domingo, 29 de abril de 2018

Blood Wake


Combate de lanchas. ¿A día de hoy es recomendable jugar a combates de lanchas?


Después de ver la última de Los Vengadores un combate de lanchas se me queda ingenuo. Después de ver el nivel de destrucción que nos propone Disney, un combate de lanchas es un aperitivo.

Yo si no puedo destruir el universo ya no me pongo cachondo. Un combate de lanchas es para bebés, para aficionados a la violencia. Hoy en día creo que hemos conquistado todos los picos de la violencia. ¿Qué fantasías violentas vamos a tener ahora? No lo sé.


Puede que tenga que aceptar la terrible idea de ponerme cachondo con soft skills, no con hard skills. Eso huele tanto a madurez que me están entrando ganas de vomitar. No quiero ser un respetable señor, quiero ser un respetable punky.

¿Tendré que volver a ver Frasier? ¿La nueva cota del sadismo pasa por tomarte un jerez ante la chimenea? Canastos, menudo coñazo. Esto de hacerse mayor es la cosa más estúpida que nunca imaginé.


En fin, tendré que aceptar lo inevitable. Tendré que aceptar que he coronado todos los picos de lo hardcore y formar una familia. Como todos los deportistas, yo quería ganar todas las Copas de Europa posibles antes de irme a vivir a China porque mi gente tiene ahí negocios con vinos.

Si tú, como yo, eres deportista, sabrás que uno no puede retirarse así por las buenas. Uno tiene que haber pisado todos los cráneos enemigos que le pedía el cuerpo antes de pasar a ser un cuñado. ¿Cuándo te convertiste tú en un cuñado? Me temo que te he vuelto a vencer.


Juan, el pentacampeón de Europa, hace las maletas no sin antes haberte dejado tan en ridículo que lloras sangre. No te enfades, amigo mío, son cosas del fútbol. El fútbol es así.

Juan coge el avión hacia China agitando un pañuelo para despedirse de ti. Ey, espera, no es un pañuelo. Es mi dedo corazón mientras me parto la caja. ¡Jajajajajaja! ¡Adiós, pringado!