El ginseng y el guaraná son así unas
cosas como muy flipantes porque dan energía y eso. Son, podríamos
decir, como cosas mágicas. Así que a este Eneryeti le llaman Mayic
y dabuti.
Estoy preocupado por Eneryeti, la
bebida energética patria de la que soy fan parece como si se
estuviese flipando; como les va bien están sacando variedades al tun
tun. ¡Error! Cuando te va bien haz como si no te fuera tan bien.
Cuando te va mal haz como si no te fuera tan mal. ¿Tan difícil es
recordar las normas básicas de la elegancia en este puto mundo
futurista de chichinabo?
Aquí parece que por tener smartphones
nos podemos comportar todos como cíngaros. Pues no, en todo caso
tendremos que ser más responsables que nunca porque ahora con un
dron te tiro un cohete por la ventana. No hay nada peor que unos
niños malcriados a los que se les dan todos los caprichos. Pues un
poco está así la cosa, no nos engañemos.
Ahora, por ejemplo, cuando haces cola
en un chino para comprar Eneryeti tienes que aguantar que un niño
vestido como de dandy apeste a colonia delante tuyo mientras notas
sus vibraciones como de mujer histérica porque estás demasiado
cerca de él. Cuando el mundo estaba dominado por machotes tenía
sentido ese rollo, pero ¿ahora? Ahora no es más que una impostura,
forma desprovista de fondo.
En mis tiempos nos vestíamos de
maricones para protestar, ahora se hace para encajar. Por lo tanto
ahora para protestar hay que vestirse de Chuck Norris, no de Boris
Izaguirre. Antes era al revés.
¿Mola o no mola el 2017? ¿Algún día
pensaste que te vestirías de skin porque sería lo top, lo
verdaderamente contestatario? Yo desde luego no me lo imaginé ni por
un segundo. Pero ya ves, la modernidad es la mejor amiga que podrías
tener. La modernidad siempre te sorprende, siempre te abraza con
brillantez por el punto débil que dejaste descubierto.
Los pelos de mi pecho que un día pensé
en depilar hoy son el mejor adorno de pasarela. Hoy tener un plexo
solar como el de Ravishing Rick Rude “El Cariñoso” es muchísimo
más guay que estar depilado como una débil rana. Hoy ir por al vida
con mocasines sin calcetín vuelve a ser lo que siempre fue, una cosa
absolutamente ridícula.
Admite que las noticias que te trae Tío
Juan siempre te alegran; el Tío Juan “El Viajero” siempre te
trae cosas fascinantes de allende los mares. Te dice que al otro lado
del mar, donde las cosas molan de verdad, los niños vestidos de
marinerito ya no se llevan. Que ahora se llevan los hombres que
parecen hombres y las mujeres que parecen mujeres. ¿Te extraña?
Antes era de lo que huías, por eso montaste lo de los hipsters,
melón.
Creer que una moda es la de-fi-ni-ti-va
es de amateur de la modernidad. Es de alguien que ha empezado hace
poco en esto de ser moderno y comete los errores propios de la
inexperiencia. Y como tú empezaste en esto de la modernidad en 2007
caes como un palomo en cada cepo. Haz caso a Juan que lleva en esto
mucho más que tú y déjate aconsejar, pimpín. Que con esos
mocasines pareces un pimpín.