sábado, 28 de octubre de 2017

Quest for Camelot – Game Boy Color

Este juego lleva impreso el logotipo de Titus, logotipo del que hay que fiarse regular. ¡Qué poco se habla de los logotipos últimamente! Con lo guays que son.


Titus firmaba Crazy Cars para los ordenadores de 8 y 16 bits. Crazy Cars era un juego que parecía que iba a molar bastante (coches locos, uuuuh) pero luego no molaba tanto. Por si fuera poco, Titus firma el famoso Superman 64, conocido por ser uno de los peores videojuegos de la historia. ¡Vaya con Titus! Cría fama y échate a dormir.

Del mismo modo los directores de la película Super Mario Bros no pueden escapar de aquel fracaso de taquilla; parece ser que 20 años después la gente sigue rechazando sus servicios por tener esa mancha en el curriculum. ¡Diablos! Pues a mi me gusta Super Mario Bros, The Movie.


Personalmente pienso que no hay nada más guay, nada que vista más que una buena mancha de café en tu curriculum. Pum, todo derramado por encima. ¡Ahora no puedo leerlo! Uy, pues si eres tan vago no eres digno de leer mi curriculum. Yo lo enfoco así.

Las manchas no son manchas, son adornos. Huir de las manchas en como huir del oxígeno, una tarea yerma. A poco que intentes algo te vas a manchar, idea que capitaliza felizmente Skip. Ser remilgado es una de las soberbias que más me espantan y que me parece que más ofenden a nuestro Señor.


O sea, que tu Padre te dio determinados dones (o lo que rayos tengas tú) y tú los desprecias guardando el coche en el garaje para que no le pase nada. ¿Y para esto te he comprado un deportivo, hijo? ¿Para que no lo uses? No te preocupes, si le haces un rayón no me voy a enfadar. Lo que quiero es que lo pases bien que para eso eres mi hijo.

Sin embargo tú eres gilipollas y estás demasiado preocupado por permanecer supuestamente inmaculado, virgen. Te crees que tu padre te va a alabar por cuidar tan bien de lo que te dio pero lo que tu padre realmente piensa es que eres un meapilas ridículo. Se avergüenza de tener un hijo tan cagado.


Como ves, tengo razón, para variar: eres tonto. Tú quieres creer que no y te revuelves ante una evidencia cada vez más fehaciente: eres tonto. Eres tonto. ¡Eres tonto! Qué le vamos a hacer.

Sin embargo mi grandeza me impide ser cruel; a los tontos en vez de eliminarlos lo que yo hago es integrarlos en calidad de mascotas o sirvientes sencillos. ¿Ves qué suerte tienes? Dame las gracias.