jueves, 28 de septiembre de 2017

La Odisea – Homero

¿Veis lo que consigue la malvada propaganda de la industria de impresión de libros? Que un pobre chico de 20 años se compre este infumable tocho para leer en el Metro. ¡Ya que me compro un libro, me compro uno que valga por muchos! ¡Pues La Odisea!


Pensar en La Odisea hace que me duela la cabeza inmediatamente. No recuerdo nada ni nada quiero recordar. No, no me lo he leído entero ni mucho menos, qué te has creído. Pero sí recuerdo su letra chiquitilla apretujándose, conformando un engrudo que nadie en sus cabales es capaz de tragar. Lo único bueno que tiene Homero es que se llama como Homer.

No sé qué tendrá este libro para ser tan bueno. Por estadística cualquier libro moderno debe ser igual de bueno que él. La Odisea va de una odisea. ¿Es La Odisea mejor que Indiana Jones o que Uncharted? Habría que verlo. Yo no lo sé porque no pienso abrirlo nunca más. Está claro que Homero no conocía términos como “user friendly” o “fuente a 14 puntos”. Homero pasaba de todo. Homero se ponía a escribir y que los demás se apañasen para leer su mierda.


No digo que yo no haga lo mismo, lo que digo es que en un ordenador al menos puedes hacer la letra más grande si quieres. No es lo mismo leer un tocho con una fuente a 14 que a 9. ¿Qué dices? ¿Que la culpa es del editor? Pues a lo mejor, pero me resisto a indultar a Homero tan fácilmente.

Si a Homero no le hubiera dado por escribir el problema se habría acabado de raíz. Pero no, tuvo que escribir. Él no podía dedicarse a jugar al balompié como los chicos de su edad. A él se le tuvo que meter entre ceja y ceja pasar a la historia con un librito. ¡Si de aquella no escribía nadie! ¡Así cualquiera! Era un mercado en situación de monopolio.


A Homero le querría ver yo hoy en día. Mendigando unos céntimos a los amigos, forzándoles a que compren La Odisea en versión electrónica para su Kindle. ¡Aquí te querría yo ver dando la brasa con La Odisea, amigo! No ibas a vender ni los cojones. Nintendo haciendo Pokemons y tú escribiendo La Odisea. Que no, macho, Homero, que lo tuyo es porque no escribía nadie más en tu pueblo.

Esta fijación que tenemos por la cultura clásica es una idiotez. ¡A nadie le gusta la cultura clásica! ¡Aburre muchísimo! ¿Por qué te vas a poner a mirar estatuas griegas cuando echan Hora de Aventuras gratis en Boing? Porque te han lavado el cerebro, evidentemente. Si a ti te dejan suelto sin control mental te pasarías el día en el Burgocentro comiendo McFlurrys, como es lo normal.


En fin, que te animo a que hagas lo que te gusta. Te animo a que comas chocolate y a que veas el programa de Bertín Osborne, que será facha pero a la vez es muy salao y tiene la delicadeza de recibir a botarates en su casa. Te animo a que quemes todos estos libros del demonio como si fueses La Santa Inquisición.

La Santa Inquisición sólo quería cierta estabilidad, como Mariano Rajoy. Si te pones a leer igual se te ocurren ideas peligrosas y la sociedad pierde el equilibrio porque empiezas a “decir cosas originales” como un millennial desmadrado. Y no, eso no es plan. Es mejor la estabilidad que un millennial teniendo ideas. ¿No es evidente?