martes, 31 de octubre de 2017

Doom (Versión Extendida)

Como soy un cerebrito que traga y digiere youtubes de videojuegos como pipas, sé por qué Doom se llama Doom.


El nombre se lo puso John Carmack, el creador del motor gráfico revolucionario que, siendo 2D, parecía 3D. Parece ser que a Tom Cruise en El Color del Dinero le preguntan qué tiene ahí guardado; él saca un taco de billar y contesta “doom”. A John le pareció que eso era el videojuego con respecto al mercado de aquel momento. Doom, la perdición, el apocalipsis. La polla, vamos. Él creía que el videojuego era la polla, en resumidas cuentas.

John Carmack en su juventud fue diagnosticado de cierta psicopatía; se diagnosticó que John no tenía empatía por sus semejantes y que para él no eran más que piezas para conseguir sus objetivos. Esto también lo sé por ver muchos youtubes.


Los cerebritos, como todos, podemos caer en la tentación de apoyarnos en nuestro punto fuerte para castigar el débil del resto. Como ya sabemos todos, el sufrimiento lleva al Lado Oscuro, con lo que uno piensa que lo mejor es sufrir poco. Así no tendremos la tentación de pasarnos al Lado Oscuro y todo irá estupendamente bien.

Gandalf en El Hobbit contradice a Saruman acerca de la receta para mantener al mal a raya. Saruman aboga por complicadas fórmulas mientras que Gandalf cree que los sencillos gestos de amor son los que hacen que la oscuridad desaparezca. Estoy de acuerdo con Gandalf porque la solución siempre suele ser el movimiento más sencillo, como asevera La Navaja de Ockham.


¡Qué perdidos debemos estar los humanos para hablar tanto de algo que debería estar asumido hace mucho! Consumimos decenas de tardes discutiendo la manera de que las cosas vayan bien en vez de mal. ¿De verdad no se te ocurre ninguna manera sin embarcarte en larguísimas disquisiciones?

La oscuridad debe de ser un invento humano, ya que si vamos donde no hay humanos reina la armonía. Vas al bosque y todo es perfecto. Sin embargo en la Gran Vía todo es un caos, no hay quién vaya en coche por esa calle. ¿Cómo puede ser? Uno opta por pensar que todos los males del mundo no son más que un error de percepción o interpretación, por tanto.


¿Qué idea se te ha ocurrido tan terrorífica como para pensar que sobre la faz de la Tierra existe algo imperfecto? ¿No será, borrico, que el tonto eres tú? ¿No será que no has sabido ver la exquisitez en cada rincón? Da igual que lo que se te muestre sea la quintaesencia de lo divino, tú sigues empeñado en ver problemas donde no los hay. Por tanto no hace falta ser un genio para ver que eres tonto de capirote.

En el mundo no hay problema alguno, los problemas están todos en tu cabeza. Y, en arreglo a esa locura más o menos severa, tú te mueves por el mundo perfecto. ¿No deberías dejar de señalar a los demás cuando el problema está en que no entiendes las cosas? Haz un esfuerzo, mameluco.

lunes, 30 de octubre de 2017

La Celestina – Fernando de Rojas

Celestina es lo mismo que alcahueta, una señora que enreda los siete enredares para que un chico y una chica acaben juntos.


¿Es un oficio respetable? Bueno, no respeto mucho eso de andar haciendo trampas por las esquinas, pero si sirve para que una pareja demasiado tímida para conocerse lo haga entonces estoy de acuerdo. Soy muy íntegro, no compro cualquier mierda.

Este libro es un coñazo, como otros tantos que obligan a leer en el colegio. Da una sensación oscurísima, como de gracias a Dios que ya no vivimos en el siglo XVI o cuando rayos se escribiera este libraco. Me asombra que antes que yo otras personas poblaran el mundo.


Las personas que poblaron el mundo antes que yo no tienen ninguna importancia. Ya ves a lo que se dedicaban, a malvivir en una sociedad sin agua corriente ni alcantarillado. ¿Qué rayos tengo yo que ver con esas personas? Todo lo ocurrido antes del siglo XX equivale a la Edad de Piedra.

Ahora que ya estamos en el siglo XXI el siglo XX huele a steampunk, a caballos de vapor, a levita, a bigote poblado, a aviones prototipo que se rompen por la mitad... A mi por lo menos es a lo que me huele. ¿Tengo yo algo que ver con eso? Pues sí, al menos más que con la mierda que cuenta el tal Fernando de Rojas.


Por mi, si me preguntáis, podemos dejar todo ese rollo bananero de “la vieja Castilla” en la tienda de souvenirs. No sirve para nada, es absolutamente mediocre. Es querer vivir en la oscuridad cuando puedes darle a un botón y que se haga la luz. ¿Quién quiere eso para sí? Una persona oscurísima por dentro, naturalmente.

Si eres oscurísimo por dentro no quieres que den la luz porque como la den todo el mundo va a ver la especie de Golum purulento que eres. Todo el mundo se dará cuenta de que estás podrido como un topo muerto en el campo y escaparán no sólo por el hedor, que oler ya olías, sino por contemplar la podredumbre bajo el sol.


Pero claro, como comprenderás porque tú no te laves los demás no vamos a estar a oscuras. De eso espero que te hagas cargo. Así que lo siento, vamos a dar la luz. Has tenido mucho tiempo para ducharte porque vivimos en el siglo XXI y hay agua corriente hasta en el desierto. Si estás sucio sólo tú eres responsable.

Personalmente la opción que más me agrada es que no te duches, porque un souvenir del pasado olvidado es más auténtico si está sucio que si está limpio. Ahora bien, no vas a salir de la tienda de souvenirs a cambio. ¿Qué te parece? ¿Hay trato?

domingo, 29 de octubre de 2017

Clueless (Fuera de Onda)

Esta película fue muy trascendente para nuestra generación; nuestra generación creyó que eso de estar todo el día refunfuñando por los males del mundo era una impostura exagerada, dadas las circunstancias de entonces. Era más honesto dedicarse a la laca de uñas.


Si no sientes algo es mejor que no lo hagas porque de hacerlo quedarás en ridículo. Entonces era ridículo ir de anarquista porque las cosas iban decentemente, al menos, y hoy es ridículo ir de pija lela porque las circunstancias son más indecentes. Ambas imposturas son la misma en realidad.

Lo importante es que no seas un farsante; he aquí el significado de la vida, a grandes rasgos. Quizás sean unos rasgos demasiado grandes pero para tu nivel vas que te matas.


Estoy seguro que en los 90 ibas de paupérrimo y hoy vas sacando pecho. ¿A que sí? ¿Ves? Siempre al revés. Cuando hay buen rollo tú te sientas a amargarte en una esquina y cuando hay mal rollo sales a bailar para dejar claro que tú eres mejor que los demás. ¿Ves como eres gilipollas? Lo sabemos todos.

Ese es el motivo por el que todos te damos de lado, porque eres un tontín. Nunca sabes mezclarte con el grupo, siempre necesitas que la atención recaiga sobre ti, como si fueras un bebé. A la larga ese rollo cansa y la peña se escapa. Pero esto no te lo tengo que explicar porque lo sabes de sobra, ¿no?


Estar fuera de onda no es no saber comprar ropa, aunque también; es no encajar, no saber surfear una ola que deberías intuir. No sabes hacerte valer sin desmerecer a los demás y viceversa. ¿No te das cuenta de cuán infame es tu existencia? Yo creo que sí. Sí, ¿no? Sí.

Ahora que entiendes la clave de tu desdicha ya no me necesitas para nada, en todo caso viviré en tu cerebro como un aguijón que te recuerda que eres idiota. Gracias a mi irás enderezando tu camino y, quién sabe, quizás algún día te conviertas en algo de lo que los demás no huyan al verlo venir.


Ese era el problema, hombre. Que eres idiota. Y tú intentando mejorar esto y lo otro. ¡Eres idiota! Ese era el único problema del mundo.

No digo que sea fácil pasar de pensar que eres la leche a pensar que eres idiota. Pero eso es culpa tuya. No haber pensado que eras la leche. ¿No?

sábado, 28 de octubre de 2017

Quest for Camelot – Game Boy Color

Este juego lleva impreso el logotipo de Titus, logotipo del que hay que fiarse regular. ¡Qué poco se habla de los logotipos últimamente! Con lo guays que son.


Titus firmaba Crazy Cars para los ordenadores de 8 y 16 bits. Crazy Cars era un juego que parecía que iba a molar bastante (coches locos, uuuuh) pero luego no molaba tanto. Por si fuera poco, Titus firma el famoso Superman 64, conocido por ser uno de los peores videojuegos de la historia. ¡Vaya con Titus! Cría fama y échate a dormir.

Del mismo modo los directores de la película Super Mario Bros no pueden escapar de aquel fracaso de taquilla; parece ser que 20 años después la gente sigue rechazando sus servicios por tener esa mancha en el curriculum. ¡Diablos! Pues a mi me gusta Super Mario Bros, The Movie.


Personalmente pienso que no hay nada más guay, nada que vista más que una buena mancha de café en tu curriculum. Pum, todo derramado por encima. ¡Ahora no puedo leerlo! Uy, pues si eres tan vago no eres digno de leer mi curriculum. Yo lo enfoco así.

Las manchas no son manchas, son adornos. Huir de las manchas en como huir del oxígeno, una tarea yerma. A poco que intentes algo te vas a manchar, idea que capitaliza felizmente Skip. Ser remilgado es una de las soberbias que más me espantan y que me parece que más ofenden a nuestro Señor.


O sea, que tu Padre te dio determinados dones (o lo que rayos tengas tú) y tú los desprecias guardando el coche en el garaje para que no le pase nada. ¿Y para esto te he comprado un deportivo, hijo? ¿Para que no lo uses? No te preocupes, si le haces un rayón no me voy a enfadar. Lo que quiero es que lo pases bien que para eso eres mi hijo.

Sin embargo tú eres gilipollas y estás demasiado preocupado por permanecer supuestamente inmaculado, virgen. Te crees que tu padre te va a alabar por cuidar tan bien de lo que te dio pero lo que tu padre realmente piensa es que eres un meapilas ridículo. Se avergüenza de tener un hijo tan cagado.


Como ves, tengo razón, para variar: eres tonto. Tú quieres creer que no y te revuelves ante una evidencia cada vez más fehaciente: eres tonto. Eres tonto. ¡Eres tonto! Qué le vamos a hacer.

Sin embargo mi grandeza me impide ser cruel; a los tontos en vez de eliminarlos lo que yo hago es integrarlos en calidad de mascotas o sirvientes sencillos. ¿Ves qué suerte tienes? Dame las gracias.

viernes, 27 de octubre de 2017

Batman – Return of the Joker – Game Boy

No me gusta presumir (en serio), pero he visto por 30€ un juego que he sacado por 3,5€. ¿No soy la polla? ¿No soy el más grande? Por supuesto que sí.


Si presumo es porque las circunstancias me obligan. Comprenderéis que con tal nivel de tino uno se ve obligado a sacar pecho. No por mi, que como os digo no me gusta, sino por vosotros, para que sepáis dónde mirar. Tengo que sacar pecho para destacar entre la multitud y que vosotros, ciegos peripatéticos, sepáis dónde debéis fijar vuestra vista.

Sacar pecho es un trabajo cansadísimo, tienes que estar todo el rato así como si fueras un capitán general o algo de eso. A ver si de una vez entendéis quién es vuestro dictador y puedo relajarme un poquito. Si vinieseis a adorarme de sumisa manera, sin tener yo que decirlo, podría estar a otra cosa que no fuera tiranizaros.


El pueblo tiene los gobernantes que merece. Si vosotros supieseis a quién tenéis que nombrar líder yo no tendría que guiaros. Pero no, estáis embotados por los gin tonics que tomáis en el afterwork y por las ensaladas Florette que os empujáis mientras se carga Netflix. Normal que luego no sepáis hacer la o con un canuto.

¡Qué dura es la vida del superior en todos los sentidos! Siempre mirando por el eslabón más débil para que así no se rompa la cadena. ¿Y alguien te da las gracias? ¡No! La gente cree que tu superioridad es suficiente premio. De alguna manera eso es cierto.


En verdad os digo que esto no está pagado. Siempre vigilando por el rabillo del ojo al inútil para salvarle de su propia mediocridad. Y sin que se dé cuenta, además, ya que su orgullo de gusano es demasiado estúpido como para aceptar que la ayuda no es que sea necesaria, es que es imperativa.

Definitivamente soy un ser superior. Por eso tengo que sacar pecho, para que tengáis esperanza en vuestras inútiles y reemplazables vidas. Vuestra inferioridad es tal que no podéis asomar la cabeza ni siquiera un poquito por encima del lodo que os cubre completamente. Por eso yo, generoso, os digo que el camino es por aquí. ¡Seguidme!


Comprended que dada vuestra categoría personal, que me dirija a vosotros con educación no es el más apremiante de los asuntos. El más apremiante de los asuntos es salvar vuestros culos de cucaracha lo más pronto posible. Soy como el Sr. Lobo, digo lo que hay que hacer porque la mujer de este tío está a punto de llegar y no puede ver el sanguinario desastre que habéis montado.

Así que, por Dios, buscad ropa de cama y cubrid la tapicería del coche. Después os ducharé con una manguera y os pondréis esta ropa de pringado. ¡Venga! Y quiero un café.  

jueves, 26 de octubre de 2017

Sword of Hope – Game Boy

Si quieres un juego de rol a la antigua, pero a la antigua antigua, no lo dudes, Sword of Hope. Aquí te mueves como en las clásicas aventuras conversacionales de Spectrum, yendo de pantalla fija a pantalla fija según elijas uno de los cuatro puntos cardinales.


¿Es chunguísimo? ¡No demasiado! Es un soplo de aire fresco ahora que los gráficos pueden ser movidos de forma nativa en 4K. Como sabéis, cuando venimos de pedo por la noche compramos primero Fritos para luego comernos un Círculo Rojo, primero comemos salado para luego comer dulce o viceversa. Con los contenidos de toda índole pasa lo mismo.

¿Que ahora se lleva A? Bueno, pues tú tienes que invertir en B. A está muy caro porque se lleva y B está barato porque no se lleva. Sin embargo cuando se vuelva a poner de moda B tú tendrás que comprar A después de haber vendido tu B por un buen dinerito al que se le llama en lenguaje empresarial “beneficios”.


Aunque esta fórmula es tan sencilla y tan sensata casi nadie se guía por ella. Si se lleva A la gente compra A, no piensa más allá. Tú igual piensas “pues para hacer el tonto de esa manera yo no sé por qué la gente no se suicida y acaba antes”. Pues es verdad. No había caído.

Francamente, para seguir el tambor es mejor no seguir nada. Sobre todo por la vergüenza que da ser una hoja al viento, sin voluntad propia. Yo no digo que este mundo no sea muy difícil, lo que digo es que para bajarse los pantalones de esa manera ante él es mejor salir corriendo. Si te vienen a violar por lo menos intentas huir, ¿no?


Las modas son una cosa muy curiosa a la que he dedicado mucha energía. Las modas parecen completamente aleatorias, pero nada más lejos. Las modas son las cosas que nos conviene hacer para avanzar cada día un poquito más. Al principio son pocos los que se dan cuenta de lo que hay que hacer, a esos se les llama innovators. Luego la gente va pillando la cosa poco a poco y aparecen los early adopters. Así hasta que llegamos a los rezagados.

Puedes saber cuál será la siguiente moda de la misma manera que sabes qué tipo de alimento te apetece comer ahora. Tienes que ser honesto, porque las modas se basan en que la gente se engaña a sí misma. Si lo que te apetece es leche condensada tienes que tener fe en que todo el mundo es igual que tú aunque no tiene el valor para pronunciarse.


Si todo el mundo fuese honesto consigo mismo ni existirían las modas, ni existiría capitalismo ni existiría ná. Sin embargo esta vena poser del hombre medio nos permite aprovecharnos de su falta de sinceridad. Sabemos que a Paco le apetecen galletas pero le da vergüenza pedirlas porque todo el mundo está pidiendo gambas. Así que tú compras galletas bien baratas porque ahora no se piden y se las vendes a Paco más caras que las gambas. Eso sí, sin que nadie se entere.

Paco en ese momento quedará bendecido con la Gracia del early adopter y los demás se fijarán en él. Paco estará centelleante, efecto que se consigue al ser fiel a ti mismo. Los demás querrán un poco de lo que tiene Paco y Paco, después de hacerse de rogar, les dirá que tú vendes galletas. Todos irán a comprarte galletas cuando no mire nadie y así hasta la siguiente moda. ¿Has visto qué fácil es?

miércoles, 25 de octubre de 2017

Tony Hawk´s Pro Skater 2 – Game Boy Color

Yo no tenía ni idea de quién era o dejaba de ser Tony Hawk hasta que apareció su línea de videojuegos en la Playstation. Seguro que es buenísimo, pero para mi es un personaje de videojuegos, como Mario o Sonic.


Reflexionando rápidamente sobre mi propia reflexión, he de decir que el señor Tony ha hecho una cosa muy posmoderna y muy guay. Ha trascendido su supuesta imagen pública anterior y la ha utilizado para crear una nueva, libre de las restricciones del mundo normal. Ahora Tony, si quiere, puede volar, cuando en el mundo normal como mucho podía saltar muy alto.

¿Hay algo más guay que convertirse, como quién no quiere la cosa, en un personaje de dibujos animados? Es algo que inspiraba las canciones de Aqua, y de todos es sabido que a Aqua no le inspira cualquier cosa.


No creo que nadie sueñe con ser John Doe, a no ser que sea un soñador irónico. La gente sueña con ser Barbie, Ken, He-Man o Skeletor. La vida normal puede revestirse de épica pero no deja de ser normal. Si no soñásemos con ser Skeletor ir a comprar a El Corte Inglés sólo sería eso, no una epopeya en la que tienes que zafarte de orcos disfrazados de cajera.

¿Se puede, por tanto, vivir de la imaginación? De la imaginación no sé, pero sin la imaginación vamos jodidos. Sin la imaginación todo se convierte en un puñado de polvo, algo sin trascendencia. Con la imaginación, en cambio, podemos ver en zoquetes a escuderos.


El famoso New Normal no es vivir sin imaginación, es vivir imaginando una cosa muy cutre. Vives imaginando que no eres ni nunca serás más que un idiota atado a sus deudas y que a lo máximo que puedes aspirar es a un televisor 4K. Coño, pues si por el mismo precio puedo imaginar cualquier otra cosa prefiero jugármela.

Si todo es una película, ¿por qué tengo que comprar la más mala de todas? En los tiempos de Netflix la vida normal es una carta de ajuste. Claro, nos ofrecen mucha variedad de elección en la ficción porque la realidad quieren que parezca inamovible. ¡No saben ná!


No creo que haya mucho Illuminati orquestando esta cosa tan rala, nos bastamos nosotros solitos para convertir El Mayor Espectáculo del Mundo en una conversación de porteras. Los Illuminatis, de estar, estarán jugando al parchís porque se habrán dado cuenta de que a esta panda de pencos ni merece la pena manipularlos.

Si quieres puedes empezar a redefinir el New Normal ahora mismo. En vez de ser un palomo que ná de ná puedes ser un superhéroe esperando el momento justo para actuar. ¿Qué más te da? Te pones palos en las ruedas tú solo, hay que ver.  

martes, 24 de octubre de 2017

Walt Disney World Quest: Magical Racing Tour – Game Boy Color

Los coleccionistas de poca monta van a por videojuegos buenos. Los coleccionistas ya duros, hardcore, vamos a por cualquier juego que haya. ¡Da lo mismo! Lo importante es rellenar la estantería.


Hay quién quizás te diga que es mejor la calidad que la cantidad, pero eso lo dice la gente que no le gusta trabajar. ¡Claro, pillar un solo juego bueno es muy sencillo! Lo difícil es perder todo rigor, todo listón personal. Lo importante es tener la estantería llena y no dejar que nadie se acerque demasiado para que no pueda ver que todo lo que hay es caconi.

Eso es lo difícil, amigos. Hacer un chamizo y que la gente crea que es un palacio. ¡Hacer un palacio está chupado! Basta con hacerlo. Sin embargo poner cuatro palos apilados y que dé la sensación de ser una obra magna... ¡Ni Houdini! Ni Juan Tamariz. Ni Mágic Andreu.


A la larga también es mejor la cantidad; si la gente se pone a investigar la calidad de tus logros, si tiene mucho sobre lo que investigar se cansará pronto. Dado que cada vez hay más y más oleadas de caca la gente se rendirá y dirá “Ay, mira, que lo investigue su padre”. Y tú te habrás vuelto a salir con la tuya sin dejar que nadie destape el hediondo pastel que cocinas.

Al final la vida es una lucha contra todos los demás y dedicarse a la calidad compromete el verdadero objetivo. Si te dedicas a la calidad puede que pierdas la carrera a la que realmente nos dedicamos. Como decía Danny de Vito en Con El Dinero de los Demás, el que tenga más dinero al morir, gana. He aquí el verdadero asunto.


Si eso es a lo que realmente jugamos ¿por qué perder el tiempo en bobadas como el medio ambiente? Para quedar de bueno, está claro. Aquí el juego no es a ver quién es más bueno, el juego es lo que decía Danny de Vito. Sin embargo estos putos podemitas están cambiando las reglas mientras yo me tomo tranquilamente mi café. ¡Diablos!

Ahora el que queda bien ante el vecino es el que hace cosas buenas por los demás. Eso arruina toda la estructura previa. La nueva estructura anula de un plumazo todos los logros conseguidos bajo la tutela de la anterior. ¡Coño! ¡Con esto sí que no contaba! ¿Y ahora qué hago con esta pila de mierda tan armoniosamente atesorada?


Es una putada, lo sé, a mi también me han jodido los podemitas estos. Está uno acumulando mierda en paz y vienen estos a decir que todas las heces con las que me he hecho son calderilla. ¡Venga, hombre! ¿De qué? Esto se avisa.

En resumidas cuentas, estoy confundido, como Dinio. Esto ayer iba de timar al prójimo y hoy me despierto con unas reglas diametralmente opuestas. ¿Qué pasa aquí? ¿Me la habrán jugado al final los podemitas?

lunes, 23 de octubre de 2017

Ghost Master – The Gravenville Chronicles

Hombre, un juego de Xbox original que no es un FIFA. Estos del Cash Converters están a tope, cómo saben dónde está la movida. Parecen el Studio 54.


Los coleccionistas estamos encantados con este giro del Cash Converters que me acabo de inventar; si jugamos bien nuestras cartas podemos hacernos con una colección de agárrate y no te menees. Y todo a precios bajísimos, de risa. Uno sabe que está ante palomos cuando te advierten que este juego no es para Xbox 360. ¡Ya lo sé! Por eso lo quiero.

No hay nada más placentero que conseguir barato lo que quizás algún día sea caro. Te sientes listísimo, una autoridad. Vas por la calle quitándole el precio al juego dejando que todos vean que lo haces. Dejas que el vulgo contemple la pieza magistral que acabas de obtener gracias a tu pericia.


Por eso es importante conservar las antiguas amistades, porque ellas te tratan como si no fueras una autoridad en el mundo de la caza de piezas impresionantes. Para ellos sigues siendo Juan y no Don Juan, una cosa que te alivia mucho porque ser Don Juan también es cansado. Tienes una respetabilidad que a veces te aleja de las cosas tontas y, por lo tanto, guays.

¿Qué mayor placer hay que comportarte como si fueras un universitario idiota? Dios mío, no lo sé. Pocas cosas, imagino. Ser un universitario idiota es algo que nunca deberíamos dejar de ser.


Sé lo que estás pensando: que en este plan no me podrás invitar a esa reunión tan importante porque me empezaré a comportar como un universitario idiota. Bueno... ¡Quizás! No te prometo nada. Pero como tienes tantas ganas de invitarme me concederás el beneficio de la duda. ¿No?

A lo mejor me presentas a una persona muy importante-muy importante y yo le doy la mano después de habérmela restregado por el agujero del culo, como hacen en Mallrats. Pues... ¡A lo mejor! Como te digo, no te prometo nada.


Ser una autoridad es así, que conviertes las faltas graves de educación en mágicas excentricidades. ¿No te ha gustado lo de dar la mano después de restregármela por el agujero del culo? El problema es tuyo y no mío, ya que yo soy una autoridad y tú no. ¿Entiendes cómo va? Es muy injusto pero es así.

Por eso te digo que si tienes que invertir dinero en algo te recomiendo que lo inviertas en convertirte en una autoridad. Si eres una autoridad te tiras pedos sonoros y a la gente le parece muy divertido en vez de echarte inmediatamente de la fiesta, como debería ser sin duda alguna.

domingo, 22 de octubre de 2017

Pluto Nash

Bienaventurados los que tienen fe en Eddie Murphy porque de ellos es el Reino de los Cielos. Es una bienaventuranza nueva, de mi invención.


Es muy fácil dar de lado a Eddie Murphy. ¡Facilísimo! No hace más que el mono. Pero tanta profundidad hay en sus monadas que negarle es casi pecado. Ahora parece que está rodando una peli “seria”, lo que le consagraría como “actor serio”. Cuando la estrenen hablarán de él en Jot Down, dirán que es estupendo y blablabla.

¡Pues muy mal! Cuando hay que hablar de Eddie Murphy, defenderlo y dignificarlo es cuando estaba haciendo Pluto Nash, Dr. Doolittle y Atrapado en un Pirado. Comedias arriesgadas, completamente over the top, livin´on the edge y etc.


Los gentiles y los fariseos ya sabéis cómo son, más preocupados por lo que puedan decir de ellos los demás que por seguir el camino del Padre. En verdad os digo que recibirán su merecido como las ovejas descarriadas y completamente innecesarias que son. ¡Qué pequeño es aquel que teme el juicio del tonto de su prójimo!

El juicio que tienes que temer es el del Padre, hombre. Ese es el que te va a decir “esto bien” y “esto mal” sin un milímetro de error. Si estás más preocupado de lo que pueda decir tu hermano de ti en vez de lo que pueda decir tu Padre vas a acabar siendo un yonki o algo peor. ¡Pepito no se atreve a meterse un chute! ¡Qué cobarde es Pepito! Y Pepito, por complacer a su hermano el del nublado juicio, se mete un chute.


¿Quieres acabar como Pepito? No, ¿verdad? Bueno, pues si no quieres acabar como Pepito tienes que defender a Eddie Murphy, porque lo fácil es unirse a los descarriados y hablar mal de él tú también. ¿No te trajo El Príncipe de Zamunda? ¿No te trajo Superdetective en Hollywood? ¿Por qué le traicionas de esta manera?

Puede que tus padres sean gentiles o fariseos, en tal caso por genética estás perdido. Tú no vas a entrar en el Reino de los Cielos ni de chiripa. Pero si tienes algo de sangre de cierta calidad en tus venas abre tus oídos.


Aunque seas genéticamente un descarte, el Padre y yo mismo miramos con buenos ojos a aquellos insectos que reman en la buena dirección. No vas a pasar de ser un insecto pero si haces lo que te mando quizás seas un insecto que, no sé, se coma una bola de mierda extra cualquier día de estos. ¿Qué te parece?

O sea, te digo lo de la bola de mierda porque a los insectos tengo entendido que os gusta mucho la mierda. No es por desprecio, es lo que te quiero decir. ¿Entiendes?

sábado, 21 de octubre de 2017

Howard... Un nuevo héroe

Ser un pato mola mucho. Walt Disney lo vio claro: una cosa que va a gustar mucho es un pato personificado. Inventó a Donald y más adelante, siguiendo sus pasos, apareció Howard El Pato.


Howard El Pato sigue a rajatabla los patrones de las mascotas de segunda generación, es decir, las que recurren al “escándalo” para desarrollar su personalidad. Warner Brothers hizo lo mismo con sus Looney Toons para competir con Disney: lo mismo pero más provocativo. Sonic con respecto a Mario hace igual.

Observando las cosas que pasan no hace falta ser un genio para ver con perfecta claridad que aquello cuyo leitmotiv es ganar la competición contra otro queda, en el mejor de los casos, en segundo lugar. El primer lugar queda reservado para aquellos que, de competir contra alguien, compiten contra sí mismos.


Tiene todo el sentido del mundo: si en el núcleo de tu razón de ser está ganarle a otro, en el momento en el que le ganes tu razón de ser desaparecerá. Por tanto no podrás ganarle nunca a no ser que quieras dejar de existir. Es un planteamiento muy infantil, de poca monta.

Si quieres jugar una partida en la que no se compite contra nadie has de tener una visión, la voluntad de hacer algo, al margen de lo que hagan o dejen de hacer los demás. Si basas tu vida en una competición estarás siempre de morros porque tu enemigo jamás estará aniquilado del todo. Siempre te quedará una astilla por quitar. Pero si juegas a un juego constructivo ganas siempre.


A nadie a estas alturas del siglo XXI se le ocurre plantear la vida como una competición. Bueno, alguno queda, pero como hemos aclarado no merece atención. Hoy en día Minecraft es un juego mainstream y Call of Duty queda para las clases bajas, aquellas con muchos sentimientos negativos en su interior. Meterte en un servidor de Call of Duty es lo más parecido a pasear por el antiguo Barrio Chino de Barcelona.

¿Se divide, por tanto, el mundo entre gente que vive tranquila y feliz y gente que vive rabiosa y resentida? Definitivamente. Si quieres pasar a palacio tendrás que dejar atrás toda esa mugre emocional que llevas encima. Y así, a ojo, yo no diría que te la vas a quitar de un día para otro.


¿Te raya eso de vivir en un mundo en el que competir ha dejado de tener sentido? Debería, porque no sabes hacer otra cosa. Cuando empieces a jugar a construir en vez de a destruir vas a flipar con lo inútil que eres en eso. Vas a darte cuenta de que el ambiente se ríe de zopencos como tú.

¿Qué quieres que te diga? Te lo advertí. ¿O no te lo advertí?

viernes, 20 de octubre de 2017

FlatOut

Es más fácil romper cosas que no romperlas. En este principio tan sencillo se basa FlatOut.


Pillarte un coche hecho polvo en un desguace e ir haciéndole ñapas poco a poco es una cosa que nos gusta mucho a los chicos. A las chicas no, a las chicas les gusta que el coche te lo den ya bien.

Si recoges a un amigo en un coche hecho polvo se pondrá muy contento; significa que puede poner los pies en donde la guantera y no pasa nada. Pero si recoges a una chica en el mismo coche te pondrá caras. ¡A las chicas no hay quién las entienda!


Si te tiras un pedo un amigo se ríe; la chica, si te tiras el pedo, no se ríe. Va así la cosa, más o menos. Sin embargo si a un amigo lo llevas a Primark el que te pondrá caras será él, mientras que la que se reirá será la chica.

Hay que tener un poco de todo porque si no uno no puede hacer nada. Yo quiero tirarme pedos e ir a Primark. ¿Tan complicado es entender esto? ¿No puedo ser medio vegetariano y a la vez comerme mis buenas Ruffles de vez en cuando? Pues parece que, socialmente, ni hablar del peluquín.


Hoy en día o eres de una cosa o eres de otra. ¡El mundo se ha polarizado! O comes alfalfa o comes ostras, pero un poco de aquí y un poco de allá no está reconocido; hacer un poco de esto y un poco de lo otro es lo que yo llamo ser normal, pero hoy no se puede. Los que comen ostras se creen que los que comen alfalfa van de guays y los que comen alfalfa se creen que los que comen ostras son unos delincuentes. Así que, nada, en el medio de todo está Juan. Para variar.

Yo por mi estupendo, porque con tantas peleítas están descuidando el tema crucial, ser verdaderamente guay, motivo último por el que estamos sobre la faz de la Tierra. Así que mientras ellos se pelean por unas tonterías de agárrate y no te menees yo me lo llevo calentito.


¿Es fácil ser tan guay como Juan? Naturalmente que no. Uno ha de tener un temple casi taurino y ha de saber elegir qué batallas pelear y qué batallas no. Con el tiempo las batallas que merece la pena pelear tienden a 0 y Juan cada día tiene más energía para dedicar al radicalismo guay, único radicalismo que Juan abraza.

Definitivamente ser como Juan no es tan fácil. Ser como Juan es aspiracional, casi.

jueves, 19 de octubre de 2017

Hot Shots – Hot Shots Part Deux

¡Vaya mosqueo que se cogió Charlie Sheen! No tengo ni idea de qué pasó exactamente, lo que sí sé es que se lo cargaron de Dos Hombres y Medio y en su lugar pusieron a Ashton Kutcher, que es probablemente su opuesto total. ¿Lo es?


Francamente, ya no estoy tan seguro. En principio le miras a Ashton a la cara y todo perfecto: un dulce chico. Pero cuando le vi reprimiendo a una activista espontánea en una presentación de Airbnb, compañía de la que es pingüe accionista, ya no me pareció tan dulce. ¡Qué mala hostia! Todo sonrisas hasta que le tocan “su cosa”. Así no vale.

Ver esto me llevó a pensar que Ashton no es tan diferente de Charlie. Lo único que les diferencia es cuál es “su cosa”, pero cuando se toca estallan los dos como los machos camachos que son. La diferencia es que uno hace como que no y al otro le da igual.


En principio me gusta saber qué cartas lleva el otro, así todo me queda claro de entrada. Ah, que tú eres un ególatra irrecuperable. Estupendo. Tendré cuidado con esa tema, tranquilo. Ah, que tú eres tonto como una naranja. Ningún problema. No hablaré de ecuaciones.

Entiendo perfectamente que la gente ponga sus líneas rojas. Yo tengo las mías bien definidas y además estoy dispuesto a negociarlas si el trato es justo. Ahora bien, si alguien me viene del palo de que él no tiene línea roja alguna y luego acaban saltando las alarmas ya me enfado. ¿Pero no eras Santa Claus? ¿A qué viene este berrinche entonces?


Lo mejor es soltar el gruñido justo después de conocerse. Así el asunto queda dirimido de entrada. Uy, con este hay que tener cuidado de no tocarle aquí. Fíjate, un comentario de nada y ya está gruñendo. Los perros hacen lo mismo y les va cojonudamente. ¿Por qué los humanos tenemos esa necesidad imperiosa de agradar a costa de “nuestra cosa”?

Como los perros, si a mi me vienes a tocar “mi cosa” sin respeto y así como de cualquier manera suelto el gruñido. ¡Qué enfadicas es Juan! Pues sí, chico, soy muy enfadicas. Soy el más enfadicas de todos, podríamos decir. Ahora que ese punto ha quedado claro, ¿qué me ibas a contar?


El razonamiento para hacerse el simpático es claro: si gruño demasiado la gente se apartará de mi y pagaré una penalización social grande. Sin embargo, si dejas que la gente manosee “tu cosa” como le venga en gana pronto “tu cosa” estará pringosa y te quedarás sin nada que aportar al juego social. ¿Cómo vas a equilibrar tan delicada cuestión? Estoy deseando ver qué inventas.

¿Es mejor un gruñón o un Pepe Sonrisas? En este punto del desarrollo humano prefiero al gruñón. Hoy todo el mundo es simpatiquísimo. Antes todo el mundo era gruñón y uno prefería al simpático. Pero ahora han cambiado las tornas. Por tanto hoy por hoy, en Octubre de 2017, escojo al gruñón. En 2018 ya veremos a ver.