¿Se puede escuchar bakalao e ir así
como de intelectual, como voy yo? No veo por qué no. Cuanto más
rara sea la mezcla más intelectual es, ¿no? Eso lo sabe todo el
mundo.
Flaix FM la descubrí en uno de esos
programas sintonizadores de radio para el ordenador. Ahí sonaba un
sonido muy groovy y muy molón y no me pude resistir. Escuchar Flaix
FM conduciendo por la noche debe ser ya la bomba, pero en el coche no
se pueden escuchar emisoras catalanas si no estás en Cataluña.
Porque Flaix FM es catalana, como el Neng de Castefa.
Echo mucho de menos los remixes tipo
Máquina Total o Bolero Mix. Cuando aparecieron los remixes salían
como setas, había de todo: de Sonic, de Los Pitufos, de la mascota
de Jesulín de Ubrique, el tigre Curropipi... El nombre daba igual,
lo importante es que había unos DJs que habían remezclado cosas y
querían darle al asunto una salida comercial. Así que a su trabajo
le llamaban Curropipi Mix y tiraban para delante.
Luego apareció el rey de los remixes
que eclipsó a todos los demás, el Ibiza Mix. El Ibiza Mix contenía
las mejores canciones del año con diferencia y eso lo convertía en
el más vendido por varias leguas. Más tarde apareció el Disco
Estrella, sucesor espiritual del Ibiza Mix, que aunque también de
muy alta calidad no se clavó tanto en nuestros corazones como el
Ibiza Mix. Aunque un poco sí.
Cuando recupero aquellas canciones me
pongo contento de forma sencilla. Ya no existe un género musical que
exprese las inquietudes de las clases medias-bajas y bajas-bajas, al
menos no ninguno tan popular. El bakalao fue un fenómeno nacional,
algo sin precedentes. Podría agruparse dentro del género del
eurodance pero con una oscuridad que lo delataba como un producto
típicamente español.
Cuando escucho Flaix FM recupero
aquellas sensaciones, aunque esto ya no sea bakalao, es otra cosa. No
sé en qué se distingue el bakalao de lo que no lo es, supongo que
en la fecha de lanzamiento. Pero el espíritu es el mismo: ir a la
discoteca a expresar que estoy harto de trabajar en este puto taller
y yo soy la polla, ¿me oís?, la puta polla.
Al guerrero que más temo es al que
escucha bakalao. El bakalao te pone en una vibración mental de dos
notas bajas, es como un subwoofer gigante que sólo tiene dos
sonidos. Es la versión moderna de un tam-tam colosal, que te sugiere
que te adentres en la batalla y te comas las cabezas de los que
tienes enfrente. Alguien capaz de descifrar el mensaje del bakalao es
alguien que puede devorar tus intestinos sin cambiar el gesto.
Hoy nada te sugiere que te comas los
intestinos de nadie, por eso tu jefe te tiene tiranizado. Como ya no
emites esa sensación de como te pases un poquito, rico, te voy a
despiezar, el tío abusa. Claro, escondiéndose detrás de su tarjeta
de visita se atreve. ¡Qué machote! En la Scorpia te quería yo
pillar.
Por eso es tan importante comprarse
discos de Flaix FM, por protección personal. No para hacer daño a
nadie, como mera autodefensa. Como enseñaría un profesor de karate
de los buenos.