Según James Rolfe, soñar con dragones
significa que un gran destino te está esperando. ¿Qué significarán
los pseudoinsectos como resultantes de mezclar varios animales a la
vez con los que he soñado yo hoy? Sin duda hablan de una imaginación
retorcida fruto de una época de conflictos.
Si hoy en día tu imaginación es clara
como las tranquilas aguas de un estanque del bosque a ti lo que te
pasa es que no tienes imaginación. Tu imaginación no es un
estanque, es un lodazal que le da igual que le echen un poco más o
un poco menos de cieno. Sin embargo los seres de pulsión más
cristalina tenemos cierta aversión a los conflictos. Nos desmoronan
todo lo que tenemos abocetado.
Recuerdo cuando Toni, de pequeños, me
arruinó con un palo una escultura de barro que estaba haciendo en el
suelo. Eso le costó a Toni que yo le persiguiera blandiendo otro
palo por el prado. Eso, a su vez, me costó a mi que su abuelo me
apalease en el suelo con otro palo, un tercero. ¿Veis lo que pasa
cuando nos tocan aquello que queremos? Que no respondemos.
Parece que esa lección no la tenemos
del todo aprendida. Si vamos tocándole las narices a la gente con
aquello que aprecian es normal que la gente monte en cólera y coja
un palo. El problema no es que la gente coja un palo, el problema es
que vas tocando las narices. ¿Esperas que si vas tocando las narices
a la gente la gente te sonría y te diga a todo que muy bien? Tonto
serías.
Cuanto más avanzada es una sociedad
más respeto y exquisitez en el trato se requiere. Cuando nos hemos
comido el mamut para desayunar es momento de ponernos a tallar
piedras blandas, que es lo que más dinero nos va a reportar al
vender las figuritas a la tribu vecina. Yo diría que en este punto
de la crisis ya tenemos el mamut muerto, ahora toca respetar las
figuritas.
Si como sociedad no sabemos respetar
las figuritas del vecino no vamos a pasar nunca de Segunda División
B. Si no entendemos que esas figuritas representan un trozo del
corazón del vecino seremos una sociedad cutre y salchichera, no una
sociedad británica. Los británicos se pasan la vida diciendo
“Excuse me” y “I´m afraid of”. Eso es porque son mazo de
emotionally aware, entienden sin que yo tenga que explicárselo que el
vecino merece un respeto como lo mereces tú también.
Como vivimos en España yo tengo que
hablar de estas cosas, como si fuera un profesor de primaria. A
señores que ya peinan canas hay que explicarles que no se puede ir
por la vida aplastando las figuritas de los demás. ¿Te extraña que
España sea el paraíso de los bares y la exportación de embutido?
Comportándonos como nos comportamos no podemos aspirar a más.
No hablo de ser remilgado, hablo de no
ser un borrico o una portera. No puedes pasarte la vida en plan
bravucón ni en plan pinchahuevos. De continuar por ese sendero un
día la gente se va a cansar y va a coger un palo. Advertido quedas.
Estaría bien tener una máquina que
recogiese los sueños de las personas cada noche. Un algoritmo que,
en vez de recomendarme en el navegador una tostadora justo al segundo
después de que haya estado mirando tostadoras en Amazon y por tanto
ya no me interesen, analizase los paisajes internos que la gente
pinta por las noches después de una jornada de conflictos. Ese
algoritmo sí serviría para algo, no para recomendarme un producto
que, de verdad, ya no me interesa. Si lo acabo de mirar. Llegas
tarde.