viernes, 12 de diciembre de 2014

Juegos de mesa falsos

Hay juegos de mesa fantásticos, como el Tragabolas, el Quién es Quién o el Hero Quest ¿Ha desaparecido el Hero Quest? Yo hace mucho que no lo veo. El caso es que esos son juegos de mesa como Dios manda, ha habido gente pensando en una idea que podría ser divertida para un juego y, como molaba, la hicieron. Sin embargo hay juegos que tienen trampa. Y hoy los desenmascararemos.


Hay juegos que se inventan en la calle, o en la infancia, o no sé dónde coño se inventarán, pero desde luego no se inventan en las oficinas de MB. ¿Sabéis los que os digo? Esos que son juegos que se juegas como mucho con un papel y un boli y de repente un día una empresa de juguetes les pone un nombre nuevo, les añade un par de complementos de los que se podría (y de hecho se puede) prescindir perfectamente, los empaqueta con vivos colores y los vende por 30 pavos. ¡30 pavos! ¿Quién se quiere gastar 30 pavos en el juego de "Prohibido decir ni sí ni no"? Es más, jugándolo sin el juego de mesa es más divertido, porque las preguntas son improvisadas, vivas, uno las piensa, el otro las mejora, etc, etc. Pero aquí ya te las dan hechas. ¡Con trampa! Por si tú no eres capaz de elaborar una pregunta un poquitín ingeniosa para pillar a tu amigo.

Aquí tenemos un timbre de esos como de hotel, unas tarjetitas con preguntas y me imagino que un tablero. O algo para llevar las puntuaciones. ¡O algo más que justifique los putos 30 pavos! ¡Jesús, 30 pavos es una puta locura!

¿Qué niños pueden pedir esto? Evidentemente, los que son un poco tontitos, eso está claro. ¿No llegan a la conclusión ellos mismos de que esto es un insultante timo? ¿No les ofende la existencia de esta mierda? ¿Quieren que los Reyes Magos alienten estas prácticas que llevan a la sociedad al borde del precipicio, como ha terminado resultando? ¿Qué niños pueden valorar este tipo de trampas? Evidentemente, los que tienen una alta probabilidad de ser unos futuros tramposos y que llevarán a la sociedad a tener varios problemas graves, como los que vivimos. Estos niños tendrán que ser observados y llevados hacia una posición social en la que puedan tener una vida digna pero que no estorben a los demás. El asunto es más grave de lo que parece mirando este puto juego ofensivo en el escaparate. Es importante que los niños que pidan este juego no lleguen a puestos ejecutivos.

¿Que suena un poco fascista lo que digo? Bueno, más fascista me parece ser una persona poderosa en una empresa juguetera que diga "¡Qué buena idea es fusilar esta idea patrimonio de todos, añadirle un par de estúpidos complementos de barato plástico fabricados en el sur de Asia y que ellos sirvan como excusa para sacarle la puta pasta a una panda de niños que, como resulta evidente por mi forma de actuar, me importan una puta mierda! " Evidentemente, el fascista no soy yo. Quizás el malhumorado. Pero el fascista, desde luego, no.

Así que ya sabéis, mis queridos niños y adultos: molar implica ética, buenas prácticas, creatividad, hacer lo correcto y no lo fácil; esa es la base de la verdadera molonidad. El resto es lo que llamaremos a partir de hoy impostura.

¿Habéis escrito ya la carta a los Reyes? Yo sí, voy a pedir una Nintendo eShop Card.

Y así me las gasto.