miércoles, 6 de septiembre de 2017

Music Generator 3

Nunca he conseguido sentirme del todo cómodo con los programas de hacer música. Están demasiado llenos de botones, no les acabo de pillar el aire. Aún con todo volví a insistir en lo que, por alguna razón, el destino me niega y me pillé este Music Generator 3.


Ahora me ha dado por la Xbox original. La Xbox original es la consola de moda porque habla de los emprendedores: es la consola por la que nadie dio un duro al principio pero se ha convertido, en la opinión de este humilde crítico, en la mejor marca de consolas del mundo. A día de hoy Xbox es la marca de consolas más guay y, ya ves, sólo le ha costado más de 15 años y una financiación tamaño Microsoft. Si Xbox lo ha conseguido nosotros también.

La música es una cosa curiosísima. Yo me enamoro de las personas por la música que emiten. ¿Es esto algo mío o es patrimonio de todos? En este asunto me interesa ser comunista porque así me siento menos pelanas, siento que el timo no sólo me lo hacen a mi. Si vosotros también os enamoráis de una música ¡bien por mi!


Sea como sea, la música trasciende a las personas. Si una música te embruja por algo será y lo más natural es que tengas que seguirla. ¿De qué te vas a fiar sino? ¿De la fría razón? A la razón ya la hemos hecho mucho caso y mira dónde nos ha llevado. Es momento de dejarse llevar por el hechizo, básicamente porque el resto de salidas nos han sido cortadas.

Cuando te dejas llevar por el hechizo ocurren cosas mágicas, como era de prever, ya que estamos hablando de un hechizo, no de un seco tam-tam. Los hechizos auguran cosas mágicas. Lo que pasa es que los hechizos hablan en metáfora y puede que lo que te prometieron no sea exactamente lo que te encuentres al final. El Apocalipsis habla de una ciudad de oro, pero una ciudad de oro puede ser una ciudad muy alegre, no una ciudad hecha de oro físicamente. ¿Veis lo que quiero decir?


La música de las personas también tiene esa particularidad. Puede que lo que encuentres al seguirla no sea lo que pensaste al principio pero, visto en metáfora, es exactamente lo que se te prometió. Así que concluimos con que seguir la música de las personas es una cosa buena, aunque nos asalte el peligro de una cínica sensación de fraude.

Yo llevo toda la vida siguiendo la musiquilla, lo que pasa es que en ciertas etapas la musiquilla me dijo “pasa de mi una temporada y ponte a jugar a la consola, que ahora es la mejor idea con diferencia”. Y como yo me creo a pies juntillas que esa música no es más ni menos que Dios pues le hago caso y juego. ¿Te atreverías tú a desobedecer?


Ya me dirás tú qué guía uso para la vida sino. ¿Lo que dicen en el Telediario? Sí, ahora voy. Ahora voy yo a planificar mi vida en función de lo que digan los Telediarios.

Es mejor planificarla en función de lo que te diga una música mágica. ¿No es evidente?