Ah, aquellos tiempos en los que yo
flipaba con Charlie Kaufman. Qué lejos han quedado.
Yo antes era redactor publicitario. Así
que me flipé, como debe ser, con los escritores brillantes. Y más
brillante que Charlie no hubo ni habrá, I´m afraid.
A mi la peli de Charlie que me flipó
no fue esta, fue Adaptation. Esa peli es más retorcida que Gargamel.
Da 100 vueltas de campana, si no son 200, y aterriza de pie. Sin
embargo, time goes by.
Un escritor puede ser muy habilidoso
pero si no tiene nada grande que contar de nada le servirán sus
cabriolas. Y Charlie, me temo, no tiene nada tan grande que contar.
Sí, en su momento contó cosas suficientemente grandes, como en
Adaptation, pero, carajo, yo a esas conclusiones llegué antes de los
30. Bastante antes. Y el gachó sería bastante más viejo que yo
cuando hizo Adaptation. ¿Soy yo, por tanto, más grande que Charlie?
He de decir que sí.
Esto no es óbice, para nada, para que
yo me compre esta peli, que encima sólo me ha costado un euro.
Charlie forma parte de una gran época de mi vida, cuando empecé a
ser creativo. Cuando empecé a meterme en los complicados laberintos
de la expresión. Charlie, podríamos decir, es un símbolo de una
etapa de la vida de Juan, yo.
Vamos a poner, por resumir, que yo ya
he encontrado aquello que estaba buscando. Me llamaban Desperado,
porque siempre tenía una estación más a la que llegar. Bueno,
chicas, tranquilas, ya he terminado. Ya soy todo vuestro. Podéis
sacarme brillo al falo como siempre habéis soñado. Mi aventura
terminó.
¿Qué tipo de hombre hubiera sido si
no os hubiera abandonado como perros en una gasolinera para encontrar
aquello que estaba llamado a encontrar? Un mierda. Un lastre. Ese tío
con el que tenéis que cargar aunque no os guste, ni un poco, además.
Sin embargo os abandoné, sin piedad, y ahora soy lo que siempre
habíais soñado encontrar. Mi destino era aquel, pero, al yo
cumplirlo, vosotras podéis cumplir el vuestro, que es adorarme,
fulminadas de rodillas.
Os traicioné por vuestro bien, para
que pudieseis ser seres completos. De no haberlo hecho, por cobardía,
no hubieseis podido finalizar vuestro desarrollo, como Célula. Ahora
estáis a un paso de la compleción, que es agarraros a una de mis
piernas y suspirar.
¿Veis qué bonito es el regalo que os
ha traído papá? Claro, claro que podéis agradecérmelo. Dejad tan
sólo que me ponga cómodo en el sillón. Así. Podéis empezar.