Si quieres un juego de rol a la
antigua, pero a la antigua antigua, no lo dudes, Sword of Hope. Aquí
te mueves como en las clásicas aventuras conversacionales de
Spectrum, yendo de pantalla fija a pantalla fija según elijas uno de
los cuatro puntos cardinales.
¿Es chunguísimo? ¡No demasiado! Es
un soplo de aire fresco ahora que los gráficos pueden ser movidos de
forma nativa en 4K. Como sabéis, cuando venimos de pedo por la noche
compramos primero Fritos para luego comernos un Círculo Rojo,
primero comemos salado para luego comer dulce o viceversa. Con los
contenidos de toda índole pasa lo mismo.
¿Que ahora se lleva A? Bueno, pues tú
tienes que invertir en B. A está muy caro porque se lleva y B está
barato porque no se lleva. Sin embargo cuando se vuelva a poner de
moda B tú tendrás que comprar A después de haber vendido tu B por
un buen dinerito al que se le llama en lenguaje empresarial
“beneficios”.
Aunque esta fórmula es tan sencilla y
tan sensata casi nadie se guía por ella. Si se lleva A la gente
compra A, no piensa más allá. Tú igual piensas “pues para hacer
el tonto de esa manera yo no sé por qué la gente no se suicida y
acaba antes”. Pues es verdad. No había caído.
Francamente, para seguir el tambor es
mejor no seguir nada. Sobre todo por la vergüenza que da ser una
hoja al viento, sin voluntad propia. Yo no digo que este mundo no sea
muy difícil, lo que digo es que para bajarse los pantalones de esa
manera ante él es mejor salir corriendo. Si te vienen a violar por
lo menos intentas huir, ¿no?
Las modas son una cosa muy curiosa a la
que he dedicado mucha energía. Las modas parecen completamente
aleatorias, pero nada más lejos. Las modas son las cosas que nos
conviene hacer para avanzar cada día un poquito más. Al principio
son pocos los que se dan cuenta de lo que hay que hacer, a esos se
les llama innovators. Luego la gente va pillando la cosa poco a poco
y aparecen los early adopters. Así hasta que llegamos a los
rezagados.
Puedes saber cuál será la siguiente
moda de la misma manera que sabes qué tipo de alimento te apetece
comer ahora. Tienes que ser honesto, porque las modas se basan en que
la gente se engaña a sí misma. Si lo que te apetece es leche
condensada tienes que tener fe en que todo el mundo es igual que tú
aunque no tiene el valor para pronunciarse.
Si todo el mundo fuese honesto consigo
mismo ni existirían las modas, ni existiría capitalismo ni
existiría ná. Sin embargo esta vena poser del hombre medio nos
permite aprovecharnos de su falta de sinceridad. Sabemos que a Paco
le apetecen galletas pero le da vergüenza pedirlas porque todo el
mundo está pidiendo gambas. Así que tú compras galletas bien
baratas porque ahora no se piden y se las vendes a Paco más caras
que las gambas. Eso sí, sin que nadie se entere.
Paco en ese momento quedará bendecido
con la Gracia del early adopter y los demás se fijarán en él. Paco
estará centelleante, efecto que se consigue al ser fiel a ti mismo.
Los demás querrán un poco de lo que tiene Paco y Paco, después de
hacerse de rogar, les dirá que tú vendes galletas. Todos irán a
comprarte galletas cuando no mire nadie y así hasta la siguiente
moda. ¿Has visto qué fácil es?