De todos es sabido que los megamixes
son una parte muy importante de nuestra historia. Revisemos este, si
es que tenéis el mood.
A la hora de comprar asuntos
relacionados con el coleccionismo me gusta comprar lo raro. Me parece
que lo que no conoce nadie es más interesante que lo que conoce todo
el mundo.
Entré en la tienda buscando el Máquina
Total 3 pero no lo tenían. Así que a cambio me llevé este, que era
barato y desconocido.
¿Lo he escuchado? ¡Por supuesto que
no! El coleccionismo no tiene nada que ver con la usabilidad, tiene
que ver con la construcción de un mausoleo. Cuando vas a un
cementerio no te metes en las tumbas para darles uso, ¿no? Bueno,
pues por el mismo motivo las colecciones no tienen por qué usarse en
absoluto.
Lo importante de las colecciones es
adquirir piezas que tú valores. Lo que valoren los demás, como en
el resto de ámbitos de la vida, no tiene ningún interés. A mi no
me importa tu opinión, y si me importa no te lo pienso decir. Aquí
lo crucial es el ombligo de Juan.
Aún diría más; aquí lo importante
es que entiendas por qué el ombligo de Juan bien mientras que el
tuyo mal. Sin embargo hay una trampa en todo esto: si te rindes y me
adoras te perderé el respeto. Así que por un lado tiro para que te
rindas y por otro, si lo haces, te daré una patada en el culo y no
te volveré a hablar. ¡Jajaja! ¡Juan está loco! ¡Loco!
No te alteres. Todos somos así, la
única diferencia es que yo tiro para delante mientras que tú te
asustas de tus propios sentimientos. Si siento esto por algo será y
por tanto entiendo que Dios quiere que lo explore. Creo que si Dios
me ha hecho así debo valorarme. Quizás sea yo, y no Dios, el que
está en un error.
¿Entiendes por qué Juan tiene tan
buena opinión de sí mismo? Juan cree en Dios, no en su ombligo, por
eso Juan le hace tanto caso a su ombligo, porque su ombligo lo hizo
Dios.
Es importante tener un referente. El
mío es Dios y yo soy el tuyo. Por tanto adorándome a mi adoras a
Dios. ¿Entiendes?