha engañado a
todos. ¡A todos! Puede que su método peque de rodillo pero hay que
admitir que es imparable. No sólo eso, indetectable. Si no me
metemos a mi en el análisis, quiero decir.
Yo sé de juegos. Sé de jeroglíficos.
Sé de que te digo esto cuando te quiero decir lo otro. Sé de
manipulación, sé de jugar por debajo de la mesa. No tengo un plan
oscuro al final de mi jornada, todo lo contrario, es el más luminoso
que puedas imaginar. Así que, tras mucho analizar, veo que no tengo
ningún enemigo, sólo un cabrón muy listo que ha decidido,
unilateralmente, crear unas reglas nuevas de juego. Y yo, el campeón
de los osados, me he lanzado, como un puma, a desafiarles en su
propio juego.
Temo que ninguna de las partes tenemos
objetivos oscuros. Sólo queremos lo mejor para todos. Por eso no
tengo problemas en jugar con este nuevo rival, titánico. Me gusta
que él sea un titán y yo una hormiga y aprovecharme de mi tamaño
ante él para morderle en los cojones, cosa que nos divierte mucho a
ambos. Soy Neo contra Smith pero ninguno de los dos queremos
matarnos. Sólo pasarlo bien, porque por fin hemos encontrado un
rival a la altura de nuestra categoría.
Vosotros sois la afición, y vais
conmigo porque yo soy el pequeño. Y con esa baza, tan importante,
también juego. No soy gilipollas.
Amsterdamer Fine Cut
He comprado este puto tabacote por
6,95. No había el otro de vainilla que compro y me han endiñado
este, que es más caro pero trae un poco más.
Lo estrenaré viendo GOL, la televisión
que era como de pago pero un día, sin previo aviso, estaba en
abierto. Y no te ofrecen cualquier mierda. Te ofrecen mierda de muy
buena calidad.
Ahora están echando LaLiga World. Por
lo que empiezo a ver este año La Liga ya no es La Liga, es LaLiga,
todo junto, porque fuera de nuestro país probablemente se vea como
una palabra única y hayan decidido hacer la palabra adaptada al
extranjero.
Veo, por esta y por otras cosas, que la
otrora La Liga ha decidido empezar su proceso de expansión
internacional. Ya ves, cuando ya está pasada de moda, ya que ahora
la competición top es la Premier League. Tú hazme caso a mi, que
tengo visión telescópica. No juzgues mis consejos, síguelos y
disfruta.
Sea como sea, el mundo también
necesita personas pasadas de moda, si no no existiría el fútbol.
Así que nos quedaremos con que LaLiga está adaptándose al mercado
internacional, ya que debe dar una pasta cosa fina.
LaLiga es una marca que yo tendría en
cuenta. Te guste o no, en España sabemos hacer fútbol. Sabemos
vivirlo, con nuestro carácter español, animalesco, bravo, encornao.
Para más inri Luis Aragonés nos metió en el mapa del fútbol
internacional y España futbolísticamente está muy cotizada. Ahora
nuestros jugadores se exportan como naranjas premium a mercados más
discretos en estos aspectos, como el chino.
A los chinos les gusta estar en la
pomada. Están cansados de ser ese chinito que le mandas a por
patatas y va. Los chinos sacan pecho porque, oye, tendrán salarios
leoninos y trabajarán 16 horas al día, pero eso lo quieren
rentabilizar ya. Quieren ser un peso pesado en el escenario global y
su presidente, o dictador, o lo que pollas tengan, ha sacado un plan
para colocar a China como una potencia también futbolística.
¡Cojones! ¡No quiero ni pensar en
eso! ¡Un equipo chino competitivo! ¡Eso puede ser una piedra en el
zapato como el Peñón de Gibraltar! Como jueguen al fútbol igual
que hacen todo lo demás será un rival insoportable.
De momento me he fijado que los sábados
o domingos por la mañana echan partidos de LaLiga. Pregunté qué
pollas pasaba y me dijeron que lo ponían a esa hora para que lo
pudieran ver los chinos en su China natal. ¡Joder! ¡Sí que tienen
que tener poder económico estos colegas! ¡Tanta es su pujanza que
nos hacen cambiar la hora de un partido en nuestro campeonato más
que centenario! ¿Habráse visto?
A mi no me parece ningún problema, no
hay que rasgarse las vestiduras, si por jugar un partido por la
mañana nos sueltan un gritón de euros pues se juega. No creo que
los chavales queden con los biorritmos jodidísimos, igual es una
putada pero el pastizábal nos pone a todos tan contentos que se nos
quitan los rollos de biorritmos y pollas.
Además, no se preocupen, amigos
chinitos, si a ustedes les gusta más LaLiga que La Liga les juntamos
las dos palabras y ¡alehop! inventamos otra nueva. No se quejarán,
¿eh? Una palabra que tiene todo eles. Ustedes hablan así, ¿no? Con
la ele. ¿No? A mi es lo que me han dicho.
Podríamos vacilarles y en vez de
LaLiga llamarle Rarriga, porque ellos lo pronunciarían igual.
Montaríamos un cristo sólo por un vacile. Bueno, ese quizás sea
más mi estilo y no el de los negocios serios. Lo siento.
Pero vamos, que un vacile enriquece
cualquier negocio, eso lo sabe todo el mundo. Quizás es que yo sea
mejor que ustedes y, bueno, pues no lleguen a mi finísimo nivel. Por
eso se enfadan. No se enfaden, hombre. Si a mi ustedes me dan igual.
Ah, que es por eso. Que se enfadan
porque a mi me dan igual. ¡Jo, tíos! ¡Lo suyo es infantilismo! ¡Lo
siento! ¡Fin de las negociaciones!
Vistaprint
Vistaprint es un garito donde te hacen
tarjetas de visita. Como ahora soy un tipo serio que tiene una marca
personal pues es de ley que me haga unas putas tarjetas.
Vistaprint funciona como un tiro. Tiene
un editor on line de la puta tarjeta con herramientas sencillas si
quieres hacer el diseño completamente on line o puedes subir tu jpg
de turno con tu diseño hecho con un software más potente.
Vistaprint es un fiel amigo que se adapta a tus necesidades.
Yo, que tengo un concepto de la vida y
el arte que glorifica la sencillez por encima del abigarramiento, uso
el editor on line. He conseguido un logo que se hace sencillamente en
Word (o preferible un procesador de textos gratuito, por el concepto
que cuento, cuanto más fácil y barato mejor) usando la tecla Alt,
la única complicación que me permito.
Los tamaños me la sudan, me la suda
los pesos de los elementos en el diseño final. Además eso es un
engorro, son todo complicaciones. ¿Qué más me da que esto esté a
tamaño 14 o 24? ¿Tú has entendido lo que te quiero decir? Pues eso
es lo que cuenta.
Mi vida está montada así. Con una
estructura básica lo suficientemente fuerte para aguantar que mañana
cambie el viento y sople por aquí. O que pasado mañana sople por
acullá. Mi estructura está diseñada para que aguante todas las
inclemencias del tiempo que le eches. Por eso os insto a que
dediquéis el grueso de vuestro tiempo al concepto, no a la forma,
porque la forma es algo anecdótico. La forma, si nace de un concepto
serio, será original sin duda, ya que la forma se le ha dado para
proteger ese concepto. Y un concepto fuerte crea, por naturaleza,
formas muy originales.
Tú, mi querido amigo, has de imitarme.
Porque yo soy el que sé. Yo soy ese tipo que todo lo sabe, soy
Gandalf, Gandalf el mago. Gandalf El Gris pokevolucionado a Gandalf
El Blanco. Yo te llevo en un aparente laberinto para que seas tú, y
sólo tú, el que halle la respuesta. Si te la dijera no la
entenderías, porque eres tonto. Tienes que ser tú el que halle el
camino que yo ya he recorrido hacia la grandeza. A mi nadie me ha
dado la respuesta, porque no hay respuesta. No hay Grial. El Grial
está dentro de ti.
Claro está, yo tengo que comer, así
que todas esas flechas que te señalan hacia La Grandeza te las tengo
que cobrar. Yo por mi te las daba gratis, pero es que resulta, ya ves
tú cómo son las cosas, que vivimos en un mundo que exige de dinero
para que puedas vivir en él. Si no te echan, inclementemente. Así
que más por obligación que por afición les tengo que poner un
precio a mis putas flechas.
Como todo lo que yo hago es un juego
mental para que tú crezcas, el precio de mis flechas es otra flecha
en sí misma. Lo mismo un día te pego una bofetada en la cara con un
precio con exceso de ceros como otro te regalo platino a cincuenta
pavos. Así tú también tienes que estar al loro de mis movimientos,
te creo adicción, como Steam, que la gente vive para esperar sus
rebajas. Cuando hay rebajas en Steam la gente mea colonia. Lo mismo
espero hacer por Juan González Iglesias.
No me lo puedo pasar mejor,
naturalmente. Por fin tengo campo abierto para hacer aquello que he
intentado hacer en otras estructuras levantadas antes de que yo
llegase pero, por su pequeñez, no aguantaron mis embates. Así que
no me habéis dejado más remedio que tener que ser yo el que cree mi
propia estructura, ya que las vuestras son muy pequeñas, Liliput. Mi
gran cipote no puede ser albergado por vuestras vaginas infantiles.
Ergo he tenido que construir mi propia vagina, enorme, colosal.
Hasta en eso os gano. Hasta en hacer
estructuras. ¿Pero en qué no os gano yo? ¿En qué? En nada. Nada
de nada.
miércoles, 28 de septiembre de 2016
Fin Carré con leche
Este chocolate cuesta un euro, y por
tanto es el mejor chocolate de todo el lineal del chino. La gente
sufre mucho por sus apetencias más sencillas, como el chocolate.
Hay gente que se somete a auténticas
torturas por el mero hecho de ser como es. Han llegado a la
conclusión de que el hecho de que les apetezca tomar chocolate es
algo malo, como en otros tiempos los apetitos sexuales también se
veían pecaminosos.
Hoy los apetitos sexuales verdaderos
también se ven como pecaminosos, al igual que el hecho simplón de
que chocolate sea lo que te apetezca, así que tenemos unas prácticas
sexuales light que nos mantienen alejados de La Delgada Línea Roja
y, a la vez, nos da consideración social, ya que hoy en día la
promiscuidad moderada está bien vista y aplaudida.
Estos entramados sociales tan
espantosos, tan infantiles, nos llevan a un modelo de pareja
heterosexual que a mi me da la risa. Es que me los he cruzado ahora
que bajé por chocolate y vengo descojonado vivo. Por eso lo tengo
que contar.
Él es un pamplinas, gordito, de
carácter endeble. A ese le haces así y te obedece en todo lo que
mandes.
Ella es insoportable, irritante,
desconsiderada, mandona, chillona, mema... Pero es mona. Así que se
permite todas las chungueces que hace porque es mona y el pamplinas
la aguanta.
Este modelo de relación es
insostenible, claro está. O en cuanto vengan un poco mal dadas huele
a cuerno quemado.
Porque aguantar a la tronca esa es un
trabajo en sí mismo. El pobre chaval se ve que no aguanta más. Hace
lo que puede, respira hondo para soportar el hecho de que ella lo
sabe todo y él no sabe nada, ya que ella es lista y él muy tonto.
Ese es el contrato que tienen firmado.
Sin embargo el colega tampoco se queda
atrás. Va a rebufo, siempre es el número dos, nunca toma la
iniciativa. Y a una chavala mona lista este panorama no le gusta nada
porque ¡ha tenido que cargar con el feo!
Total, que se han quedado los dos con
lo que han podido comprar. A él le viene bien una chica mona, porque
eso nos viene bien a todos, pero con la particularidad de que un
hombre no aguanta a esa mema cinco minutos. Ni la mira. Así que el
colega decide aguantarla porque sale ganando. Así ella toma todas
las putas decisiones, ese trabajo tan tedioso, y él se puede dedicar
a contemplarla embobado.
Y a ella él también le viene bien.
Porque ya se ha dado cuenta de que no tiene lo que hay que tener para
acercarse a un hombre. Y este, bueno, es un poco calzones pero al
menos tiene pene y no tengo que pasar por el duro trance de hacerme
lesbiana. Y, chico, a mi lo que me gusta en la vida es mangonear, y
este se deja cosa fina. Me parece bien.
En realidad el modelo de relación no
tiene nada de malo. Es perfecto. La mierda de cada uno es el maná
para el otro. Fallan en lo crucial, en que se pican el uno al otro.
Así ese maná cada día se ve herido por la puya cotidiana. Y
cualquier día el maná se acabará y los dos se quedarán atónitos,
preguntándose qué ha podido pasar. ¡Si yo no he hecho nada!
Y así van, bajando por la escalera
delante mío ofreciéndome un espectáculo triste disfrazado de vida
jovial. Luego me he encontrado con mi vecino Alberto, gordo como un
elefante, le conozco de toda la vida. Y cuando yo volvía con mi
chocolate él subía con su mujer, apoyándose en silencio el uno al
otro, como dos viejos elefantes. Esa relación, menos chispeante, más
estoica, obtiene mi aprobado. Porque brillan menos pero se apoyan
más. Los otros están demasiado ocupados en ser estrellas cuando no
lo son.
Y luego me he cruzado a una vecina
recatadísima, reluciente como una monjita, y ahí ya se me ha
activado el pene. Porque a mi las que me gustan son las monjitas.
Pero de eso ya hablaremos otro día.
The Best of Old Skool 2 Cd Four
De vez en cuando me sienta bien bañarme
en mierda. La mierda tiene cualidades regenerativas, como bien saben
las plantas que en tu huerto urbano luchan por florecer teniendo como
base una patética maceta, así que yo me aprovecho de eso, como de
otras muchísimas cosas.
No tengo ni idea de qué me encontraré
dentro de este icónico CD, con su carita de acid, hoy llamado emoji.
Emoji es una palabra que me resulta tediosa, yo dejé ese mundo
cuando los emojis se llamaban, como mucho, emoticonos.
La evolución lógica de emoticono
hacia algo con la misma estructura que emoji sería emoti. Emoji
parece que apela a un rollo japonés que yo no veo por ninguna parte.
Cuando alguien dice emoji se está delatando como un ser
completamente pasado de moda.
Ahora está todo plagado de peluches de
emojis, de lo que yo llamo, campestremente, “iconitos de Whatsapp”.
La caquita de Whatsapp se ha hecho un icono pop, recordándoos que
mierda sois y en mierda os convertiréis. Yo llevo el concepto más
allá y me baño en mierda, yendo, como siempre, un paso más
adelante que vosotros.
El icono de la caca es para aquellos
que intuyen las propiedades regenerativas de las heces pero no se
atreven a pasar de la idea prefabricada. La sociedad de consumo está
diseñada para que no te tengas que enfrentar a la verdad, ya que
esta a veces requiere un esfuerzo más allá de poner el despertador
a las 7.30. Nuestros padres fundadores tuvieron en cuenta tu
tendencia a la extinción cuando diseñaron esta sociedad tan
pletórica. Te mantienen en un tibio duermevela para que no tengas
que rebajarte a esforzarte por las cosas, como un animal cualquiera.
Yo no tengo problemas con esto, paso
por tu lado sin alertarte de que pronto tu cuna se deshará en mil
pedazos y los dos ganamos. Tú no te llevas un susto y yo no me tengo
que rebajar a hablar contigo.
Por tanto los dos vivimos una vida
parecida. Tú te relacionas con la caca del Whatsapp, prefabricada,
inofensiva, y yo con la caca de verdad, más incómoda pero con todas
sus propiedades intactas, como la piel de una manzana repleta de
vitaminas. Yo vivo la vida y tú te imaginas que la vives. Tú te
relacionas con una simulación y yo con aquello que simula tu
programa. Pero esencialmente estamos en la misma carretera.
Para mi es como correr una carrera en
Blur contra un coche fantasma. Cuando quieres mejorar tu tiempo en un
juego de carreras a veces se te da la opción de competir contra ti
mismo cuando hiciste el mejor tiempo. Sale ese coche que fuiste tú
cuando lo hiciste mejor que nunca pero traslúcido. Aunque quieras no
te puedes chocar con él, ya que parece que está ahí pero es
mentira.
Eso es lo que siento yo cuando me cruzo
contigo por la calle. Veo un coche fantasma, que está corriendo una
carrera que ya terminó hace muchas, muchas partidas, Pero ahí
sigue, soñando que sigue en Le Mans y los fans se tiran a sus pies.
Yo, que veo que estás en medio de ninguna parte, trato de lidiar con
el tsunami de emociones que me provoca esta visión: por un lado
rabia, por otro compasión, por otro asco, por otro ternura. Es un
plato de espaguetis con albóndigas difícil de tragar.
Sin embargo continúo mi camino y no te
corto el rollo. Porque, caray, si no te gustase tanto que los fans se
tiren a tus pies no estarías en medio de esa vida fantasma. Ya que
en la vida real no habría nadie que se tirase a tus pies, permítete
soñar con que así es. Cuando unos niños juegan a que son indios y
vaqueros no puedes llegar, como un adulto malrollero, a decir que eso
son paparruchas y que basta ya de hacer el membrillo. Dejas que los
chavales dejen de jugar solos a pesar de que sus gritos te resultan
molestos, ya que tú eres el adulto y no ellos. Nobleza obliga.
Y nada, a ver cómo suena esta mierda
cacosa que me he pillado en el Cash. Sabe Dios. ¡Sabe Dios!
martes, 27 de septiembre de 2016
Megaconsolas nº 130
Megaconsolas llega de nuevo a El Corte
Inglés. Oye, 130 números, ni una puta broma. Pon que sea mensual,
como poco quincenal, digo yo. Y ahí la tienes, 130 números. En El
Corte Inglés hacen movimientos lentos y pesados, pero todos seguros.
La Megaconsolas es una mierda, un
entretenimiento muy leve que, oye, te puede servir para apañarte un
viaje en autobús si no acabas tirando de smartphone. Y para hacerte
posters old school, recortando páginas de una revista. Pero encima
en este número no hay nada interesante y no puedo recortar nada. O
sea, que fracaso absoluto, el 130.
Este es un gasto tonto, regulero, que
me hace tener una simpatía tierna por El Corte Inglés, pero tampoco
pienso ni que saben de videojuegos ni que “piensen en los gamers”
ni nada por el estilo. Lo que me hace pensar es que el responsable de
esta parte del negocio, entre puro y ostra, habrá pensado que no
estaría mal que se hiciera una revistucha para los niñatos esos de
las maquinitas.
¡Y aquí la tenemos! Una revista que
se llama Megaconsolas, que nos trata como los niños tontos que
somos. No nos pica en la inteligencia, no nos reta en modo alguno,
sólo nos da un encefalograma plano que es lo que ofrece al mundo El
Corte Inglés.
Ya sabéis que estoy muy a favor del
encefalograma plano, porque cuando el cerebro se desboca sólo lo
puede parar El Corte Inglés, de un hostiazo.
El encefalograma plano es la bomba
atómica de un mundo en el que ya no se permite tirar bombas. Está
mal visto. Ya sé que se tiran algunas todavía pero a nadie se le
pasa por la cabeza ya tirar un pepino en Hiroshima, porque allí se
lió parda y todos terminamos avergonzados.
Sin embargo la gente todavía necesita
acabar una discusión cortando por lo sano, porque hay gente con la
que no se puede razonar. Para esas situaciones está diseñado el
encefalograma plano.
El encefalograma plano te permite
zanjar discusiones sin recurrir a cruentas matanzas. Dejas a la gente
con el cerebro en stand by y ahí ya tienes tú la partida ganada.
Puedes suministrarle cosas que no les hagan pensar para que así,
poco a poco, vayan mermando su inteligencia, por su mera presencia en
el ambiente. Y así puedes mandarles tú por los vericuetos que les
quieras meter porque simplemente no piensan. Y no hay nada más
cómodo que un compañero de viaje que no piensa.
Estos son los métodos actuales de
dominación, silenciosos, sibilinos pero no por eso menos eficaces.
Es más, te hacen relamerte de cuan espectacular es tu astucia para
engañar.
Si quieres ganar una batalla
simplemente tienes que utilizar estos métodos. Cuanto menos
evidentes sean más aplastante será tu victoria. Si quieres aprender
estos métodos sin gastarte un duro te recomiendo que te vengas
conmigo a mi pueblo. Allí aprenderás sutiles métodos de
intimidación que manejamos cotidianamente como un pianista maneja el
piano. Nuestra pericia es tal que ya no sabemos que estamos haciendo
trampas. Las hacemos porque nos creemos que la vida es así. No vemos
más allá.
El Corte Inglés tampoco es consciente
de que hace trampas. Para ellos la vida es así, sencilla, y eso de
manipular a la gente mediante intimidación sutil no lo ven como una
herramienta innoble, ya que ni siquiera se dan cuenta de que están
utilizando una herramienta. Creen que ellos mismos son la
herramienta. Máquina y hombre se fundieron para crear un engendro
cyborg diseñado para aplastar todo aquello que se interponga en su
paso.
Como casi todo, esto no se puede vencer
con más fuego. Se trata de ver el tierno niño que hay detrás de
este despropósito y mostrarle tu amor de la manera que a ti te sea
más cómoda. Así, con esa mágica medicina, el amor, el niño irá
dándose cuenta de que está unido a una máquina de peculiar manera
y él mismo se deshará de ella cuando se dé cuenta que en ti tiene
un amigo y no necesita la máquina para nada, porque en tu compañía
se da cuenta de que no hay nada que aplastar en esta puta vida que
entre manos tenemos.
Así que nada, mientras el tonto de
turno cae de la burra nosotros a leer Megaconsolas, para entender
mejor ese cerebro de baja calidad que nuestro amigo tiene dentro de
la cocorota.
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