Ciudadano Kane se queda en calzoncillos
ante esta película. ¡Qué bueno es Steven Spielberg! ¿Cómo se
puede ser tan bueno? Me da una rabia que no me puedo aguantar.
Lo digo medio de coña medio en serio
pero esta es la película que más me gusta del mundo. No sé por qué
la mejor película del mundo ha de ser una cosa hecha a base de
diálogos. En esta película se cuentan cosas importantísimas a base
de imágenes. Tendemos a pensar que lo difícil de digerir es mejor
que lo fácil y así nos va en la vida.
La mejor escena de esta película es
cuando Owen lidera a la manada de velociraptores, por eso esa escena
sale en la portada. Ver a Owen siendo capaz de mandar sobre unos
seres de cerebro reptiliano te inspira muchísimo. Yo con esa imagen
estoy bastante más lleno que si me leo las obras completas de
Shakespeare.
Los reptiles tienen como característica
fundamental ser de sangre fría mientras que los mamíferos la
tenemos caliente. Los mamíferos mantenemos una temperatura corporal
constante mientras que la de los reptiles es variable. Se podría
decir que nuestro corazón es más cálido que el de los reptiles. En
principio la sangre fría es mejor para el combate despiadado pero
esta película sugiere lo contrario.
¿No es lo más putamente guay del
mundo ser capaz de que unos velociraptores te obedezcan? Un tigre
está chupado, es un mamífero como tú y ahí ya hay un vínculo.
Una serpiente es un reptil pero es muy pequeñilla, con una serpiente
no vas a ganar ninguna guerra. ¡Pero estos bicharracos...! La
potencia de un tigre mezclada con la sangre fría de una culebra.
¿Quién coño es capaz de comandar a semejante ejército?
Yo creo que de ponernos en plan
comandante lo mejor es ponerse bien-bien. Que te obedezcan cuatro
mataos es facilísimo, los mataos están deseando obedecer a alguien
porque por sí mismos no se valen. Pero la gente de más categoría
ya es más dificilillo. La gente de categoría no obedece al simple
ordeno y mando, como Íñigo Errejón. La autoridad que Errejón
obedece es más compleja, más sutil, el respeto se le inspira a
Íñigo usando algo más que la fuerza simplona.
Si vas por la vida de predicador no te
va a hacer caso ni tu hijo. Si vas de gritón igual te obedecen unos
pocos pero el resto va a pasar de ti porque no tienen ganas de
aguantar gritos. Tienes que mezclar ambas facetas si lo que quieres
es mandar sobre unos velociraptores espantosos. Es natural que haya
crisis de liderazgo porque los millennials no le hacen caso a
cualquier tuercebotas. Y la mayoría de líderes que tenemos o son
gritones o son blanditos.
¿Tienes un equipo a tu cargo? Bueno,
bueno, no te flipes, hoy tiene a su cargo un equipo hasta el tonto
del barrio. La cuestión es cuan alta es la calidad de tu equipo. Si
son idiotas caso cerrado, tú no vas a ir a ninguna parte. Si son
listos puede que te obedezcan por miedo, porque tú eres el jefe,
pero para que te obedezcan aplastas sus mejores cualidades. Por lo
tanto lo único que haces es convertir a listos en idiotas porque si
no tú no puedes con ellos. ¡Luego dicen que el talento en España
está desaprovechado! Me pregunto por qué.
¿Serás capaz, oh líder empresarial,
de comandar los velociraptores que hoy campan por la piel de toro?
Pueden meter la Biblioteca de Alejandría en un chip del tamaño de
la cabeza de un alfiler pero te miran con desprecio, como si fueras
un primate. ¿Crees que podrás soportar la carga? Voy a ir a
Sportium a hacer mis apuestas.