lunes, 2 de octubre de 2017

La Navidad de Konrad y Paul

En casa de los Nochoch la Navidad es muy especialita. Paul Nochoch nos salió homosexual y se casó con Konrad. Pero los señores Nochoch eso todavía no lo asimilan e imagínate tú cómo es ahí la Nochebuena.


¡Los padres no entienden nada! ¡Qué poco entienden los padres! Tú quieres casarte con Konrad pero tu madre sigue insistiendo en que a ti, al menos un poquitín, te tienen que gustar las chicas. ¿A que sí, hijo? Dime que sí, no hagas que el sueño termine, hijo mío.

Yo no me quiero casar con Konrad pero quiero hacer otras cosas. Así que estoy tan crispado como el pobre Paul, angelito. Sin embargo si yo no estuviera crispado sería porque vivo en otro sistema solar, porque en estas coordenadas del universo hay mucha crispación. ¿No?


Sin que sirva de precedente, tocaré un tema de actualidad; el pobre PP no ve por dónde van los tiros y me temo que no lo verá nunca. Los pobres señores no se dan cuenta de que esto no va de defender la unidad de no sé qué o no sé qué más. Esto es una partida de ajedrez. No hay rival más débil al ajedrez que aquel que cree que está jugando al Palé.

Si el PP no hubiera movido un músculo y hubiese dejado que las cosas se desarrollasen como se iban a desarrollar sí o sí la culpa habría recaído en el lado catalán. Hubieran quedado de histéricos y de caprichosos y el PP hubiera ganado la partida. Pero no, han tenido que mandar a la policía y montar una bulla que los ha delatado de aquello de lo que se les acusa, ser excesivamente autoritarios.


Ante la audiencia internacional han quedado de paletos hardcore para arriba; hoy el mundo contempla al gobierno de España como una especie de clan de trogloditas que ha despertado en el siglo XXI. ¡Pero seréis tontos! ¡Bastaba con no hacer nada! ¡No mueven un dedo para todo lo demás pero para esto llaman a la policía! Hay que ser inocente, amigos.

Han sacado a la reina en tromba y han dejado al rey desprotegido. Ahora se les puede hacer jaque mate desde todos los frentes posibles. Es imposible hacer un movimiento sin hacerle jaque mate al PP. ¡Y se han metido ellos solitos en la trampa! Como poco es enternecedor, ¿no creéis?


Si hay algo que me gusta del PP es que son nobles; embisten a la cara, no hacen trampas. Por eso a los del PP les gusta tanto la tauromaquia, porque se ven en ella representados. Respetan al toro bravo porque es como ellos, un animal honesto con el torero contra el que va de frente. Del mismo modo, creo que son nobles para dejarse poner banderillas una a una y, finalmente, ser rematados con el estoque.

¿No es bello este paisaje que te acabo de pintar, querido lector? Ahora ya ves la actualidad como un perfecto vals de fuerzas, no como un caos ingobernable. Gracias a mi clarividencia divina tú ahora ves todo con mucha más perspectiva. ¿Entiendes ahora por qué te gusto tanto? Es por eso.