viernes, 4 de agosto de 2017

X-Men 2 – VHS

Si quieres crear un ambiente acogedor olvida la luz indirecta y los visillos; en cambio vete a un Cash Converters o a Wallapop y hazte con un viejo reproductor VHS. Si consigues una tele de tubo ya perfecto y enchúfale esa cinta que no ves desde niño.


Quizás si le prometes a un ligue “un ambiente acogedor” y le vienes con esto te plante en cero coma, pero casi mejor porque así te deja solo con tus cosas, que es como realmente uno está bien-bien. ¡Qué olvidado tenemos eso de estar bien-bien! Una década de infierno sobre la tierra y ya ni nos acordamos de la high life premium.

Antes de que estallase la crisis con gran estrépito y toneladas de información por Internet grabábamos Friends para poder ver una y otra vez que Ross sólo quería tomarse un descanso y que Rachel no tendría que haberse enfadado tanto por lo de la chica de la tienda de fotocopias.


Cuando acababa Friends poníamos Frasier, que tenía menos de enredo de jóvenes adultos pero nos aleccionaba con cuestiones más profundas aunque llenas de gracia hasta donde alcanzaba la vista. Maris volvía loco al bueno de Niles pero todo se olvidaba con una copita de jerez.

No me digas que el paisaje que te estoy describiendo, como Antonio Machado en Campos de Castilla, no te está poniendo de buen carácter. ¡Se te ha agriado mucho el carácter! Unos cuantos ladrones expoliando las arcas públicas y ya contestas mal. Si te privan del buen humor ganan ellos, me permito recordarte.


Si ya sé que todo mal, pero mira, ahora vamos a poner Seinfeld. ¡Seinfeld sí que sí! ¿Eh? Humor de psicosis de urbe para hacerte sentir mejor porque tú tampoco soportas la comida de los aviones. ¡Jerry Seinfeld tampoco la soporta! Ya no te sientes tan raro.

La vida era así, sencilla. Tener Canal + era a lo máximo a lo que podía aspirar un español y con eso teníamos suficiente. ¿Por qué ahora estás tan amargado si tienes Snapchat, Twitter y de todo? A lo mejor el problema es tuyo, que nunca tienes suficiente.


Yo creo que es eso. Que tus padres te educaron mal y así has salido. Sin embargo los míos me educaron bien y estoy contento. ¿Ves qué importante es la educación? Y tú quieres desmantelarla.

Yo no apruebo tus morros, de verdad. Es más, los condeno. ¡A la cárcel! Como el juez Banks de El Príncipe de Bel-Air.