jueves, 9 de noviembre de 2017

Bollycaos Minis Cacao

Francamente, no encuentro la ventaja de los Bollycaos Mini sobre los normales. Supongo que la idea es la conveniencia, comértelos como pipas, que en teoría es más fácil que comerte algo grande a mordiscos. No sé, no sé.


A mi me resulta más gustoso un Bollycao normal, del mismo modo que prefiero un bocadillo a canapés. Los Bollycao Minis, eso sí, para una recepción o una fiesta de alto copete en general sí que deben ser buenos. Seguramente Isabel Preysler tenga la despensa llena de Bollycaos Mini por si las visitas.

Cuando estás charlando con personas importantes es conveniente no tener las dos manos agarrando un bocadillo porque en esas circunstancias las manos se han de utilizar para gesticular. Necesitas las dos manos libres para decirle a este cuánto te gustó su libro, las separas mucho y dices “todo esto”.


Sin embargo para hablar sólo necesitas una mano. Elevas la mano libre, agitándola, mientras exclamas vehementemente como si presentaras Salvados. Una mano libre es crucial para denunciar las injusticias, lo que nadie dice pero tú sí. Elevar la mano agitándola subraya la importancia de tus palabras. Sin elevarla ya no es lo mismo.

Si hablar de nuevo sobre las injusticias del mundo te importa menos que llenarte la barriga mal asunto. Parecerá que las injusticias te importan un pimiento, te importen o no. Si no te importan pero elevas y agitas la mano lo harás bien. Si te importan pero tragas canapés como un bulldozer lo harás mal. Te estoy dando un enfoque general.


A mi cuando el 15-M me dijeron que “no pensaban que yo fuera así”. Que no ir vistiéndome como un pescador distraído podía hacer pensar que yo era un superficial capitalista, no una persona comprometida con la causa. Como veis, al rebaño hay que tratarlo con modos sencillos, blancos o negros, nada de sutiles y elegantes grises.

Si tienes dinero y vistes como un pobre no lo entenderán; si no tienes un duro y vas de bling bling no lo entenderán tampoco. Por eso insisto en que tengas por lo menos una mano libre, para desfacer malentendidos en el caso de que fuere necesario.


Vístete sin matices, exprésate de plano modo, así nadie tendrá que estrujarse el seso y todo el mundo estará más tranquilo. Si la gente se estrujase el seso las injusticias desaparecerían, por lo que las situaciones que hemos expuesto anteriormente dejarían de existir. Así que la clave es que nadie se estruje el seso para que podamos seguir comiendo canapés plácidamente.

Si le dices a alguien que su discurso podemita ya está pasado de moda te buscarás un problema. Y aquí no queremos problemas, queremos canapés. Por eso insisto, me empeño en que gesticules mucho. Cuanto más gesticules menos entenderán. ¿Pillas el truco?