martes, 1 de agosto de 2017

Eagle – Break - Snacks de Cereales - Horneados

La vida dentro del capitalismo es aburridísima. No se puede hacer nada, todo está vallado con alambre de espinos. Sin embargo dentro del cercado hay algunos alicientes que hacen que merezca la pena seguir deambulando sin ningún sentido real. Hoy este aliciente es Break, de la prestigiosa Eagle.


Eagle es prestigiosa porque vende cacahuetes salados con miel en un bote grande de metal. Si vinieran en una bolsa normal la marca sería como cualquier otra, pero un bote de metal revela un gusto por el detalle casi austríaco. ¿De dónde es Eagle? No me apetece mirarlo.

Hoy Eagle se apunta a la tendencia slow-vegana-aburrida y nos regala, dadivosa, estos palitos de pan que son una copia de Snatts. Sin embargo en esta variedad viene escrita la palabra mágica: quinoa.


La quinoa es como las células madre, comes quinoa y de repente rejuveneces. ¡Es una cosa...! Eso de guardar el cordón umbilical de tu retoño a partir de hoy estará pasado de moda, porque Eagle acerca el poder revividor de la quinoa a las masas. Si miras la composición ves que de quinoa tiene menos de un 2% pero ¡ey! ¿quién quiere leer la puta composición y arruinar la magia? Yo leo “quinoa” por delante de la bolsa y me hago joven, así, de repente.

La sugestión es de las mejores cosas que tiene el capitalismo, la verdad. Nuestra dieta no se basa en nutrientes, se basa en colores de etiquetas. Todos sabemos que el color naranja es creatividad y el azul equilibrio. El rojo fuerza y pasión y el morado Podemos. Comemos y nos desarrollamos en base a lo que nos sugiere el diseño gráfico. ¿No es algo así como... la polla?


En realidad eso no tiene nada de malo, rehuso vivir en un mundo en el que tenga que estar leyendo prospectos antes de cada comida. La comida es comida y hay una que es un poquito mejor y otra que es un poquito peor. Si tienes hambre de manzanas será porque te vendría bien comer manzanas y si tienes hambre de filete lo mismo.

Yo no como filetes no por convicción, sino porque no me gustan mucho. Sin embargo el dulce me gusta una barbaridad y los frutos secos y el queso Philadelphia también. ¡Pues chico, para no tener un nutricionista no parece que me salga tanto de los estándares de calidad! ¿No?


Como como si fuera un viejo, básicamente. Si hay corte de helado de vainilla me lo como porque está superrico pero tampoco me pongo ciego porque no me quiero poner supergordo. Con un poco gordo vale.

Así que... ¡No sé! ¿A qué viene tanto drama con la alimentación? Es que me muero de risa, no offense.