martes, 1 de agosto de 2017

Pepsi Max

Cuando salió Pepsi Max al mercado no sabíamos lo que era un hype, pero ahora lo sabemos todos. Con la perspectiva que nos da la experiencia podemos afirmar que, quizás, Pepsi Max fue un hype de libro. ¿Queréis que hablemos un poco sobre esto?


Pepsi Max es Coca-Cola Zero mucho antes de que la Coca-Cola Zero siquiera estuviera en la mente del Señor Coca-Cola. La propuesta de Pepsi Max era quitar todo el azúcar y, aún así, maximizar un sabor fantástico. Por eso el naming optó por Max. Coca-Cola optó por Zero. ¿Veis el matiz? Una incide en el sabor y otra en la ausencia de azúcares, pero ambas propuestas son exactas.

Pepsi tiene mi cariño porque no puedo evitar ponerme de parte del débil. Puede que el débil sea un sátiro loco sádico como una alimaña, pero si es el débil de la partida me pongo de su lado. Esto en otros tiempos se conocía como sangre real, hoy se conoce como anexo en el currículum. Yo por mi bien, prefiero conquistar el mundo partiendo de un anexo, tiene más mérito.


Pepsi ahora va vendiendo su otrora producto estrella por 50 céntimos el medio litro. A céntimo el... ¿mililitro? No me acuerdo de algunas unidades de medida y no lo voy a mirar en Internet, que es como muy millennial y aquí todos odiamos a los millennials. ¿A que sí?

La opinión de los millennials me resbala por una razón rotunda: la única opinión que me importa es la mía. Ya, ya sé que no se puede decir, pero yo te lo digo por filantropía. Hay personas que te dicen que buen rollo todo pero luego son mil veces más ególatras que yo, si eso es posible. Así que como te respeto profundamente te enseño mis cartas. ¿Ves? Cuatro ases. No te quiero engañar.


Que yo lleve o no cuatro ases me importa un cuerno fino porque a mi no me gusta jugar al poker. Cuando tengo que jugar no tengo ningún problema por la mano que llevo, pero si podemos dejar esta mierda yo te lo agradecería. A mi me gusta jugar al Portal porque es un juego cooperativo, el tipo de juegos que siempre le llevo a mi primo porque quiero que aprenda valores de calidad, no valores de mierda.

Pero vamos, que si quieres jugar jugamos. Ya ves tú qué problema. ¡A ver! ¿Qué? ¿Te descartas o qué haces? No, yo me quedo servido. ¿No te he dicho lo que te he dicho? Me quedo servido. Tu única oportunidad de vencerme es trincar cuatro ases y ser mano sobre mi. Pero esto es sólo por ser amable con la metáfora, porque la verdad sin tapujos es que no tienes ni tendrás nunca ninguna oportunidad.


Pero ya te digo, que me da igual. Para lo único para lo que juego al poker es para tenerte contento, porque parece que a ti te encanta. ¡Bueno! Pues hasta que te canses. Como dicen en Kong, un hombre va a la guerra buscando algo. Si ya lo hubieras encontrado no seguirías jugando al poker. Pero como para ese puto juego de lelos necesitas rivales me ofrezco alegremente.

Yo lo que se encuentra en la guerra ya lo encontré hace mucho tiempo, por eso he vuelto a casa con mi familia a cuidar del jardín y a comer tarta de manzana. Y nada, que esto también tiene lo suyo, ya querría yo ver al Viet Cong enfrentándose a mi madre.