Amazing Sega. Esta es la nueva campaña
con la que Sega me tiene enamorado. Y es que es verdad, Sega es
amazing, justamente amazing. Muy bien pillado.
Mi generación tenemos en la cabeza
Sega vs Nintendo, pero no tienen nada que ver una con la otra.
Nintendo es una compañía juguetera centenaria mientras que Sega es
una pandilla de flipados haciendo máquinas de arcade que flipen.
Mientras que Nintendo siempre tiene en
la cabeza un concepto, una aspiración por la sencillez, porque todo
encaje fácilmente, Sega sólo piensa en que todo sea una flipada.
Que todo sea amazing, eso es.
Para los pensadores hardcore como yo es
más flipante que todo responda a un concepto. Tiene más mérito
para los genios rutilantes crear un concepto lo más fácil posible y
que todo lo que hagas redunde en él. ¡Pero la peña de Sega pasaba
de todo! Ni se les pasaba por la cabeza eso del concepto o de su puta
madre. Ellos querían hacer cosas que te hiciesen en los ojos
chiribitas y ya está.
A mi a estas alturas me resulta
imposible hacer algo al tun-tun, sin que responda a una estrategia.
Tengo esa manera de pensar tan pro muy interiorizada y, francamente,
va a ser difícil bajarme de aquí. Por eso me enternece ver a tanto
millennial derrochando cantidades ingentes de energía en cosas que
no van a ninguna parte. ¡Cómo les gusta disparar a lo loco! Gastan
balas para nada.
¡No pasa nada! Son chavales. Eso sí,
una cosa me intranquiliza un poco: en mis tiempos la profesión guay
para cuando eras joven era ser creativo publicitario. Eso te daba una
formación mental muy potente, muy de filósofo. Había que
concentrar mucha información en una sola frase. Sin embargo ahora la
profesión guay es speaker de TED. Ahí no se aprende a
conceptualizar ni ná. ¿Qué van a hacer estos pobres chicos si no
saben conceptualizar?
Cierto es que yo no me atrevo a subirme
a un escenario a soltar mi mierda mientras que ellos sí, pero... ¿De
qué te sirve atreverte a ponerte delante del toro si no sabes
torear? Me podrías decir a mi lo mismo pero al revés, sin
embargo... No sé, a mi me gusta empezar la casa por los cimientos y
creo que primero es tener algo que decir, no atreverte a decirlo.
Ellos creen que tiene algo que decir,
pero cuantos más vídeos “motivacionales” millennials me veo más
claro me resulta que son todos los mismos mequetrefes que yo me
encontré cuando era creativo. El porcentaje de estúpidos mediocres
siempre es el mismo, lo único que cambia es la sopa en la que se
cuecen. Y esta sopa empieza a estar hechita: ya se ve de un solo
vistazo quién tirará para delante en el futuro y quién será un
gordo brasas o un jeta que acabe en la cárcel.
¿Por qué os dejáis fascinar tanto
por la forma cuando tenéis el fondo tan descuidado, amigos? ¿Por
qué sois tan estúpidos, tan pequeños? ¿Es que no veis lo que le
terminó pasando a Sega por ir por la vida a lo loco, sin
consistencia? Que os sirva de lección.