domingo, 28 de enero de 2018

Agua enCaja Mejor

¿Lo pillas? Por un lado quiere decir “encaja”, de encajar, y por otro “en caja”, de que va en una caja. ¡Jajaja!


Lo que dice esta marca de agua comprada en un supermercado ecológico que han abierto cerca de mi casa es que son muy sostenibles. Dicen que el 75% de los materiales con los que está hecho este brick son reciclables. ¿El 75%? ¡Qué poco! Pero si sólo es un puto brick de cartón. ¿Qué es lo que no se puede reciclar aquí?

Quizás sea la capa como de aluminio que va por dentro. Bueno, pero eso lo llevan todos los bricks, ¿no? No veo que este brick tenga nada ni mejor ni peor que cualquier otro. Así que me temo que si el brick más ecológico de todos (que digo yo que será este) sólo puede reciclarse al 75%... ¿Qué podemos esperar de todos los demás?


Puede que estos vayan muy de ecológicos pero no lo sean tanto. Seguro que el brick que fabrica el Señor Paco es 100% reciclable y no va montando el número, el Señor Paco. Al Señor Paco le parece tan normal que sus bricks se puedan reciclar al 100% que ni se molesta en publicitarlo. ¡Pues claro! Eso es porque el Señor Paco se viste por los pies.

Los chicos estos millennials o como se llamen tienen muchos pájaros en la cabeza, me temo. Realmente creen que son unos elegidos o algo así. ¡Qué inocencia! Lo que son es chicos jóvenes surfeando la ola que les ha tocado surfear. La gente no es mejor o peor por ser joven, es igual que siempre. Aquí siempre ha habido la misma división biológica: listos y tontos, no jóvenes y viejos.


Cuando leo cosas publicadas por millennials en las redes sociales siempre pienso lo mismo: “Este es tonto”. Nada ha cambiado, lo he pensado toda la vida. El 98% de las personas son tontas. Los millennials creen que no, que ellos son la revolución. ¿Y no es el mayor tonto de todos aquel que se cree el más listo?

Me parto la caja viendo a chavales diciendo chorradas que se creen que son el descubrimiento de la pólvora y luego miras su foto de avatar... ¡Y tiene cara de gilipollas! Se parece a Toño, el tonto de tu pueblo. La única diferencia es que Toño no tiene Netflix y este sí.


Cuanto más alto te lleve el motor de la millenniaridad más descojonante será la hostia que te pegarás. Advertido quedas. Si te miras al espejo y no eres capaz de aceptar que, lamentablemente, sólo eres un gilipollas que se ha apuntado a Netflix te vas a pegar una hostia que se te va a quedar la cara como de Picasso, tío. No digas que no te lo advertí.

Lo que tienes que hacer es lo que se ha hecho siempre: hacer las paces contigo mismo y pensar que, quizás, sólo quizás, no seas tan listo como te ha hecho creer tu generación. No es por ofender, pero no hay más que verte la cara. Si es así de fácil...