Eneryeti es un hit, el que no lo vea es
porque está ciego o es porque es alevoso, quiere hacer daño a la
española compañía porque a él no le va tan bien como a ella.
Eneryeti es, sin duda, referente para cualquier emprendedor español.
Eneryeti hoy nos soprende con una
variedad chispeante, la de sabor a fresa. ¿Es su sabor bueno? Sí,
sabe como el liquidillo que se queda al final de los Flashes de
fresa. O sea, delicatessen. Aún diría más: está entre el
liquidillo de un Flash y el de un Calippo de fresa. Ni es super low
cost ni es calidad premium. Es, insisto, Eneryeti.
Eneryeti va al tran tran, ese ritmo tan
español. Los extranjeros creen que España suena a flamenco, pero en
realidad España suena a tran tran. España suena a hacemos un
poquito ahora, descansamos, hacemos otro poquito después,
descansamos otra vez, otro poquito y a la cama. ¿No es ese un ritmo
verdaderamente vanguardista, el verdadero ritmo sostenible que todo
el mundo busca? Pues lo tenemos aquí, en nuestra vilipendiada
España. A veces los rojos no se dan cuenta del daño que hacen.
Criticar a España en mis años
pretéritos era una cosa muy moderna; criticar a España significaba
criticar a los fachas, esto es, los malos. Tiene sentido desde un
punto de vista infantil, es como que no te gusten Los Planetas porque
a alguien que te cae muy mal le gustan mucho. Bien cierto es que
metiéndote con Los Planetas alivias un poco el peso de tu enfado,
pero por otra parte te estás perdiendo a Los Planetas. Con nuestra
patria ocurre el mismo fenómeno.
Yo abogo por acabar con los malos
quitándoles todo: patria, dinero y Dios. Estos tres objetos verbales
se atribuyen conceptualmente a los fachas y por tanto despreciarlos
es, digamos, bueno. ¡Tan bueno no será, gilipollas, porque por la
gracia te estás quedando sin patria, sin Dios y sin dinero! ¿No
será mejor atribuirlos a la izquierda y así te los puedes quedar
tú? Yo lo tengo claro, vamos.
La izquierda mucho arrancarse la camisa
pero astucia cero. ¿Tú te crees que alguien que posee patria, Dios
y dinero le importa algo que tú te arranques la camisa? Lo único
que le importa es que no le toques patria, Dios y dinero. Mientras
sus tres pilares no los toques como si te inmolas por los negritos de
África. Por tanto tienes que admitir que tu estrategia está, como
mínimo, desactualizada.
Te actualizas el Angry Birds cada 15
días pero tu manera de entender el mundo la tienes anclada en 1960.
La verdad es que coincido con los fachas cuando te llaman tonto,
inútil, descarte. ¿Qué esperas, que te llamen genio? Gracias a tu
torpeza ellos siguen llevándoselo todo calentito sin encontrar
ningún escollo. Su potencial escollo está diciendo gilipolleces en
un mitin. Ponte a currar, merluzo, y ya verás cómo los asustas más.
Toma ejemplo, por poner el más
cercano, de Eneryeti. Eneryeti no ha inventado las bebidas
energéticas, o sea, que para ser como Eneryeti no tienes que ser
ningún disruptor ni nada de eso. Eneryeti hizo una bebida energética
baratucha, le puso un nombre gracioso, la vendió por 1€ y le fue
bien. Con las ganancias hizo más variedades y así hasta hoy. ¿Para
esta mierda crees que necesitas estudiar en Harvard, melón? ¿Tú te
crees que “los cielos” están reservados para “la élite”?
Están reservados para cualquiera que llame a la puerta, como aclaran
las Escrituras perfectamente.
“La élite” de “élite” no
tiene nada. Simplemente que se han puesto a hacer aquello que quieren
conseguir, pero si les miras a la cara verás que ahí la genética
no se ha dado precisamente ningún festín. Son unos niños tontos
cualquiera que estudian empresariales en vez de ciencias políticas.
Ya me dirás tú qué enemigo colosal es ese...