¡Bienvenidos al Club de la Lucha! La
primera regla del Club de la Lucha es... ¡Comerle la polla a Juan
hasta que te salga un poquito la papillita! ¡Jajaja! No hombre. Esa
no es. Es que no se puede hablar del Club de la Lucha. ¿No lo
sabías?
El Club de la Lucha es una cosa de
hombres, por eso es secreto. En el Club de la Lucha tu marido y yo
nos partimos la cara para que tú luego te sientas segura cuando le
tienes a tu lado. Vivimos en la clandestinidad para que tú luego
puedas hacerte la gallina clueca con las retrasadas de tus amiguitas.
En el Club de la Lucha nos hacemos
hombres porque contigo, so pava, no se puede hacer ná de ná. Tú
siempre andas ahí con tus compritas y con la mierda esa de Primark o
no sé qué y eso no hay quién lo soporte. Por eso tu marido y yo
vamos al Club, porque o eso o nos estalla la cabeza con lo tonta que
eres.
Tú dices que quieres un chico fino y
educado, pero eso es mentira. Tú quieres un hombre y los hombres
estamos apuntados al Club de la Lucha. Otra cosa es que cuando no
estemos en el Club nos sepamos comportar. ¡Naturalmente que sabemos!
¿Por quién nos has tomado? Una cosa es que nos guste el sabor de la
sangre y otra que seamos unos bárbaros.
En el Club uno aprende muchas cosas,
como por ejemplo cuáles son sus límites. Si te juntas con el
Cristiano Ronaldo de turno lo que te pasará va a ser lo siguiente:
todo chupi hasta que la cosa se ponga difícil. Y como Cristiano
Ronaldo es una bailarina que tiene miedo a romperse una uña si hay
que arrancarse la camisa te dejará tirada, porque entre su cutis y
tú prefiere su cutis.
Así que te sentarás en la acera bajo
la lluvia, destrozada, intentando entender qué ha podido ir mal. Y
como el Club está justo en la esquina de donde te has sentado
nosotros saldremos de él y te lo diremos: lo que ha salido mal es
que eres tonta y por lo tanto te has juntado con un jeta. Fin de la
historia.
¡A ver si te crees que eres la primera
tonta de la Historia! No, mujer, tontas sois todas. La única
diferencia es a qué edad dejáis de serlo. Por eso nosotros
combatimos, porque para cargar con una tonta de tu enorme categoría
hay que ser muy fuerte.
Los hombres podemos ser muchas cosas,
pero tenemos muy claro qué es eso del sentido del deber. Y nuestro
deber es no dejarte tirada pase lo que pase. El Cristianito Ronaldo
tiene un pendiente de oro pero ya no le ves el pelo, ¿a que no?
Bueno, pues por eso él no es un hombre y nosotros sí. ¿Ves qué
fácil?
Y en esto consiste el Club de la Lucha.
¿A que no es para tanto? Y tú manejando conceptos como Illuminati y
no sé qué más. Esto es todo, cariño. Descansa.
