Este juego lleva impreso el logotipo de
Titus, logotipo del que hay que fiarse regular. ¡Qué poco se habla
de los logotipos últimamente! Con lo guays que son.
Titus firmaba Crazy Cars para los
ordenadores de 8 y 16 bits. Crazy Cars era un juego que parecía que
iba a molar bastante (coches locos, uuuuh) pero luego no molaba
tanto. Por si fuera poco, Titus firma el famoso Superman 64, conocido
por ser uno de los peores videojuegos de la historia. ¡Vaya con
Titus! Cría fama y échate a dormir.
Del mismo modo los directores de la
película Super Mario Bros no pueden escapar de aquel fracaso de
taquilla; parece ser que 20 años después la gente sigue rechazando
sus servicios por tener esa mancha en el curriculum. ¡Diablos! Pues
a mi me gusta Super Mario Bros, The Movie.
Personalmente pienso que no hay nada
más guay, nada que vista más que una buena mancha de café en tu
curriculum. Pum, todo derramado por encima. ¡Ahora no puedo leerlo!
Uy, pues si eres tan vago no eres digno de leer mi curriculum. Yo lo
enfoco así.
Las manchas no son manchas, son
adornos. Huir de las manchas en como huir del oxígeno, una tarea
yerma. A poco que intentes algo te vas a manchar, idea que capitaliza
felizmente Skip. Ser remilgado es una de las soberbias que más me
espantan y que me parece que más ofenden a nuestro Señor.
O sea, que tu Padre te dio determinados
dones (o lo que rayos tengas tú) y tú los desprecias guardando el
coche en el garaje para que no le pase nada. ¿Y para esto te he
comprado un deportivo, hijo? ¿Para que no lo uses? No te preocupes,
si le haces un rayón no me voy a enfadar. Lo que quiero es que lo
pases bien que para eso eres mi hijo.
Sin embargo tú eres gilipollas y estás
demasiado preocupado por permanecer supuestamente inmaculado, virgen.
Te crees que tu padre te va a alabar por cuidar tan bien de lo que te
dio pero lo que tu padre realmente piensa es que eres un meapilas
ridículo. Se avergüenza de tener un hijo tan cagado.
Como ves, tengo razón, para variar:
eres tonto. Tú quieres creer que no y te revuelves ante una
evidencia cada vez más fehaciente: eres tonto. Eres tonto. ¡Eres
tonto! Qué le vamos a hacer.
Sin embargo mi grandeza me impide ser
cruel; a los tontos en vez de eliminarlos lo que yo hago es
integrarlos en calidad de mascotas o sirvientes sencillos. ¿Ves qué
suerte tienes? Dame las gracias.