domingo, 18 de marzo de 2018

Nuestros labios están sellados


¡Las gemelas Olsen! La prueba viviente de que la industria del show business está podrida.


Si eres de mi generación sabrás que las gemelas Olsen debutaron en nuestras vidas interpretando a Michelle, el bebé de los Tanner en Padres Forzosos. Imagino que se irían rotando en la interpretación, unas escenas las hacía una y otras escenas las hacía otra.

Las Olsen desaparecieron con la serie mencionada y luego volvieron en forma de famosas trash. Hay un morbo extraño en ver lo mal que le va a alguien que otrora fue una estrella. Ver a una estrella caída nos da gustito, por dentro decimos “jódete, por listo”. O por lista.


Las gemelas Olsen nos alertan de los cambios que hemos de acometer en la sociedad. El concepto de estrella ha de ser redefinido para que no sea efímero. Una estrella hoy en día no sólo ha de brillar, más que nada porque así cualquier día uno se puede caer del tren y se acabó el rollo estrella para toda tu puta vida.

Hoy una estrella, para serlo realmente, ha de tener su raíz en la tierra, no en la industria. Una estrella tendrá, por tanto, que deshacerse de esos “tics de estrella” que tanta mala fama nos dan a las estrellas de verdad. Ese rollo de creerse mejor que los demás ha de pasar a mejor vida.


Si buscas referencias de lo que significa ser una estrella hoy en día, aparte de contemplarme a mi, deberías pasarte por Youtube. En Youtube hay cientos de personas haciendo shows que dejan en bragas a toda Atresmedia y Mediapro juntas. Sin embargo son personas corrientes, sin formación artística y mucho menos “formación de establishment”.

¿Sientes dentro que eres la polla pero te da asco relacionarte con la farándula? ¡Enhorabuena! Este es tu momento. Hoy en día la farándula está condenada a la desaparición porque la receta del estrellato ha cambiado dramáticamente.


Hoy para ser una estrella está prohibido ser un gilipollas. ¡Oh! ¿Ahora qué hacemos? Basábamos nuestra estrategia, básicamente, en ser un gilipollas. Pues, francamente, estás jodido. O jodida. Se acabó ese parapeto.

Si quieres ser una estrella te recomiendo que empieces a apreciar a todas esas personas que hasta ahora tratabas por encima del hombro. Juan te lo ordena, la estrella más fulgurante del universo. ¡Vamos! ¡Al mercadillo con todas las chachas! ¡Venga!