¿Es garantía Dustin Hoffman y Natalie
Portman de éxito? Regulín regulán. Vamos, yo no diría que esta
peli es la pera limonera ni nada.
Esta peli va de mágica pero se queda
en ñoña. El argumento de “si sigues tus sueños todo es posible”
está tan trillado que hoy en día hasta el más loser de los losers
sigue sus sueños. Para contar esa idea no hace falta añadirle una
“atmósfera mágica” porque la mezcla queda demasiado dulzona. Al
menos para mi gusto, y mira que a mi el dulce... ¡Cómo me gusta el
dulce! Soy una vieja más, no os engañéis.
Sin embargo es una peli suficientemente
agradable de ver como para sentirte razonablemente bien poniéndola
en el dvd. Es como una canción de Natalie Imbruglia, aunque sólo
conozca una canción de esta dulce muchacha. ¿A quién no le gusta
Natalie Imbruglia? A mi mismo.
A mi amigo Manolo le encantaba Natalie
Imbruglia. No su trabajo, ella. A los chicos las chicas megadulces
nos vuelven majaretas, nos dejamos arrastrar por su embrujo como
hojas al viento. Con la edad te vas dando cuenta que la capa dulce
que parecía el fondo de la cuestión oculta otra capa más por lo
menos: una capa que contiene todo lo amargo que no queda bien poner
por fuera. La edad te da sabiduría y la sabiduría te hace apreciar
esta capa supuestamente “mala”.
Una chica dulce 100% será muy
agradable al tacto pero al cerebro es incongruente. ¡Es imposible
que siempre estés contenta! ¿Con el hambre que se pasa en África
estás contenta? Ese sencillo dato debería bastar para que la
función se desmoronase. Sin embargo seguimos representando el papel
porque socialmente nos reporta más beneficios.
Si no atiendes las urgentes necesidades
de tu “parte mala” algún día te quedarás sólo con ella. La
capa no es mala per se, simplemente está enfadada de toda la mierda
que tiene que aguantar. ¿Se puede culpar a alguien de estar enfadado
en estos tiempos? Más que culparle se le debería premiar, porque
alguien tiene que evidenciar aquello que nadie más evidencia por
cuestiones económicas.
Si te dedicas a atender las necesidades
de tu “parte mala”, ¡felicidades! Eso significa que cuando seas
viejo no estarás lleno de achaques y manías. Habrás hecho de tus
achaques y manías una parte más de tu vida y así llegarás a viejo
siendo algo tipo Papá Noel, no tipo Cruela de Vil.
No se puede pasar uno la vida echando
la mierda bajo la alfombra. Aparte de ser conceptualmente aberrante,
es aberrante en un sentido meramente práctico. Si sigues haciendo
eso un día tu alfombra tendrá un bulto de agárrate y no te menees
y la gente se tropezará con él. Nadie querrá ir a tu casa porque
en tu casa la gente se tropieza con el bulto de la alfombra. Así que
te quedarás solo con la cansada tarea de descubrir qué coño haces
con toda la mierda que has acumulado durante tu vida aparentemente
perfecta.
¿No es mejor limpiar cada día un
poquito que limpiar un domingo todo de golpe? Cuando eres joven
puedes hacerlo porque mierda tampoco tienes tanta y porque cuando uno
es joven es imperativo que sea irresponsable. Pero a tus años...
¿Cuántos años tienes ya? ¡Madre mía! Y luego la vieja soy yo.