domingo, 6 de noviembre de 2016

Mini


Mi madre tiene un puto Mini. Esto es un derroche inadmisible. ¡Inadmisible!


Si yo entiendo que a uno después de toda una vida de trabajo le apetezca un Mini. Que lo entiendo. Que llego yo ahora con mis ideas de modernito de que hay que ahorrar y te tumbo el chiringo. Que sí, que sí, que lo entiendo, mamá. ¡Pero caray, no sé! ¡Es que mucho coche me parece este!

Que ya, que quieres tú pegarte tu premio de fin de carrera y te compras un Mini. Pero llega la Crisis y te parte por la mitad el rollo. ¡Que lo entiendo! A ver si te crees que eres a la única a la que la han partido por la mitad.


Oye, que yo encantado con el puto coche este. Que yo antes iba con mi Fiat Chincuechento por la carretera a 40 y me pitaban, ahora voy con el Mini a la misma velocidad y me reverencian, por ciudadano ejemplar, que no corre como un loco. ¡No, si yo por mi de puta madre! Pero no sé si esto de tener Minis es un modelo sostenible.

Igual es una cosa de los tiempos. Igual son los tiempos los que no piden un Mini. Estos tiempos piden un coche discreto, un Kia normalito, que te lleve de aquí a allí y poco más. Pero oye, que sí, que luego cuando las cosas se pongan en su sitio ya es hora de sacar los Minis. Eso sí que es verdad, mamá. Te lo digo.


Pero ¡bueno! ¡Es que yo soy podemita! ¿Qué quieres que te diga? Yo no es que entienda la movida, es que yo soy la movida. La movida no es Pablo Iglesias, la movida soy yo, mamá, que parece mentira que todavía no te hayas enterado, caray.

Que sí, bueno, tú vete al Dia de momento, ¿vale? Tampoco nos vayamos a volver locos. Tú ten el Mini pero vete al Dia. Mantén tu estilo de vida de socialista acomodado, que para eso te lo has ganado, es verdad, pero controla un poco en esta época. Que los fachas la están liando y se han quedado con lo único que les interesa, el dinero. Cuando ya les abramos hueco les clavamos la espada y se ha acabado. Y ahí sí, ahí ya sacamos el Mini e igual me compro yo un deportivo, para estar a juego. ¿Te parece?


Si es todo culpa de los fachas. ¡No me culpes a mi, culpa a los fachas! Que son ellos los que te la han liado. Yo sólo te doy consejos para que, una vez liada, el tránsito te sea lo más sobrellevable posible. ¡Pero yo no tengo la culpa! ¡Lo que faltaba!

Tú ahora vive conforme a los mandatos de Dios. Ahora demos al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Y cuando el César palme, que le quedan dos días a más tardar, pues ya sacamos el Mini. ¡Joder! ¿Ni dos días puedes estar sin el puto Mini? Yo te creía más fuerte.