miércoles, 27 de septiembre de 2017

Harry Potter y La Cámara de los Secretos

¿Tú qué crees que hay en La Caja de Pandora? ¿Crees que dentro está confinado todo lo bueno y puro de la humanidad? ¿O más bien crees que dentro se haya lo contrario, lo malo y corrupto? Pues según de quién estemos hablando, ¿no?


Tengo la suerte y la desgracia de, como Superman, tener visión de rayos X. A mi que alguien vaya por la vida con La Caja de Pandora cerrada plim porque le conozco desde pequeño. Yo ya sé que aunque este vaya de esto en realidad es esto otro. Que lleve La Caja de Pandora cerrada me da lo mismo porque sé de buena tinta lo que hay ahí. Por tanto ¿por qué llevarla cerrada?

Hace unos años tuve la visión sobrecogedora de cómo iban a ser estos años neoliberales, como cualquier personaje bíblico de categoría. La intuición me hizo comprar en Xbox Live un juego de poker para aprender a jugar bien al poker porque en estos años lo que se iba a llevar era jugar al poker. Como ya sabéis mi visión se cumplió y hoy todo el mundo juega al poker como forma de vida.


Intenté alertar a mis compañeros coolhunters de por dónde iban a ir los tiros pero no entendieron de qué hablaba yo, más que nada porque ellos estaban tan pringados como todo el mundo: como todo el mundo, ellos planeaban “ganar la partida” en el juego de “a ver quién es al que le va mejor en su carrera profesional”. Por lo tanto mis avisos les estaban delatando. Así que o no se enteraron o no se quisieron enterar.

Entiendo que para ganar hay que jugar limpio, si no ya me dirás tú por qué te pones contento cuando vayas a la cama. Si ganas haciendo trampas puede que todo el mundo te admire pero tú sabes que eres un tramposo, así que ¿por qué rayos te pones contento? Hay que estar desesperado para intentar ganar con trampas, tengo que apuntar.


Si para ganar tienes que cargarte al resto de los jugadores... ¡Vaya juego social del demonio que hemos montado! Eso no sirve para nada, en todo caso sirve para sublimar tus traumas de la infancia, todos en fila. ¡Ahora sí que me he vengado de esta panda de hijos de puta! ¡Puede que se rieran de mi de pequeño pero ahora el que ríe soy yo! Esa es la motivación última que subyace en la economía, o sea, que ya me dirás tú cómo puede acabar eso.

Como todo el mundo planeaba en secreto acabar con todos los demás para así vengarse de su triste discurrir por la vida era evidente que esto iba a acabar como ha acabado, en plan total war. Yo me retiré de la partida antes de que la cosa se pusiese fea, como un buen jugador de poker, ya que me había adiestrado. Preferí preparar el terreno para cuando ya se hubieran matado entre todos.


Cuando le cuente a mis nietos que hubo una época en la que la gente iba de buena pero planeaba en secreto acabar con todo el mundo no me creerán. Pensarán que les hablo de la Edad Media o de una época perdida superoscura. Pero no, no, le estaré hablando de principios del siglo XXI. A principios del XXI la gente tenía formas corteses pero en su interior maquinaba para destruir a todo el mundo y quedarse solo sobre una pila de cadáveres. ¿Cómo defiendo yo este hecho ante mis nietos?

Les diré la verdad, que la gente estaba muy jodida pero nadie hablaba de ello. A todo el mundo le dolía por dentro pero por vergüenza no se comentaba junto a la máquina de café. Así que lo que hacía la gente era planear oscuras venganzas contra todos los que les hacían daño. Y la manera de vengarse era el éxito y la fama. Mis nietos me mirarán como extrañados, pero ¡ei! ¡No es culpa mía! ¡Os estoy diciendo la verdad! ¡No me metáis en una residencia!