Siempre he admirado mucho el genio
sencillo de Missile. Missile es, en resumidas cuentas, la bebida
energética que tiene forma de bala gigante. O de misil pequeño,
como prefieras. De proyectil de lanzapepinos, siendo concretos.
Me encantan las soluciones sencillas.
¡Soy así! Al ser tan genial, tan increíble, valoro mucho las cosas
tontorronas. Este principio tan elemental me ha hecho elegir muchas
amistades a lo largo de mi vida. ¡Qué tonto es este tío! Voy a
hacerme su amigo.
La gente tonta, a su manera, es muy
lista. No manejan complejos datos, como los valores humanos, por lo
que son capaces de llegar del punto A al punto B de forma muy
directa. ¡Hombre, claro! Destruyendo el tejido social yo también me
hago rico. Yo y todos, vamos. ¡Muy buena idea, fachillas! Sois tan
salaos que no me lo creo.
Querido amigo, si te dedicas a
creativos asuntos te recomiendo que abandones el estudio creativo en
el que te rodeas de creativos tan de chichinabo como tú y te
zambullas en el lodazal que es el mundo. Entre el lodo es donde están
las cosas interesantes, porque en los sitios limpitos no hay ná de
ná. Hay modales excesivos y una enfermiza obsesión por lo pulcro.
Ahí no vas a encontrar nada que mole.
¿Has perdido tu toque especial? ¿Eras
parte de los “chicos cool” y ahora eres parte de los cuñados que
van de cooles? ¡Bueno, para tu alegría te diré que no eres el
único! El panadero de enfrente de mi casa personifica muy bien este
estereotipo. Si buscas en el diccionario “cuñado que va de cool”
sale su foto.
Juan tiene una característica muy
sucinta: le gusta mucho reírse. Juan es como Roger Rabbit, Juan cree
que la risa es lo más importante de la vida. Sin risa nada tiene
sentido porque aquí hemos venido para reírnos. ¿Para qué hemos
pagado la carísima entrada a la vida? ¿Para ver un drama? No,
señoras, están ustedes equivocadas. Aquí estamos para pasarlo
bien.
La gente muy seria tiene un punto débil
colosal: ser demasiado serio es descacharrante. Por eso el Actor
Secundario Bob tenía tanta gracia, porque era un culofino disfrazado
de payaso. ¿Ves por fin, querida izquierda, dónde está el punto
débil de vuestro gigantesco enemigo? El punto débil es que es
ridículo. Cuando seáis capaces de ver esto tan claramente como yo
dejaréis de poneros tan solemnes.
Al neoliberalismo, ese leviatán
despiadado, no se le gana luchando contra él. Eso sería caer en su
trampa, porque el neoliberalismo no es más que un señor calvito con
bigote vestido de negro que se ha disfrazado de monstruo terrible. ¡Y
tú te lo has creído! ¿Ves como a su manera los tontos son muy
listos?
Al neoliberalismo se le gana riéndote
de él. Por eso Juan se ha zambullido antes que tú en el
neoliberalismo más atroz, para empaparse de su esencia y así
emerger victorioso y darte la clave. El punto débil del
neoliberalismo es que es ridículo y lo que tienes que hacer es
reírte de él. No te lo puedo decir más claro.