Todo el mundo parece intentar hacerse
rico con el Bitcoin pero es evidente que el dinero está en otra
parte, cada día aparecen más y más bebidas energéticas y aquí
nadie hace ningún documental sobre ello; todos los equipos de rodaje
están en Silicon Valley.
¡Pues vosotros sabréis, pero los
chinos albergan cada vez más marcas diferentes de estas bebidas al
mismo tiempo y parece un pastel que nunca se acaba! No hay que
invertir donde dice papá, que tiene la cabeza llena de pájaros, hay
que invertir donde dice el niño, que tiene su músculo molón 100%
activado.
Si le vas a un niño con el Bitcoin te
dirá “mñé”, porque lo único que mola de eso es la típica
moneda como de oro con una B grabada que aparece en los memes. El
niño te dirá que lo que tienes que hacer es otra bebida energética,
que nunca son suficientes.
Si algo no mola no inviertas en ello.
En serio, es una ley universal, gravitacional: lo que no mola no
tiene éxito. Para que algo tenga éxito tiene que conectar con la
gente, por eso Borrell no fue presidente del gobierno. Borrell es muy
listo pero el presidente es Donald Trump. ¡No acuses a la gente por
hacer lo que le mola! No seas soberbio.
¿Por qué Amazon tiene éxito? Porque
a la gente le gusta recibir un paquete, como si fueran una Carrie
Bradshaw 2.0. Recibir un paquete hace megailusión, le da vida a tu
día, igual que un Red Bull. La fórmula del éxito no es nada
complicada, es agua con azúcar.
Los estudios sobre el éxito de Amazon
son larguísimos, una presentación de Power Point eterna. Pero la
clave es la que te he dicho yo. Ya me puedes cuadrar todos los
números que quieras que si a la gente no le molase recibir paquetes
a Amazon ya le habrían dado por el culete hace tiempo. ¡Es que
mola! Aunque sepas lo que hay dentro lo abres como si fuese un regalo
de Reyes.
No tienes que intentar convencer a la
gente de que viva en ciudades blancas llenas de coches voladores y
muchas zonas verdes porque eso a la gente le da como dentera. Eso lo
comprabas en los 70, cuando lo veías muy lejano, pero ahora que
parece que puede estar a la vuelta de la esquina... ¡Pasando! ¡Esa
ciudad no me mola, mamá, me da miedo!
No olvides que los hombres de negocios
son unos mataos, si no no serían hombres de negocios. De esos no
puedes fiarte porque llevan traje en vez de chándal. ¿Qué van a
saber ellos, los pobres? No saben ni lo que les gusta a ellos mismos,
a las pruebas me remito. Si los hombres de negocios supieran lo que
mola no serían hombres de negocios, y si no sabes lo que mola, como
hemos explicado, no tienes éxito. Caso cerrado.
Tú hazme caso a mi, que me paso el día
mirando una mosca golpearse contra la ventana. En este estado de
estupidez infantil se descubre lo que sí y lo que no. Y eso del
Bitcoin... ¡No sé! Me marea mucho la cabeza. Yo no compro cosas que
marean si no ponen pedo, I´m sorry.