martes, 26 de septiembre de 2017

Dungeons & Dragons

A mi de Dragones & Mazmorras sólo me gusta la serie de dibujos. Los juegos de rol me parecen complicadísimos, con enésimas variables a tener en cuenta. Por eso de pequeño me dedicaba a montar juegos de rol simplificados.


Mi primer trabajo (de dos) fue hacer un juego de rol con Superlópez y El Supergrupo de protagonistas. Podías cogerte al Capitán Hispania o a Latas y cumplimentar las misiones que el Master te proponía. Funcionó bien pero me pasé de complejo. Los personajes eran perfectos pero la mecánica demasiado elaborada. Así que di otro paso más.

Mi masterpiece (de dos) fue jugar con los muñequitos del Pressing Catch usando los dados de rol para ver qué movimientos hacían. Hice listas de movimientos de Jake “The Snake” Roberts y de Hakeem Recio y con eso jugábamos. Aquí ya acerté bien: el juego era suficientemente simple y con la suficiente acción para que molase. Y como yo cuando gano el oro no compito más por si a ver si me lo van a quitar abandoné aquí mi carrera por el juego de rol perfecto.


¿Qué hecho desencadena que hayas terminado una etapa de tu vida y debas dirigirte hacia la siguiente? Normalmente esas cosas se saben, cuando ya percibes que de una etapa no se puede rascar más marchas por instinto a la siguiente. Con la edad me doy cuenta de que cerrar etapas es tan importante como vivirlas porque si te vas dando un portazo luego quedan remordimientos. Así que aunque sólo sea por puro egoísmo ahora me dedico a minimizar los daños que mi marcha pueda provocar.

Sin embargo si estás cabreado que te cagas tienes que tirar de portazo. Yo de momento no lo he sabido hacer mucho mejor. Si eres tonto es culpa tuya y yo no voy a cargar con ese mochuelo. Y como no me dejas más opciones tengo que tirar de portazo ya que no admites que eres tonto y es culpa tuya. Yo me quedo mal porque he dado un portazo pero tú te quedas con la complicada labor de aceptar que eres tonto. ¿Qué iba a hacer más que dar un portazo? Entiéndeme tú a mi.


Sí, podría seguir a tu lado hasta que aceptes que eres tonto, pero ¿cuánto tiempo puede llevar eso? Entiende que a mi aquí se me acabaron las opciones ya que tú no pareces querer avanzar más de lo que has avanzado. Así que en el mejor de los casos si no doy un portazo te tendré que decir que voy a por tabaco y no volver nunca. ¿Qué quieres, que aguante tu tontería ad eternum? Eso no es justo, lo sabes tan bien como yo.

Lo de aceptar que uno es tonto es una cosa de lo más complicada. Para mi no, partir de la base de que la culpa es de uno es lo que me resulta más fácil. Me cuesta pensar que alguien puede ser 100% idiota. Así que por no ver ese hecho claro como el agua de un arroyo cargo con la culpa. Ver que alguien es idiota 100% es mucho más doloroso que llevar una cruz, así que elijo la cruz.


¿Ves qué bueno soy? Para que la gente siga creyendo que no eres retrasado yo me cargo con una cruz. ¿Conoces a alguien que te pueda querer más que yo? Te quiero tanto que me doy cuenta de que como se te caiga la farsa que tienes montada serás pasto de los perros callejeros. Y por no verte morir entre sus fauces yo cargo con el sambenito. ¿Qué te cuesta decir gracias?

Si dijeses gracias todo terminaría, pero antes que eso prefieres que te devoren unos perros. ¡Bueno! ¡Sea! Me tendré que cobrar así tu deuda. Prefiero que me des las gracias que el placer efímero de ver cómo se te escapa la vida bajo unos dientes afilados, pero si así es como quieres que sea... ¿Quién soy yo para exigirte nada? ¿No te he dicho que te quiero mucho? Parece que no te enteras, qué chico.