jueves, 25 de enero de 2018

Solano – Café Expresso

Sólo el café debería saber a café. Las cosas que saben a café son como de adulto pureta, algo que en principio renuncio a ser. Con los años ya veremos, naturalmente.


Hacer helados de café y caramelos de café demuestra que no se ha entendido en absoluto la naturaleza de los helados y los caramelos. Los helados y los caramelos son conceptualmente para niños y el café no lo es. Por lo tanto estamos mezclando churras con merinas de obscena, repugnante manera.

Si quieres joderle el día a un niño dale un helado de café. ¡Mira que había sabores! Vainilla, limón, fresa... ¡Incluso pistacho! Pero no, tú tuviste que comprarle un helado de café. No, no es por la cafeína, eso es lo único bueno que tiene. Es por el sabor, que es amargo. ¿Es que la gente no sabe que dulce-bueno amargo-malo?


El café sólo sirve para dos cosas: para hacerte sentir adulto cuando no lo eres y para quitarte el sueño. De no ser por esas dos cosas el café no tendría ningún éxito porque es amargo, no dulce, y lo amargo sabe mal, no bien. No es de extrañar, por tanto, que el Red Bull tenga tanto éxito. El Red Bull es igual que el café sólo que quitándole lo malo y poniéndole, en cambio, cosas buenas: en vez de amargo es dulce y en vez de ser como pureta es como cool.

Por si fuera poco, el Red Bull tiene una característica que lo convierte en el top cool total: todo el mundo dice que es malísimo para la salud. ¡Vaya! ¡Como el Jägermeister! ¿No? Qué curioso que todas las cosas radicalmente molonas sean malíííííísimas para la salud. Parece como si existiese un complot para que todo aquello que tenga el potencial de liberar nuestro séptimo sentido esté mal visto socialmente y no te atrevas a tomarlo.


Mira, tío, francamente: tu vida es una puta mierda. No sé cómo te atreves a salir a la calle con la vida esa tan patética que llevas. Si sientes que todo el mundo se ríe a tus espaldas es porque es verdad, todo el mundo se ríe. Así que ¿por qué coño no te tomas un Red Bull? Nada puede ser tan malo para la salud como tu rutina. Tómate un Red Bull porque peor ya no te puede ir.

Quizás la respuesta esté en el Red Bull. Has seguido todas las normas del sentido común y no han funcionado, a la vista está. Has hecho todo lo que hay que hacer y cada día tienes un color más mortecino. Tomas quinoa, polvos de esos de culturista que te recomendó tu nutricionista y para desayunar tomas batidos multifrutas y multiverduras. Y aún con todo da pena verte.


El error no está en tu alimentación, está en tu planteamiento de la vida. Con ese planteamiento da igual que comas bien o mal porque te estás matando de raíz. El problema es que vives escondido, sin atreverte a hacer lo que tienes que hacer. Dios no te dio tus talentos para que los escondieras en un agujero en el suelo. Conoces la parábola de los talentos, ¿no? ¡Ah, que ni eso! Estamos buenos.

Así que como eres un imbécil ¿cómo quieres que te respete? A los imbéciles no se les respeta, ¿no lo sabías? Pues eso, que no te respeto.