Esta peli dicen que es la leche. Yo
creo que no estará mal pero tan la leche no me parecerá. Lo que sí
me parece la leche es que sólo me ha costado un euro.
La leche es el precio. Un precio barato
sí que es la leche. ¿Qué necesitas tú hoy en día? Precios
baratos. ¿Necesitas otro iPhone? No, no, tú lo que necesitas,
amigo, son precios baratos.
A ti lo que te falta no es tecnología,
lo que te falta es dinero. La tecnología nos sale por los agujeros
de la nariz. Estamos ahogados en tecnología, la tecnología es un
pozo de mierda en el que estamos bañados. Antes era un prístino
estanque, pero a base de masificarse se ha convertido en un pozo de
mierda, cual piscina pública.
En mi pueblo había una parte del río
en la que cubría más que la llamaban El Pozo de la Mierda. Los
viejos la llamaban El Pocín, pero mi generación la rebautizó como
El Pozo de la Mierda. Mi generación es mejor que la anterior porque
no tiene miedo a las palabras gruesas.
El Pozo de la Mierda lo era porque por
el río, Sil, bajaba mucha mierda. Recuerdo cuando bajábamos en
cámaras de rueda de coche por él y creo que fue a Raúl al que le
cayó una tonelada de agua en la cabeza salida de las cañerías de
una de las casas de la orilla. Sí, vamos, lo que sale del water. En
la cabeza.
Yo una vez bebí del río para sentirme
Bambi y cogí una cagalera de la que, como veis, todavía me acuerdo.
El río Sil es la vida y la mierda es
la tecnología. Si bebes de la vida demasiado manchada de tecnología
cogerás cagalera, que es metáfora de estupidez. Si flipas con la
tecnología flipas con la mierda. Y tú pensando que eres listo y
eres tonto.
Pero te traigo una buena noticia: a mi
me encantan los tontos. Los tontos son La Salvación. Los tontos
tienen la medicina para tanta tecnología, que es el cerebro de la
humanidad desatado. Los tontos no ven la mierda, tienen visión
sónica. Y si no ves la mierda desaparece, ya que es biodegradable.
Hazte un favor a ti mismo y a la
Humanidad: sé tonto. No, no eres tan listo. Yo soy mucho más listo
que tú. Y te digo, amigo, que eres tonto de capirote. Regocíjate.