sábado, 27 de diciembre de 2014

La parte de atrás de esas marquesinas como grandonas

No es la primera vez que veo este creativo (según alguien ligado a una visión ejecutiva de la vida) uso del culo de estas super marquesinas (no sé cómo hostias se llaman ni ganas), pero hay que reconocer que queda bien. Tiene estilo. Queda bien. 


La primera vez que las vi fue en el lanzamiento de la Xbox One, que inundaron Madrid con sus anuncios claros y rotundos, como diciendo que viene el emperador. Y mira, ahora les están dando por el culo en ventas. Por el mismo motivo a Sony se le piró la pinza y el mercado en la generación anterior en favor de Microsoft y, mira cómo son las cosas, por este motivo se le está pirando en esta a Microsoft. La megalomanía es una trufa de licor muy tentadora y, bueno, todos podemos caer en ella. Yo no, claro. Yo soy magnífico. Majestuoso. Inmune a esos bajos instintos, vive Dios.

El caso es que fuera aquella vez la primera vez o no que se usó este soporte (me huelo un simpático premio de "Innovación en medios" para Microsoft en tal caso), la cosa es que funciona. No sé, queda muy bien. Debe ser por el soporte metalizado o qué sé yo. Parece un totem de Coca Cola, no un anuncio estacional que cambiará en dos o tres semanas. Qué curioso. 

Hay que decir que por delante hay una pantalla LED con un puto San Nicolás con varios mensajes pedorros de "Cómo sentir la Navidad según Coca-Cola", pero ese pestuzo no es interesante. Sí, me puedes decir que es innovador que los mensajes cambien y que no sean estáticos gracias a que es una pantalla. Pero, en tal caso, te miraría de arriba a abajo y seguiría mi camino. No me hagas perder el tiempo. 

A mi me interesa esto otro. Poner el puto logo en el culo de la marquesina. Yo, de ser Coca-Cola, contrataría ad eternum ese espacio y dejaría que otros se anunciasen en el LED. Ellos quedarían como unos subnormales y yo como un campeón. Como el visir que dirige el califato desde la sombra. Manejo las cuerdas.

Y esto os cuento, hombre. Venga, fuera de aquí.