Es más fácil romper cosas que no
romperlas. En este principio tan sencillo se basa FlatOut.
Pillarte un coche hecho polvo en un
desguace e ir haciéndole ñapas poco a poco es una cosa que nos
gusta mucho a los chicos. A las chicas no, a las chicas les gusta que
el coche te lo den ya bien.
Si recoges a un amigo en un coche hecho
polvo se pondrá muy contento; significa que puede poner los pies en
donde la guantera y no pasa nada. Pero si recoges a una chica en el
mismo coche te pondrá caras. ¡A las chicas no hay quién las
entienda!
Si te tiras un pedo un amigo se ríe;
la chica, si te tiras el pedo, no se ríe. Va así la cosa, más o
menos. Sin embargo si a un amigo lo llevas a Primark el que te pondrá
caras será él, mientras que la que se reirá será la chica.
Hay que tener un poco de todo porque si
no uno no puede hacer nada. Yo quiero tirarme pedos e ir a Primark.
¿Tan complicado es entender esto? ¿No puedo ser medio vegetariano y
a la vez comerme mis buenas Ruffles de vez en cuando? Pues parece
que, socialmente, ni hablar del peluquín.
Hoy en día o eres de una cosa o eres
de otra. ¡El mundo se ha polarizado! O comes alfalfa o comes ostras,
pero un poco de aquí y un poco de allá no está reconocido; hacer
un poco de esto y un poco de lo otro es lo que yo llamo ser normal,
pero hoy no se puede. Los que comen ostras se creen que los que comen
alfalfa van de guays y los que comen alfalfa se creen que los que
comen ostras son unos delincuentes. Así que, nada, en el medio de
todo está Juan. Para variar.
Yo por mi estupendo, porque con tantas
peleítas están descuidando el tema crucial, ser verdaderamente
guay, motivo último por el que estamos sobre la faz de la Tierra.
Así que mientras ellos se pelean por unas tonterías de agárrate y
no te menees yo me lo llevo calentito.
¿Es fácil ser tan guay como Juan?
Naturalmente que no. Uno ha de tener un temple casi taurino y ha de
saber elegir qué batallas pelear y qué batallas no. Con el tiempo
las batallas que merece la pena pelear tienden a 0 y Juan cada día
tiene más energía para dedicar al radicalismo guay, único
radicalismo que Juan abraza.
Definitivamente ser como Juan no es tan
fácil. Ser como Juan es aspiracional, casi.